Conferencia (parte 1)
Jorge
Toda esta situación que había pasado con Emily me tenía cansado no había dormido muy bien que digamos, y luego lo qué pasó con Silvia, me preocupaba ella y mi pequeño. Aparte nunca me imaginé que yo fuera papá sin darme cuenta.
Yo daría la vida por ellos si fuera necesario, Silvia llego antes que mi pequeño pero no significaba que hacía distinciones.
Después de la llegada del hospital, Silvia durmió al igual que yo, no pude conciliar rápido el sueño porque desperté a la 1, volteé a ver a la mujer que estaba a mi lado metida en mi cuello y una mano en mi pecho, dormía con tanta tranquilidad, su expresión era de que estaba cómoda durmiendo así, me acostumbraría a ver estas vistas al despertar, sus labios delgados pero a la vez muy deleitables, con un beso de esos labios subo al cielo y hablo con dios.
Me moví tratando de no despertarla, pero a lo qué vi mi pecas tiene el sueño muy pesado, porque no se despertó solo se movió y abrazó la almohada donde estaba dormido yo.
Salí del cuarto y me fui a la cocina, estaba que me moría de hambre, me hice un sándwich, mi hermano Ricardo ya estaba aquí conmigo tenía como un año que no lo veía, no solo vino a lo de Emily vino a conocer a Silvia, conocía lo curioso que era mi hermano, sentí que algo me tocó el hombro y voltee rápido, era Ricardo—
—Ricardo me asustaste—. Dije.
—Así has de tener la conciencia Salinas—. Levantando una ceja.
—Tú llegas como la humedad, sin avisar—. Mencione.
—Uuy si, que suerte tienes Salinas de tener a una mujer como Silvia a tu lado, ya quisiera tener a alguien así en mi vida pero no tengo ni un perro que me ladre—. Dijo expresando un gesto de tristeza pero yo sabía que era de broma porque este Ricardo era muy mujeriego al igual que yo en mi pasado.
—¿Te creeré Ricardo?—. Levante una ceja.
—Como quieras Salinas y bien ¿Qué hiciste de comer?—. Pregunto.
—Yo me estoy haciendo un sándwich, en el refrigerador ahí para que te hagas—. Seguí haciendo mi sándwich.
—Pero que forma de tratar a las visitas Salinas, ahorita encargó unas hamburguesas para mi sobrino y para mi—. Voltee a verlo con mala cara.
—Como tú quieras Ricardo, pero a mi hijo no lo vayas a acostumbrar a la comida chatarra entendido—. Dije mientras lo veía a los ojos.
—Okey papá sobreprotector—. Dio la vuelta y se fue hacia los cuartos.
Termine de preparar mi sándwich y me senté en la sala para ver una serie, quería volver al cuarto pero no quería despertar a Silvia.
Perdí la noción del tiempo de tanto estar en la serie y me fijé la hora ya eran las 4:30, fui a ver al cuarto a Silvia y seguía igual de dormida, me acosté y ella me abrazó otra vez.
A las 5 en punto sentí como se movía, yo estaba viendo el celular viendo lo del trabajo porque se nos había juntado demasiado ahora que estuvimos ausentes—
—Hola mi bella durmiente—. Dije volteando a verla.
—¿Qué hora es?—. Pregunto.
—Son las 5 de la tarde, dormiste mucho en la noche no podrás dormir pequeña—. Dije.
—Claro que podré y verás que me dormiré primero que tú—. Me sonrío.
—Yo también me dormí pero desperté a las 3 y seguías dormida—. Le mentí me desperté a la una.
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El destino
RomanceSilvia una joven de tan solo 20 años pasó la desgracia de su vida, después de sufrir un abuso de parte de tu pareja Fernando y que el pasado no la dejara en paz. Decidió irse a estudiar a Roma, Italia para librarse de su pasado y sus tormentas. Lo q...