Arreglos con el pasado.
Silvia
Me fui enfadada de la terraza, baje nuevamente a ver al niño, quería llorar pero no quería mostrar lo débil que era. Pelear con jorge dos veces en menos de 24 horas me estaba agotando.
Llegué hacia donde estaba Alma fingiendo una sonrisa, aun que pensándola bien Alma sabría que yo tenía algo—
—Hola Silv, ¿encontraste a Jorge?—. Me pregunto Rene.
—Si allá está arriba con todos sus amigos—. Puse los ojos en blanco.
—Uuy ya veo, Amigui vamos a platicar a otro lado—. Se levantó Alma y me jalo del brazo para seguirla.
Yo ya sabía que esta mujer todo sospechaba, siempre sabía cuando no me sentía bien—
—Ahora ¿Qué paso?—. Pregunto Alma.
—Estoy enfadada solamente y me pelee con Jorge nuevamente—. Dije mientras me mordía la uña del pulgar.
—¿Cómo que nuevamente?—. Alzó una ceja.
—En el hospital me grito, pero estaba desesperado y lo entiendo yo igual estaba desesperada, no sabía que hacer—. Dije.
—¿Y ahora porque fue la pelea?—. Tomo mi mano.
—Está vez empecé yo pero tuve motivos, él desapareció desde las 12 dejándome a su hijo, no es que sea una carga para mi pero yo no puedo con esto, se me hace difícil asimilar que ahí una nueva responsabilidad para mi—. Desahogarme con Alma era otra cosa, empezaron a resbalar lágrimas por mis mejillas.
Alma me abrazó—Hay mi pequeña yo sé que aún te duele lo de tu bebé, pero ve el lado bueno ya tienes uno a quien cuidar y yo sé que es una nueva responsabilidad pero ten paciencia, Jorge también también no sabe qué hacer, ustedes saben que nos tienes a René y a mi para cualquier cosa—. La volteé a ver.
—Gracias amiga te quiero muchísimo—. La abracé con más fuerza.
—Cuando esto acabé hablan tranquilamente tú y Jorge—. Nos soltamos y fuimos hacia donde estaba Rene.
Yo quería que esto se acabara lo más pronto posible, esto de los funerales me hacía perder la poca paciencia que tenía y eso que el hospital tenía que tener demasiada paciencia con los pasantes que estaban ahí.
Jorge.
Esa última pelea que tuvimos Silvia y yo, me hizo entrar en razón, no había preguntado ni me había puesto a pensar en cómo se sentía ella, también que fui muy egoísta en dejarle al niño sin pensar como se sentía con eso, si ella se quería desahogar y respirar tantito aire fresco.
No había tenido la oportunidad de preguntarle si me ayudaría con todo esto, ella había dicho que tenía su apoyo pero no quería que se sintiera al 100% comprometida con esto.
Baje a la sala de la funeraria, ya estaba Rene ahí junto con la mejor amiga de Silvia, mi hijo estaba entretenido viendo el teléfono de Silvia, me acerqué Silvia me lanzó una mirada que yo ya sabía que estaba enojada casi me sabía todas sus expresiones—
—Hola amigo ¿Cómo has estado?—. Me pregunto Rene y estreché un abrazo con él dándonos unas palmadas en la espalda.
—Pues todo no va como quería pero parece que mejorará—. Dije.
—Me dijo un pajarito que ya andas con mi hermana—. Alma lo pellizco.—Auch flaca—. Le dijo a Alma mientras se sobaba el area donde lo había pellizcado.
—Así, oficialmente eres mi cuñado ahora—. Dije sonriendo, mire a Silvia y seguía mirándome.
—Ya ahora tienes un hijo, ten cuidado Salinas—. Ese Rene siempre con sus amenazas, me reí.

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El destino
RomanceSilvia una joven de tan solo 20 años pasó la desgracia de su vida, después de sufrir un abuso de parte de tu pareja Fernando y que el pasado no la dejara en paz. Decidió irse a estudiar a Roma, Italia para librarse de su pasado y sus tormentas. Lo q...