Capítulo 34

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Cuando llegué al exterior aún era noche cerrada. El sonido aterrador de aullidos y el estruendo era atronador. Como una tormenta que busca arrasarlo todo a su paso. La batalla había comenzado.

— ¡Está aquí! — gritó uno de los centinelas.

Me preparé para enfrentar el ataque pero de pronto sentí el vínculo con Connor y Marcus vibrar con una intensidad feroz mientras se posicionaban a mi alrededor para defenderme. Los primeros lobos aparecieron entre los árboles, sus ojos brillando con odio y determinación.

La batalla fue caótica y brutal. Los aullidos de los lobos y los gritos de los combatientes llenaron el aire, mezclándose con el sonido de los golpes y el crujir de ramas y huesos. Me encontré asistiendo a un espectáculo brutal. Viendo como Marcus y Connor luchaban codo con codo tratando de defenderme.

— ¡Tayen, cuidado! — gritó Connor, lanzándose hacia mí para bloquear un ataque que no había visto venir.

El enemigo cayó al suelo con un gruñido, pero no hubo tiempo para celebrar. Otro lobo se abalanzó sobre nosotros, y esta vez fue Marcus quien lo derribó, su fuerza impresionante mientras lo inmovilizaba.

A medida que la batalla continuaba, me di cuenta de que estábamos en desventaja. Había muchos lobos, y parecían estar dispuestos a luchar hasta el último aliento contra nosotros. La desesperación se apoderó de mí.

De repente, una voz conocida sonó a mi espalda.

— Por aquí, rápido.

Me giré sorprendida y me encontré de frente con el rostro conocido de Erandi, la hermana pequeña de Qhari. Mi primera reacción fue apartarme de ella, asustada. Pero los ojos de la joven parecían tan asustados como los míos, y la mano que me tendía temblaba ligeramente. Volvió a susurrar.

— Tayen, por favor — tenemos que salir de aquí antes de que sea demasiado tarde.

Marcus y Connor me miraron, esperando mi respuesta para saber si podíamos fiarnos de ella. No fui capaz de pronunciar ninguna palabra, simplemente asentí.

— Le he dicho a mi hermano que te vi correr hacia la entrada principal — habló Erandi en voz baja mientras caminaba pegada al muro de piedra — Te estarán buscando allí, eso nos debería dar algo de tiempo.

— Hay un pasadizo que atraviesa el jardín trasero hasta el lago. Lo utilizaba de pequeño cuando quería escabullirme del castillo sin ser visto.

Erandi asintió y continuamos en silencio guiados por Connor.

Después de lo que pareció una eternidad, llegamos al exterior, en un pequeño claro entre los árboles y el lago.

Nos quedamos en pie, jadeando y cubiertos de sudor y sangre, pero vivos. Erandi se acercó, su rostro estaba algo pálido pero parecía aliviada.

— ¿Estás bien? — dijo, mirando a su alrededor antes de romper en lágrimas — Tayen lo siento tanto... Cuando supe lo que iban a hacer no me lo podía creer.

Negué lentamente.

— Hemos salido de allí gracias a tí — respondí estrechándole la mano y la joven pareció calmarse un poco.

— Vamos alejémonos de aquí — nos interrumpió Marcus — Estaremos más seguros en el bosque.

Nos refugiamos en un claro cercano, lejos del alcance inmediato de Malcom y sus hombres. Me sentía abrumada por la mezcla de emociones. Marcus me sostenía firmemente, su mirada feroz aún escrutando nuestro alrededor listo para protegerme de cualquier amenaza.

Apenas nos detuvimos, Connor se acercó rápidamente a mí, su rostro reflejando una mezcla de preocupación y vergüenza.

— Tayen, ¿estás bien? — preguntó, su voz temblando ligeramente — No puedo creer que esto haya pasado. No debí permitir que te pusieran en peligro de esta forma.

Tayen, la leyenda de las Lunas [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora