Capítulo 17

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Nada más llegar a casa cerré la puerta con llave, dejé la mochila tirada en el suelo de la entrada y con manos temblorosas, busqué el teléfono. Marqué el nuevo número de mi madre. Después de dos tonos, su voz familiar llenó el vacío que sentía en aquel momento.

— ¿Qué tal las clases?

— Mamá, necesito hablar contigo sobre algo importante — empecé, mi voz era apenas un susurro tenso lleno de ansiedad — Alguien me ha encontrado.

Hubo una pausa al otro lado de la línea.

— ¿Quién? — su voz era cautelosa, meditada.

— Connor Howard.

Mi madre tardó en responder y comencé a comerme las uñas nerviosa.

— ¿Mamá? — insistí para asegurarme de que seguía al otro lado del teléfono.

— ¿Qué sabe? — respondió mi madre.

— No estoy segura. Creo que nada. Sigue pensando que no soy una luna, que no me he transformado. Aunque no creo que tarde mucho en averiguarlo.

— ¿Y entonces por qué te ha seguido hasta ahí?

— Creo que de algún modo nos hemos... vinculado. No sé muy bien cómo. Él insiste en que no me escogió y yo... yo ni siquiera me lo había planteado. No es posible ¿verdad? No es posible que nos hayamos emparejado.

— Es posible.

La respuesta de mi madre hizo que sintiera náuseas y me apresuré a sentarme en el sofá antes de que el mareo que comenzaba a sentir hiciera que me desmayara.

— ¡Cómo que es posible! ¡Mamá!

— No soy experta en el tema. Tu abuela y yo tratamos de recopilar información sobre la leyenda de las lunas alfa cuando naciste, pero prácticamente todos los archivos originales habían sido destruidos. Sólo pudimos encontrar fragmentos, muchos de ellos mezclados con el folclore popular de clanes que quedaron al margen de la gran unificación. Es difícil saber cuánto es verdad y cuánto es ficción.

— ¿Pero? — la apremié para que terminara de darme la respuesta que buscaba.

— En uno de esos pasajes se hablaba de que las lunas alfa alteraban las normas convencionales de nuestros emparejamiento. En algunos se hacía referencia a que eran ellas quienes establecen la vinculación siendo el macho en este caso el receptor. En otros se hablaba de la posibilidad de que establecieran varios vínculos al mismo tiempo, lo que se opone completamente al emparejamiento tradicional que conocemos y que es único y de por vida...

El teléfono se me escurrió de las manos golpeando contra el suelo con estruendo. No. Aquello no podía estar pasando.

— ¡Tayen! ¿Va todo bien? ¡Tayen respóndeme!

Oía la voz de mi madre saliendo desde el teléfono. Lo recogí para volver a llevármelo a la oreja.

— Mamá... — mi voz sonaba entrecortada, estaba temblando — Hay algo más que no te he contado.

— Tayen me estás asustando. ¿Qué ocurre?

— Es posible que sea cierto — dije casi sin poder creer las palabras que estaba a punto de pronunciar — Lo de tener varios vínculos. Es posible que me haya vinculado a otro lobo.

— Por todas las lunas — oí a mi madre maldecir al otro lado del teléfono — ¿No se te ha ocurrido decírmelo antes? ¿Quién es?

— No estoy segura de quién es, pero ¿recuerdas que te dije que creía haber visto a alguien en el bosque la noche del emparejamiento? ¿Un lobo?

Mi madre no respondió así que continué.

— He estado en su cabeza.

— ¿En su cabeza? ¿Cómo que en su cabeza? – mi madre no paraba de maldecir – ¿Estás segura?

Asentí antes de recordar que no podía verme.

—Sí, mamá. Creo... creo que él sí me vio transformarme aquella noche.

Mi madre suspiró, un sonido potente que parecía llevar el peso del mundo.

—Tayen, tienes que tener mucho cuidado. No puedes confiar en nadie, aunque sientas que hayas formado algún tipo de vínculo ¿Me oyes?

La advertencia me hizo estremecer, pero necesitaba entender más, comprender completamente la situación en la que me encontraba. Nunca había hablado de estos temas con mi madre. Nunca había tenido esa necesidad. Al fin y al cabo hasta ahora siempre había pensado que yo no tendría que pasar por esto.

— Mamá, ¿puedes explicarme más sobre cómo funciona la vinculación entre hombres lobo? Necesito entender lo que está pasando.

Hubo una pausa, luego, con un suspiro, comenzó a explicar.

— La vinculación es una conexión profunda y única que puede ocurrir entre dos lobos. Es más que física; es espiritual y emocional. Cuando dos lobos se vinculan, se convierten en compañeros de por vida. Se protegen mutuamente, comparten emociones y pensamientos y, en muchos casos, actúan como una sola entidad. Es una relación poderosa, Tayen, pero también puede ser peligrosa si se forma bajo las circunstancias equivocadas.

— ¿Peligrosa? ¿En qué sentido? — pregunté mientras mi corazón comenzaba a latir con fuerza.

— El vínculo nunca está completamente equilibrado. Una de las dos esencias siempre es más fuerte que la otra y es la que se impone, mientras que la otra pasa a ser sumisa. Siempre es el macho el que asume esa posición de poder pero en tu caso... bueno, está claro que podría no ser así. Podría ser tu esencia la que luche por imponerse y en ese caso él podría notar que algo no va bien... ¿Lo comprendes? Podría descubrir que no eres una luna normal. Y si además descubren que te has vinculado con dos machos...

— Pero yo ni siquiera pretendía vincularme — respondí asustada.

La voz de mi madre se volvió más conciliadora.

— La esencia del vínculo no es negativa en realidad. Su objetivo primario es el de ofrecer protección, un compañero, dos esencias que juntas son más fuertes. Tal vez tu esencia los haya escogido por ese motivo, para protegerte. Sólo debemos tener cuidado.

— ¿Y qué debo hacer entonces?

— De momento mantente alejada de Connor Howard todo lo que puedas. Es mejor si sigue pensando que no te has transformado. Y trata de averiguar más sobre ese otro lobo. A qué clan pertenece, cuáles son sus intenciones. Cuanto más sepamos mejor nos podremos preparar. He localizado algunos libros antiguos que hablan sobre tu linaje. No es seguro que yo los tenga aquí así que los enviaré a la librería de mi amiga para que puedas recogerlos. Pero ten mucho cuidado Tayen. Por favor.

— Gracias, mamá. Lo tendré — mi voz era firme, aunque por dentro me sentía cualquier cosa menos segura.

— Encontraremos la manera de protegerte, Tayen. Recuerda, siempre estoy aquí para ti.

Colgamos poco después, y me quedé sentada, contemplando como la luna comenzaba a imponerse en el firmamento. 

 

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Tayen, la leyenda de las Lunas [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora