Capitulo 10

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Nueva vida

Silvia.

En el vuelo pedí una copa de vino tinto con una pasta que siempre amaba pedir en Italia, aun que no sabía igual la disfrutaba. Me dormí ya que mi vuelo llegaba allá a las 9 am, todo el vuelo me la pase dormida, desperté y estábamos a punto de aterrizar faltaban al menos 20 min, me levante y fui al baño para maquillarme un poco mi skyncare , solo me puse mi base, rubor, me pinte no tan exagerado las cejas, sombras ligeras color piel, delineador y mi labial,

Regrese a mi asiento y me puse el cinturón, ya faltaba menos para el aterrizaje, aterrizamos sin ninguna complicación, nos dieron la orden de que ya podíamos bajar, agarre mi maleta de mano y mi bolsa, fui por mi otra maleta a la banda giratoria y de ahí pase revisión.

Salí por la puerta principal y estaba buscando por todos lados a la persona que me dijo mi hermano que vendría a buscarme, no sabía cómo era pero me imagino que se había puesto un cartel con mi nombre, caminé un poco hacia la salida y sentí que me tomaban el brazo, volteé asustada ya que no me lo esperaba—

—Hey Pecas, pero qué guapa estás—. Voltee y era Jorge.

— Me asustaste tonto—. Le dije un poco asustada.

—Uups perdóname no era mi intención—. Me dijo mirándome a los ojos.

—No te preocupes, primero se saluda Salinas—. Le dije mientras me abalanzaba a él dándole un abrazo y un beso en la mejilla.

—¿Cómo te fue en el vuelo?—. Se veía algo nervioso.

—Bien, ahora si nos podemos ir, necesito quitarme estos zapatos siento que voy a morir—. Me recargue en el, y aún que traía tenis sentía mi pie como papa ósea inchado.

—Si vamos, deja te ayudo con tu equipaje—. Sujetando las maletas.

—No, no yo las llevo no quiero dar molestias—. Le dije tomando de nuevo las maletas.

—Hay pecas igual de terca que tu hermano, mira yo llevo la gande y tú la pequeña ¿va?—. Agarro la maleta grande y asentí.

Caminamos hacia él estacionamiento para encontrarnos con su coche, yo esperaba ver el deportivo color arena de siempre pero no—

—Lo que hace el dinero verdad Salinas, yo aun te hacia con el deportivo color arena—. Le dije mientras sonreía.

—Lo qué pasa es que lo choqué de un lado y mejor lo vendí y me compre este que soñaba desde hace mucho, y lo elegí rojo cereza porque me gusta como se ven las...—. Noté que iba q decir algo pero se quedo callado.

Me abrió la puerta y subí, a los minutos que salimos del aeropuerto no aguantaba el cansancio, yo no sabía porque si en el vuelo había dormido, una que otra vez despertaba pero me dormía, ver a Jorge manejar me daba paz yo creo fue que daba paz, ver sus bellos brazos y manos agarrar el volante y la precisión que manejaba, nunca me había fijado en su perfil pero era hermoso.

Jorge

Tres años después.

Después de la llamada de Silvia no había sabido nada de ella, mientras yo me la pasaba con una mujer y otra, como

Siempre ha sido mi vida, salía de vez en cuando con René y Alma que por cierto ya tenían apenas 1 año de pareja, creo que Silvia no sabía porque tampoco se había comunicado con ellos durante los 3 años, de plano se desconectó del mundo de acá y la entiendo el dolor de perder un hijo era demasiado doloroso.

Era un domingo por la noche yo estaba en un bar cerca de bellas artes, mientras me tomaba un trago con una bella chica sentí como sonaba mi teléfono, me levanté y fui a contestar y vi que era Rene.

—Hola hermano—. Escuché que dijeron a través del celular.

—Hola hermano, ¿pasó algo?—. Le dije algo extrañado.

—No pasó nada, pero te tengo una buena noticia—. Su tono de voz se escuchaba algo emocionado.

—Haber dime—. Le contesté.

—La flor del pueblo vuelve—. Me dijo.

—¿Quién? No te entiendo cuando hablas en acertijos Navarro—. Le dije confundido.

—Si fueras idiota, Silvia vuelve pero no aquí si no a Ciudad de México donde va a dar su servicio y no más a creer a donde—. Respondió.

—Ya dime Rene, sin rodeos—. Sentía un poco de enojo pero era pasable.

—Va a trabajar en la misma cadena de hospitales que tú, en el de Santa Fe donde dadá razón trabajas tú—. Su voz se escuchaba emocionada.

—Wow esa no me la esperaba y bien ¿para cuando llega?—. Pregunté.

—Llega mañana en el vuelo de las 9 am en el aeropuerto internacional, por eso te quería pedir que si vas por ella y la ayudas y cuidas mientras está contigo, la verdad no sé si tenga departamento y si no tiene la conozco va a vivir mientras en un hotel, le puedes ofrecer quedarse en tu casa por favor, me da paz que esté contigo, pero ojo Salinas ella no es una de tus mujeres cuidado eh porque si no yo te mato—. Escuché que decía.

—No, no haré eso, claro que voy a ir por ella y la llevaré a vivir a mi departamento en lo que ella encuentra donde, buenas noches Rene—. Colgué.

Fui a pagar la cuenta sin que la chica que llevaba se diera cuenta que yo me iba, yo sé que no es de caballeros abandonarla pero en si ya me había enfadado de ella.

Me fui directo hacia mi departamento, no podía dormir, la ansiedad que me consumía no me dejaba dormir.

No dormí mas que 3 horas, vi que eran las 6:45 y me metí a bañar, no disfruté tanto el baño porque la ansiedad seguía ahí, me apresuré arreglar el cuarto de alado, pensaba ponerlo con tonos verdes no tenía cosas verdes más que una colcha y era verde esmeralda, la puse en la cama y vi la hora, ya eran las 8 ya me tenía que ir al aeropuerto porque me quedaba a 1 hora y con tráfico hasta 2.

En el camino pensaba en Silvia, no podía sacarla de mi mente no sabía ni porqué, llegué al aeropuerto a las 9:10 am, me temía que Silvia ya hubiese salido y tan desesperada que es de haiga ido, entre y la empeze a buscar, gracias a dios mi altura me favoreció esos 1.80 servían de algo, logre ver como una mujer muy parecida a ella caminaba hacia la salida y la seguí, la tomé del brazo—

—Hey Pecas, pero qué guapa estás—. Le dije y volteo

—Me asustaste tonto—. Me dijo.

—Uups perdóname no era mi intención—. Observe sus bellos ojos verdes mientras volteaba los míos.

—No te preocupes, primero se saluda Salinas—. Me dijo mientras se abalanzaba a a mi dándome un abrazo y un beso en la mejilla.

—¿Cómo te fue en el vuelo?—. Pregunté tratando que no se notara mi nerviosismo..

—Bien, ahora si nos podemos ir, necesito quitarme estos zapatos siento que voy a morir—. Se recargó en mi.

—Si vamos, deja te ayudo con tu equipaje—. Sujete las maletas.

—No, no yo las llevo no quiero dar molestias—. Dijo tomando las maletas.

—Hay pecas igual de terca que tu hermano, mira yo llevo la gande y tú la pequeña ¿va?—. Agarre la grande y ella la chica.

Caminamos hacia él estacionamiento para encontrarnos con su coche, yo esperaba ver el deportivo color arena de siempre pero no—

—Lo que hace el dinero verdad Salinas, yo aun te hacia con el deportivo color arena—. Me dijo mientras observada mi carro..

—Lo qué pasa es que lo choqué de un lado y mejor lo vendí y me compre este que soñaba desde hace mucho, y lo elegí rojo cereza porque me gusta como se ven las...—. Me quede callado antes de decir una estupides.

Vi que estaba viéndome cuando subimos al carro, me descuidé tantito y ella ya estaba dormida, ni siquiera me dijo a donde la llevaría ni nada, así que decidí irme dirección hacia mi departamento.

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