Capitulo 1

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Todo fue muy rápido

Hola soy Silvia Angélica Navarro Barba, nací en el pequeño Irapuato,Guanajuato, yo sé que no es pequeño pero comparado con esta gigantesca ciudad si lo es, tengo 25 años. Mis padres tenían una gran fortuna por lo cual no me hacía falta nada, pero claro nunca deje llevarme hacia los lujos que se me presentaban, jamás de los jamases estuve presumiendo lo que tenia, aparte que a quien se lo presumía si yo ella una niña sin amigos porque siempre en todos los recreos me sentaba sola.

Mi infancia fue algo dura, ser la única mujer y la más chica era lo que aveces más lo complicaba, mis padres se divorciaron cuando yo tenía poca edad si mal no recuerdo creo que tenía como 8 años.

En el acuerdo de divorcio mi estancia permanente sería con mi madre y la de mi hermano con mi padre, que le doy gracias a a dios que me dejo con ella porque si fuese con mi padre ya me abría mandado a un internado por tan chiflada que era. En vacaciones siempre iba con mi padre y mi hermano y aun que me divertía mucho y todo con él aveces mi convivencia no era tan buena con el, pues porque solo lo veía en mi cumpleaños (14 de septiembre ojo apréndanselo porque será importante), navidad rara vez y en vacaciones largas. Eso si jamás me falto su cariño a pesar de estar ellos separados, casi como si siguieran juntos, si me enfermaba algo o cualquier cosa que me pasara siempre estaban juntos para mi.

Recuerdo muy bien cuando entre a la etapa de la adolescencia que fue cuando más me despegué de mi papá y me uní más a mi mamá, siempre fui muy rebelde, con decirles que una vez le llegué a mi mamá con in piercing en el ombligo, les juro que ella si era capaz de quitármelo en ese rato pero se apiadó de mi, la etapa de la secundaria no la recuerdo del todo pero hay fue donde conocí a mi mejor amiga Alma, pero cuando entre a la preparatoria hay fue donde conocí a mi primer amor "el gran amor de mi vida", al graduarme seguía con ese mismo amor, el hombre perfecto Fernando; para mi era el mejor hombre que existía en ese momento.

No quise estudiar más, me quería ir a vivir con él desde que teníamos 2 meses de novios, pero ahora que ya éramos mayores de edad podríamos hacer lo que nosotros queríamos, mis padres y los pocos amigos que hice en la preparatoria estaban en desacuerdo pero que podía hacer si ese era mi sueño, por suerte mis padres me habían dado un departamento grande cuando se enteraron que estudiaría fuera o lejos de ellos en Leon, Guanajuato, pero como no estudiaría me fui a vivir ahí.

Los primeros meses todo estaba maravilloso siempre me despertaba con besos y me decía cosas lindas, tipo recién enamorados para mi era único despertar a su lado, pero todos los excesos hacen mal pasaron alrededor de 6 meses y las cosas empeoraron, él ya no trabajaba, lo mantenia yo con el dinero que me otorgaron mis padres y con él que me pagaban en la cafetería, ósea quien en su santo juicio va a contratar a una joven de 19 años sin experiencia laboral, por suerte encontré un trabajo de secretaría ya que sabía algo de computación pero claro mi paga no era tan buena (2,000 a la quincena) pero era una ayuda.

Una tarde llegué al departamento cansada de ese día de trabajo ya que era fin de mes y era el día que nos pedían mucho papeleo de las cuentas de la empresa publicitaria. Como siempre llegué a cambiarme y a buscar mis tarjetas para ir a surtir la despensa, para que no hiciera falta nada hice la lista y fui por las tarjetas, cuando las busque en mi mueble a lado de la cama no estaban; busque por toda la casa por si las había movido de lugar y nada.

Llame a Fernando para preguntarle y no respondió, total me di por vencida y como no había nada para comer más que huevos pero no quería eso tuve que llamar a la comida China solo para mi pues porque no sabía dónde estaba Fernando.

La comida tardo en llegar 45 minutos, mientras comía me puse a ver una serie en la sala, cuando acabé de comer no sé cuánto tiempo pasó y caí dormida.

