Capitulo 19

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Verdad (parte 2)

Silvia

Llegué al departamento y abrí, hay estaba Jorge sentado en el cómodo sillón de color gris, di unos pasos para entrar, sentí como si fuera mi primera vez así estaba de nerviosa pero creo que esta vez más—

—Hola pecas, ¿Cómo te fue?—. Jorge fue el primero en romper el hielo que había entre los dos.

—Bien Salinas, muero de cansancio—. Me dolían los pies de estar todo el día para arriba y abajo.

—Ooh... pero que tonto soy ven, te hice algo vamos al comedor—. Me tomo del brazo y me guío hacia el comedor.

Hay fue cuando vi todo, la Decoracion tan perfecta que había, velas, flores y hasta comida, la típica cena romántica pero a la vez no, jalo la silla para que me sentara y ya después me arrimó a la mesa, todo un caballero Jorge.

Se fue para la cocina y me dejo ahí, tardo poco y regreso, traia en sus manos algo que olía delicioso—

—Umm, pero que rico huele eso—. Le dije.

—Te hice tu comida favorita y te trage vino tinto y blanco tuve algo de ayuda para saber cual era—. Sus cachetes tornaron un color rojo bajo llegado de rosita.

—Me imagino quien—. Solté una risita. —Vamos a comer porque hay cosas que tenemos que hablar y aclarar—. Dije con algo de seriedad.

Todo esto que él había hecho me estaba pareciendo hermoso, nunca en mi vida alguien se había preocupado por hacerme mi comida favorita ni mi bebida siempre era que Fernando pidiera lo que él quisiera para mi.

Terminamos la comida y Jorge recogió las cosas que estaban en la mesa, que por cierto no me dejó ayudarlo.

En lo que él se fue a la cocina nuevamente me puse a revisar el celular, tenía un mensaje de Alma—

—¿Cómo va su noche a solas?, todavía no quiero al sobrino eh, aún que saldría hermoso, usen protección dejé en el cajón de el cuarto de René y mío—. Alma me había mandado ese mensaje de texto.

—Alma, por Dios recuerda yo no soy tan facil además solo me va a explicar lo de Anastasia, sigue soñando eso no va a pasar—. Le envié el mensaje y aguarde mi teléfono en el pantalón.

Escuché que Jorge regresaba, me puse a ver un punto fijo para que no sospechara que estaba hablando con Alma—

—¿Ya estás lista?—. Me dijo Jorge.

—Algo, pero quiero saber ya toda la verdad—. Me crucé de brazos y me recargue en el respaldo de la silla.

—Okey te dire todo—. Soltó un suspiro. —Mira todo empezó cuando yo tenía 21 años, tú como todos lo saben mi pasado fue algo duro, no crecer sin mis padres y tener que mantener yo a mi hermano para un niño era algo difícil. Bueno resulta que yo me acostaba con mujeres para buscar el cariño que me hacía falta, ninguna pasaba a una relación, siempre era acoston de cama y ya, las veía después para hacer lo mismo, pero cuando me aburrían buscaba juguetes nuevos para satisfacerme, no puedo decirte el número de mujeres con las que me acoste verdad porque no recuerdo, a Anastasia la conocí cuando tenía yo 20 años, no te miento si cuerpo me hacía volverme loco, siempre salíamos a bares y después tenía que pasar lo que tenía que pasar—. Jorge guardó silencio.

—¿Y qué pasó con lo del bebé—. Trate de decirlo sin llorar, toda esta historia me parecía desgarradora y tenía los sentimientos a flor de piel.

—Hasta que una vez de tan borrachos que estábamos se nos olvidó ponernos protección, yo sé que me pude hacer la vasectomía para evitar dejar hijos por todo el mundo, pero yo si quiero tener hijos con la mujer adecuada. Pues pasó alrededor de dos meses y una noche me llega aquí Anastasia al departamento, yo estaba con una de mis conquistas haciendo tu ya sabes, me dice que está embarazada y que tiene dos meses y el bebé era mío—. Suspiro. —Pues resulta que el muy idiota que vez se le ocurrió decirle que lo albortara que él no se haría cargo, ella no quería así que se me ocurrió después que ella se fue darle un medicamento en un jugo, le di el jugo con engaños y ella se lo tomó, la verdad si me sentía mal por hacerle eso, pero todavía tenía futuro y poder hacer más cosas y no estaba preparado para dar cariño a una mini versión, yo sé que piensas que soy el peor por hacerle eso a alguien pero no tenía cabeza para eso, era apenas un morro que no sabía mucho, ahora que ya eh estado madurando poco a poco me doy cuenta de todo créeme—. Me tomo la mano y la junto con sus manos.

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