Ira interna
Silvia
Esto de estar embarazada, me hacía pasarla mal pero a la vez bien, Jorge todo un amor conmigo.
En la mañana antes del amanecer desperté con nauseas y Jorge se dio cuenta, hasta me hizo un jugo de naranja, con este me tome la pastilla del ácido fólico,
También me había preparado mi ropa para ir a trabajar y poder dormir un poco más, Jorgito vino a dormir un rato conmigo.Mi madre hizo unos chilaquiles verdes mis favoritos, desayunamos y nos fuimos al trabajo.
Llegando nos despedimos y cada quien se fue hacer sus actividades en la oficina.
Salí con mi tabla para ir a revisar a los pacientes.
Busque en mis bolsillos mi celular, ya que tenía que investigar una guía sobre unos medicamentos que le iba a suministrar a mi paciente, me busque el celular y nada lo dejé en la oficina, así que me regrese por el.
Subí corriendo ya que no quería descuidar de más a mi paciente.
Entre y mi celular estaba en el escritorio, lo tome para salir rápido, al darme la vuelta el teléfono de mi oficina timbro.
—Bueno susy dime—. Contesté.
—Amor—. Escuché la voz de Jorge entre cortada.
—Salinas ¿Estas bien?—. Pregunté algo preocupara.
—No, puedes venir a la oficina te necesito—. Ahora qué pasó.
—Voy para allá no tardo nada—. Colgué el teléfono.
Salí a toda prisa para con mi paciente, se que Salinas estaba mal pero no podía descuidar el trabajo porque nos costaría el puesto a él y a mi.
Le puse el medicamento a mi paciente intravenosa poniéndolo lento para poder regresar a tiempo para los cambios que hubiese después de este.
Me iba a subir en el ascensor, pero por más que le pique para que bajara hacia donde estaba yo, nunca bajo, así que subí por las escaleras.
Yo sé que agitarme me hacía mal y esforzarme igual, pero mi hombre estaba mal y no sabía el motivo.Llegué a la oficina de Jorge, toque la puerta pero nadie abrió, así que decidí abrirla.
Al abrirla vi que no había nadie, como va hacer eso posible si Jorge me llamo que aquí estaba.—Amor ¿donde estas?—. Lo llame.
—Aquí estos—. Me dirigí hacia donde escuché la voz.
Estaba sentado tirado en el suelo, con la cabeza en medio de las piernas y se escuchaba que estaba llorando, me hinqué y me puse a su lado.
—Amor ¿qué pasa?—. Nunca lo había visto así.
Levanto la vista y lo pude ver, se veía destrozado.
—Silvia...—. Sollozo. —Apareció mi madre—. Espera la madre de Jorge.
—¿Como?, necesito que me cuentes todos—. Que no mal recuerde la mamá de Jorge los abandonó cuando ellos estaban muy pequeños.
—Abrázame primero, te necesito—. Me parte el alma verlo así.
Lo abracé y el hundió su cabeza en mi cuello, podía oírlo llorar muy fuerte y feo, saber no ayudarlo me desespera.
ESTÁS LEYENDO
El destino
RomanceSilvia una joven de tan solo 20 años pasó la desgracia de su vida, después de sufrir un abuso de parte de tu pareja Fernando y que el pasado no la dejara en paz. Decidió irse a estudiar a Roma, Italia para librarse de su pasado y sus tormentas. Lo q...