Pasó el tiempo yo digo que fueron al menos unas horas cuando escuché entre sueños que algo se caía, claro estaba sola por eso me alarme tanto, cuando abrí los ojos era Fernando, venía en un estado de ebriedad muy feo como jamás lo había visto, me llamo cuando me observo en el sillón blanco de nuestro hogar—

—Eh Silvia que linda estás bien sexy ven chiquilla—. Mientras dijo eso se arrimó hacia a mi.

Apestaba a tequila o no sé qué tipo de alcohol había bebido, yo me levante rápido.

—Fernando mi amor no por favor ven vamos a descansar ya es tarde—. Yo mirando la hora que era y justamente eran las 3 am obvio quería seguir dormida porque todos los días despertaba a las 6 am aun que no fuera a trabajar pero me gustaba mantener mi cuerpo en forma, porque mi pequeña cintura no se iba a mantener en forma porque eso si me gustaba verme bien...

Me aventó hacia el sillón nuevamente y se postró sobre mi.

—Te quiero hacer el amor aquí mismo, no sabes cuanta falta me haces—. Con una mirada penetrante.

—Fernando no hoy no, vamos a dormir aparte no puedes ni mantenerte en pie, no tengo ganas—. Tratándomelo de quitar de encima, pero a quien se le ocurriría si apenas media 1.65 y pesaba 62 kg y tenía poca fuerza.

—Veras que si tienes ganas, conmigo todas las mujeres tienen ganas—. Me tomo de las muñecas para que ya no tratara de quitarlo.

—No por favor Fernando—. Con los ojos lagrimosos ya sabía lo que se venía.

Escuchar eso que dijo sobre "Que todas las mujeres lo deseaban" hizo que estuviera en un estado de shock, no sabía si me estaba confesando que me fue infiel la verdad ni yo sabía todo lo que estaba pasando.

Me empezó a besar desesperadamente, sentía como sus manos apretaban mis brazos, yo quería gritar para que al menos los vecinos me ayudaran o algo, me bajo con tanta fuerza los pantalones de la pijama que sentí como si algo tronara.

Me sentía indefensa por no poder defenderme.

Introducio sus dejos en mi vagina que grite de dolor de tan rudo que lo hizo, yo sólo quería que acabara rápido.

Fue la primera vez que me hacía esto, durante 6 meses que llevábamos no hacía eso, nunca había tomado a ese extremo siempre llegaba y se acostaba, yo dormía en el otro cuarto cuando llegaba así para no molestarlo, no más eso si iba a cuidarlo.

Me penetro dan duro que me desmaye, no supe cuánto tiempo pasó, pero desperté y ya era de día, que me fijé en la hora y eran las 8 am, no me había levantado a correr me sentía muy adolorida sin ganas de levantarme, me observe el cuerpo y vi que estaba completamente desnuda.

Me levante y fui hacia el closet para agarrar mi bata de baño y meterme a bañar, casualmente había un espejo grande y me observé de reojo, observé que en todo mi cuerpo tenía moretones, me bañe lo más rápido posible que pude, sali y me cambié y le llame a Alma—

—Hola Alma—. Sabía que no debía de contarte a nadie pero como estaba la situación tenía miedo.

—Hola Silvi, ¿Cómo estas?, ya tenías mucho que no me hablabas, ¿te pasó algo?—. Siempre que la llamaba y solo le decía hola ella ya sabía que me pasaba.

—Alm nos podemos ver, necesito platicar con alguien—. Le contesté.

—Ok si te pasa algo, ¿Nos vemos en tu casa a las 12pm?—. Me respondió con seguridad.

—No, no en mi casa no, vamos a otro lugar como a un centro comercial o café, quiero distraerme—.

Sentí que mis ojos se llenaban un poco de lagrimas

—Ok Silvi, pasó por ti a esas horas—.

Arregle un poco la casa y empeze a cambiarme,
claro me puse ropa que me cubriera los moretones, los que me preocupaban eran los del cuello el maquillaje no lograba taparlos del todo pero lo bueno es que Alma no era muy observadora, total ya le iba a contar y se daría cuenta.

El destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora