Conociéndolo más a fondo
Silvia
No sabía si Jorge iba a venir a donde estaba, le rezaba a Dios que si viniera porque ocupábamos ayuda ya que estábamos realizando una actividad para que los niños no se aburrieran, yo traía puesta una pequeña tiara, me iba a poner un vestido de princesa para estar más a la ocasión de estar con los niños, pero por una cosa y otra solo me puse la tiara.
Estaba leyendo un cuento a Ángel el niño de él cuál era muy cercana desde que lo conocí, sentí que mi celular estaba sonando, me levanté y le dije a Ángel que volvía en un momento.
Salí de la sala y me fui al pasillo para contestar, era Jorge—
—Pecas, ¿todavía estás ahí?—. Se escuchaba agitado.
—Si aquí estoy aún ¿vas a venir?—. Le pregunté.
—Si ya voy en el elevador pase a mi oficina para avisar donde estaría por eso tarde un poco—. Me dijo.
—Ok te espero en la entrada—. Colgué.
Para que estuviera más a la ocasión planeé que le iba a poner un traje de superhéroe, al fin y alcabo había una sala llena de disfraces y había visto unos trajes que le quedarían a él.
La puerta del ascensor se abrió y salió Jorge, se veía cansado pero ese era terco no se quedaba descansado con lo de su herida, yo lo entendía ni yo me podía quedar quieta un rato.
Lo revisé de pies a cabeza, ya no recordaba lo sexy que se veía con su vata con esos brazos tan marcados, "Hay Silvia para que piensas eso" dije en mi mente, lo voltie a ver a los ojos, esos bellos ojos color entre verde y miel me estaban hipnotizando, hasta que el llamo mi atención—
—Estoy mal arreglado o que—. Me dijo y al instante supe que él estaba viendo que lo observé con detalle.
—Ops lo siento me perdí, ya sabes el cansancio—. Me reí con pena.
—Si como no el cansancio—. Soltó una carcajada.
—No me creas Salinas, que bueno que estás aquí, te tengo una propuesta—. Que una propuesta era una maldad pero para los niños sería algo bueno.
—¿Qué estás planeando Navarro—. Levantó una ceja.
—Lo qué pasa es que te voy a vestir de superhéroe y no acepto un no por respuesta Salinas—. Me crucé de brazos.
—Si, pero con una condición—. El también cruzó los brazos.
—¿Cuál?—. Levante una ceja.
—Que tú termines tu disfraz, que es eso de ponerte la tiara solamente, si vamos hacer reír a los niños que sea bien—. Sabía que se le ocurría algo pero no tanto asi.
—Ok, trató hecho Salinas—. Estire mi mano al igual que él para cerrar el trato.
Le agarre la mano y corrimos hacia el cuarto de disfraces, el solo me seguía.
Llegamos y el domingo se quedó parado observándome—
—Wow, de tantos años que llevo trabajando aquí yo no sabía que esto existía en el hospital—. Miraba todo.
—Pues para que veas que nunca te diste el tiempo para conocerlo tan bien como yo—. Le sonreí.
—Ya veo, ¿y cual traje me pondrás?—. Me dijo mientras se sentaba agarrandose la herida en el banco que había ahí.
—Por ahí vi el de Batman o súper man, yo digo que te queda el de Batman por lo helado que eres—. Solté una pequeña risa.
—Helado yo, si soy el más cariñoso del mundo Navarro—. Hizo un puchero.
ESTÁS LEYENDO
El destino
RomanceSilvia una joven de tan solo 20 años pasó la desgracia de su vida, después de sufrir un abuso de parte de tu pareja Fernando y que el pasado no la dejara en paz. Decidió irse a estudiar a Roma, Italia para librarse de su pasado y sus tormentas. Lo q...