Desaparecida
Jorge
Después que los policías le tomaran la declaración subimos al departamento ella y yo, Ricardo decidió llevarse al niño a distraer por ahí para que no se diera cuenta aún de las cosas.
Tenía que preguntarle cómo pasó todo.
—Mamá necesito que me cuentes como pasó todo—. Nos sentamos juntos.
—Te voy a platicar hijo—. Suspiro. —En el periférico hcomo ya te dije una camioneta muy sospechosa iba persiguiéndonos, yo logré perderla—. No paraba de llorar. —Cuando íbamos llegando una camioneta cerró el camino, yo intenté darle para atrás pero fue imposible, otra camioneta estaba cerrando el pase, dos tipos o no sé cuantos, pero dos estaban apuntándonos a Silvia y a mi—. No puedo creer todo. —Me alegre que la camioneta estuviera blindada, pero como que ellos sabían, porque vi a un tipo con una granada en la mano, para esto yo ya había apretado el botón de pánico de mi camioneta, volteé y uno traía una granada, así que le pedí a Silvia que bajáramos—.
—¿Pero no supiste quienes eran?—. Estoy casi seguro de saber quien fue.
—No, todos tenían pasamontañas, pensé que venían por mi, ya que Pablo tiene bastantes enemigos—.
—Sospecho de quien pudo hacer esto—.
—¿Quien hijo? Por mi culpa se llevaron a tu mujer junto con mis nietos—.
—No mamá no te castigues si, no fue tu culpa, ese Fernando se llegó a mi mujer—. Me levante y aventé la mesa.
—Cálmate mi amor, vamos a encontrar a Silvia—.
—Mamá es algo imposible, no sabemos a donde se la llevo, ese hijo de la gran puta sabe moverse bien—. Me cubrí la cara con mis manos.
—Veras ten fe vamos a recuperar a los tres—. Me abrazo.
Era de esos abrazos que te tranquilizan por un rato, pero cuando me soltó volví a mi realidad.
Mi mujer se había ido junto con mis dos grandes tesoros.
Ese Fernando me las va a pagar una por una por dañar a mi familia.Pablo llegó para estar con mi madre, yo no podía tranquilizarme aún, no puedo estar en paz sin saber dónde y cómo está mi mujer.
Si ese imbecil le hace algo o con tan solo le toque un pelo, juro que lo mato.
Los oficiales vinieron para también tomar mi declaración, yo no tenía que declarar, pero tenía que decirle quien había sido el autor del secuestro.
Ellos me dijeron que tenían que esperar junto a mi para ver si el idiota ese mandaba mensaje o llamaba para pedir recompensa.
Como me desespera la ley, yo si fuera ellos ya estuviera buscando en cada rincón que hubiese en esta ciudad.
No sabía si llamarle a Alma y a los demás para informarles el secuestro de Silvia.
Tenía que porqué si o si esto lo iban a subir a redes e iba a salir por la televisión.—Hola cuñado, como están las cosas por allá—. Llame a Alma y Rene me contestó.
—No es para que se asusten pero—. Suspire. —Fernando secuestro a Silvia—.
—¡QUE MIERDA ESTAS DICIENDO SALINAS!—. Levantó su tono de voz.
—Si la secuestro hace 2 o 3 horas—.
—¡¿DONDE ESTABAS TÚ?!—. Podía escuchar su respiración agitada.
—Ella fue con mi madre de compras y yo salí con Ricardo junto a mi hijo a ver casas para los nuevos bebés—. Creo que no era el momento de decirle lo de los bebés.

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El destino
RomansaSilvia una joven de tan solo 20 años pasó la desgracia de su vida, después de sufrir un abuso de parte de tu pareja Fernando y que el pasado no la dejara en paz. Decidió irse a estudiar a Roma, Italia para librarse de su pasado y sus tormentas. Lo q...