Capitulo 61

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Reconciliación

Silvia

María y yo estábamos platicando como si nos conociéramos de toda la vida, ya vi de dónde saco la personalidad Jorge, solo que lo enojon no sé de donde lo saco.

A lo lejos pude escuchar que alguien gritaba.

—Silvia, ¿donde está Silvia?—. Espera esa voz es de mi Jorge.

Ya está aquí, no quiero que entre y haga un relajo porque está su madre aquí, no la puedo correr porque sería algo de mal gusto para ella, así que ni modo si arma un desmadre yo misma lo corro.

La puerta de la habitación se abrió, era Jorge estaba en pijama, que milagro que se pone ropa para dormir nunca lo hace.
Entro y corrió abrazarme, cuanto necesitaba este abrazo, me sentía más relajada.

—Mi amor ¿estás bien y el bebé cómo está?—. Ambos estábamos llorando.

—Si amor yo estoy bien y el bebé también lo está—. Podía ver la desesperación en su rostro.

—¿Me puedes explicar qué hace esta señora aquí?—. Señaló a María.

—Te mentí Jorge no fui ni con Alma ni Rene, me reuní con tu madre—. Confesé.

—¿Porque mierda lo hiciste Silvia?, porque siempre te metes en lo que no te importa, era mi situación y...—. María lo interrumpió.

—No le grites a tu mujer, ella no tiene la culpa de nada Jorge, si ella me busco fue para ayudarte—. Me defendió.

—Usted señora cállese estoy hablando con mi mujer, no se meta en lo que no le importa—. Se tocó la cíen.

—Yo me meto porque no dejare jamás que un hombre se meta y ofenda a una mujer como lo hizo tu padre conmigo—. Ya le soltó la bomba.

—Mi padre no te hizo nada no jodas por favor—. Toda esta situación me tiene mal.

Entro Alma y corrió hacia mi, me abrazó, el ambiente se sentía tenso.

—Tú que sabes que me hizo tu padre Jorge, eras tan solo un niño—. Dijo María.

—Créeme que recuerdo todo bien, tú te largaste por zorra con otro hombre eres una pu...—. Ahora Alma lo interrumpió.

—Hey sálganse de aquí, Jorge por una pinche vez entiende que tu mujer está mal y tú diciéndole todas estas cosas, usted también señora váyase de aquí a discutir a otro lado, lo único importante aquí es la salud de mi amiga y la de mi sobrino, les pido por favor que salgan del cuarto—.

Mire a Jorge y estaba sumamente enojado, María tomó su bolsa se acercó a mi y me dio un beso en la frente, Jorge solo me miró y salió seguido de su madre.

Mi madre llegó cuando ellos iban saliendo, me imagino que se quedó en el baño o con Jorgito por eso llego después.

Toda esta situación me tenía agotada, Jorge me dijo que siempre me meto en lo que no me importa, yo sé que estaba enojado por ver a María aquí y cuando uno está enojado dice mil tonterías que después se arrepiente, pero no era para que me dijera eso.

Me acomodé mejor en la camilla, el cansancio empezó a caer sobre mi, hasta que mis ojos se rindieron y al fin pude dormir.

Desperté porque tenía sed, volteé a ver el sillón de la habitación y estaban Alma y María, volteé hacia la ventana y estaba otro sillón con mi madre y Rene dormidos, Jorge estaba recargado en mis piernas en una silla cerca de la cama, como podía estar enojada con él si cuando duerme es un ángel que no mata ni a una mosca.
Ahora como le haría para no despertarlos y pedirles agua.
Con cuidado empecé a mover a Jorge.

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