Capítulo 28

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Connor no llegó hasta el día siguiente por la tarde. Traía consigo varios libros y manuscritos antiguos para que investigáramos un poco más sobre mi linaje, pero Marcus y yo estábamos arreglandonos para salir y no nos apetecía ponernos con eso en aquel momento.

— Esto es importante — protestó Connor cruzándose de brazos.

— Sé que es importante. Pero ¿no podemos disfrutar de una noche y revisarlo mañana? Ya hemos quedado con mis amigos — supliqué.

— No creo que salir con tus amigos sea prioritario.

— Siempre tienes que ser tan...

— ¿Aburrido? — intervino Marcus remangándose los puños de su camisa negra antes de que yo pudiera terminar la frase.

Lo miré con reprobación.

— Iba a decir formal — dije tratando de evitar que volvieran a enzarzarse en una nueva pelea — Por favor. Una noche. — supliqué.

— Está bien — concedió Connor — Solo un rato.

Sonreí pasando a su lado para ir a por mí bolso.

— En realidad quería decir aburrido, estoy seguro — oí cómo Marcus volvía a decirle a Connor tratando de molestarlo.

— De verdad sois como dos niños pequeños. Vámonos — los llamé desde la puerta.

Llegamos a la Gryphon's y Mara nos saludó al entrar acercándose entre el bullicio.

— Los has traído — dijo hablando junto a mi oreja para que pudiera oírla por encima del ruido del local.

— Sí, y ya me estoy arrepintiendo — respondí sonrojándome — Todos me miran.

— Todos quieren saber quién eres y sobre todo quiénes son ellos. Los dos tíos más buenorros de Yale han entrado contigo — rió mi amiga — Ahora no puedes hacerte invisible.

La noche fue increíble. Bailamos y bebimos. Bueno, casi todos. Connor nos miraba apoyado desde la barra hasta que al final se cansó y decidió marcharse a casa.

Poco a poco fui sintiendo como el alcohol me desinhibía y en algún punto de la noche mi mente dejó de tener el control y mis instintos se despertaron. Desde ese momento, supe que la noche no sería ordinaria. Marcus tenía un aura que me atraía irremediablemente, como si fuera un centro de gravedad del que no podía, ni quería, escapar. Pero tenía que mantener la compostura, especialmente frente a mis amigos.

A medida que la noche avanzaba, me sentía cada vez más abrumada. Nuestra conexión parecía intensificarse con cada canción que bailábamos juntos, con cada risa compartida, mientras a nuestro alrededor todos parecían ajenos a la tensión entre nosotros.

Se acercó, susurrando mi nombre de una manera que despertó una llama en lo más profundo de mí. La forma en que me miraba, como si pudiera ver a través de mi piel, desarmaba cualquier defensa que intentara mantener. Sus labios rozaron el lóbulo de mi oreja, luego mi cuello, aspirando mi aroma durante unos segundos que se sintieron eternos. Un sonido ronco salió de lo más profundo de su garganta, enviando un escalofrío a través de mi cuerpo.

No estaba preparada para esto. Para lo que fuera que estuviese ocurriendo entre nosotros. Simplemente me asustaba.

Nos encontramos en la cola del baño. De nuevo, sentí esa fuerza gravitatoria tirando de mí hacia él.

— Necesito que hablemos, lejos de ellos — dije, haciendo un gesto con la cabeza hacia donde mis amigos estaban pidiendo en la barra.

Marcus extendió su mano hacia mí, y la tomé despacio, sintiendo una calidez que me era extrañamente familiar y a la vez profundamente desconcertante.

Tayen, la leyenda de las Lunas [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora