Complicaciones
Llego por mi y fuimos al centro comercial más cercano que estaba de mi casa.
Fuimos al starbucks que estaba ahí, yo pedí un latte y ella un café americano, nos sentamos en la mesa más retirada de las personas para que no escucharan lo que tuviéramos que hablar—.
—Y Bien Silvi, cuentame ¿Cómo has estado?—. Mirándome fijamente.
—Eh estado bien, ¿y tú?—. Le respondí mientras jugaba con los dedos de mis manos.
—Mi vida tú no te encuentras bien, tú nunca sales sin salir maquillada y no estás tan nerviosa—. Mientras me analizaba y tomaba su café
—Alma, Fernando...—. No pude decirle más, se me hizo un mundo en la garganta y sentí llorosos mis ojos...
—¿Qué te hizo? Porque para estar en este estado fue algo malo—. Su cara era de asombro.
—Alm no sé cómo contarte, siento que si te cuento él te hará algo—. Sentía que me quedaría sin aire de tanta presión que sentía en mi garganta.
—Silv ya me imagino que fue, cuéntame prometo no reclamarle ni hacer un mega show—. Con suma confianza.
—El llegó ayer—Sollose.—Llegó borracho, nunca había llegado a ese estado, la verdad solo unas veces pero poco—...Me quede en silencio.
—Ya Silvia cuéntame chingada madre—, Me lo dijo con tono de enojada.
—Llegué del trabajo y como todos los fines de mes iría a comprar despensa, y pues claro busque las tarjetas donde siempre las tengo—. Me afine la garganta.—No las encontré y lo llame y no me respondió, total encargué comida china y vi una seria—. La verdad estaba nerviosa por contarle.
—Silvia ya dime todo sin rodeos—. Colocando sus manos en su cabello.
—Desperté cuando escuché un ruido y era el, estaba borracho, se encimó en mi, le dije que hoy no tenía ganas, me dijo que todas las mujeres siempre tenían ganas, la verdad no recuerdo muy bien todo, yo traté de quitarlo con todas mis fuerzas pero pues claramente no pude—. De mis ojos caían lagrimas.—Me empezó a besar con una desesperación, pasó lo que tenía que pasar no supe de más porque me desmaye, desperté y me vi llena de moretes, no sé si te diste cuenta que en el cuello traigo algunos—. Me tape mi rostro para evitar que me viera llorar,
—Ese hijo de la chingada la va a pagar muy caro meterse con mi mejor amiga creyendo que no está sola, ¿Ya le comentaste esto a tus padres o a tu hermano?—. Con suma preocupación en su rostro.
—Alma por Dios como les voy a contar si te aseguro que ellos arman una mega bronca—. Me quede pensando en lo que pasaría.—Alma júramelo que no le vas a contar nada de esto a René, si no el mismo se encarga de matarlo—.
—Silvi pero...— la interrumpí.
—Nada de esto a nadie júramelo Alma, júramelo—. Tenía tanto miedo.
—Silvi no quiero que esto pase a mayores y después te arrepientas de todo y hagas que yo me arrepienta por no abrir mi boca—. Se levanto.—Voy a ir al baño ya vuelvo—. Su expresión parecía triste.
Estaba pensando si decirle esto o no a mis padres para que me ayudaran, pero por una parte yo me lo busque por tomar una decisión tan apresurada...
Sentí como una mirada muy penetrante que me observaba desde un punto pero no sabía hacia donde voltear, cuando sentí un jalón que le hizo levantarme y claro no era Alma si no Fernando—
—¿Qué haces aquí cariño—. Su mirada se notaba diferente.
—Estoy tomándome un café con Alma, en un rato voy a la casa si—. Sentía mucho y no sabía que hacer era como si mi cuerpo no correspondiera
—Vamos a irnos ahora a casa, tú bien sabes que a mi no me gusta que salgas sola y más con esa amiguita tuya—. Parecía celoso.— Solo le dejas un recado a Alma que te fuiste porque te sentiste mal o equis cosa pero vámonos—.
Hice lo que me decía, salí de el café abrazada de él, yo quería salir corriendo no quería estar ni un momento más con el, aun que lo amaba con mi ser, ese momento de aquella noche me recordaba que él lo volvería hacer en cualquier rato.
Parecía su muñeca, me daba rabia dejarme manipular por Fernando dejar que me sacara de ese lugar no había sido correcto, si tan solo le hubiera pedido ayuda a alguien hubiese evitado que él me llevara a la fuerza.
Al llegar al departamento percibí un olor muy raro que alguna vez había olido en la preparatoria, si claro como lo imaginaba "Marihuana" se estaba drogando, el se fue hacia el sillón y aproveche y me fui a encerrar a mi cuarto.
Se que era muy temprano para ponerme la pijama pero sentía un cansancio horrible y eso que eran las 4 de la tarde del día sábado.
Pasaron 2 meses de todo eso qué pasó, Fernando siempre llegaba extraño, eso si ya no me había hecho lo que me hizo que eso ya era una ventaja muy grande la verdad. Mis padres me llamaron a mi trabajo una tarde—
—Hija, te hemos cancelado las tarjetas de crédito y debido—. Mi padre se escuchaba molesto.
—¿Pero qué pasó papá?, solo las uso para lo indispensable para la comida y eso—. Me sentí preocupada.
—Nos han llegado correos de compras en bares nocturnos y en farmacias diariamente—. Eso si que no lo esperaba.
—Papá pero yo no eh comprado nada de eso, no eh salido para nada, todo el día me la paso trabajando de 8 am a 8 pm no tengo tiempo para salir de rebelde—. Yo gastar el dinero jamás para mi era sagrado ahora que vivía por mi cuenta.
—Pues no lo sé hija, pero ya basta—. Colgó.
Y ahora como le haría para lo del mes, podía pedir un préstamo en mi trabajo pero me descontarían y no me ajustaría y era de limitar mucho alimento; yo ya no podía con tanto.
Pasó 1 semana de la llamada de mis padres, ya no me habían llamado más, estaba en mi cuarto cuando sentí unas inmensas ganas de vomitar, corrí hacia al baño y me vomité, nunca me había pasado ni sentido un mareo tan feo como me dio en ese momento.
Decidí ir al doctor con el poco dinero que tenía para descartar que fuera por falta de alimentación y situaciones de estrés que me generaba el trabajo, al llegar espere un rato hasta que me llamaron—
—Silvia Navarro puede pasar—. Me indicó muy amablemente la señorita enfermera
Al entrar el doctor me hizo mil pruebas y me dijo que tenía que esperar 1 hora en lo que me daban los resultados en el laboratorio.
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El destino
RomanceSilvia una joven de tan solo 20 años pasó la desgracia de su vida, después de sufrir un abuso de parte de tu pareja Fernando y que el pasado no la dejara en paz. Decidió irse a estudiar a Roma, Italia para librarse de su pasado y sus tormentas. Lo q...