— Estoy bien — dije por enésima vez mientras una de las curanderas de Selene revisaba mi pulso. Volví la vista hacia Marcus y Connor que estaban a mi lado en la habitación — He dicho que estoy bien.
Connor asintió en dirección a la curandera, que se apartó de mí saliendo de la habitación.
— Dónde está — dije poniéndome en pie.
— Tayen, tú también necesitas recuperarte — trató de convencerme Connor.
Lo miré enfurecida.
— Abajo — respondió Marcus con seriedad — Están haciendo todo lo que pueden por ella.
Sentí una oleada de desesperación y rabia inundar mi ser. Salí de la habitación a toda prisa y bajé las escaleras de Bolt Castle de dos en dos hasta la enfermería. Atravesé las puertas como un vendaval desatado y busqué a mi madre entre todos los heridos.
— ¡Mamá! — grité en cuanto la localicé, corriendo hacia ella.
— Tayen... — susurró, su voz débil pero llena de amor — Prometeme que no dejarás que gane. Lucha... por todos nosotros.
Me arrodillé junto al cuerpo de mi madre, mientras las lágrimas corrían por mis mejillas a toda velocidad. La sostuve en mis brazos, sintiendo una profunda tristeza y un dolor indescriptible.
— Lo haremos juntas, mamá... — susurré, mi voz quebrada por el llanto — No puedo hacerlo sin ti.
Mi madre cerró los ojos lentamente, agotada. Mi abuela se acercó, su rostro marcado por el cansancio y la tristeza. Apoyó una mano sobre mi hombro y trató de sonreir.
— ¿Se pondrá bien? — pregunté con la voz rota.
— Debe descansar Tayen — dijo tratando de sonar calmada — Y nosotras rezaremos a la luna por ella.
Yo no podía evitar sentirme inútil, sin saber qué hacer. Mi abuela me miró con ternura.
— Haremos todo lo posible — respondió suavemente—. Pero tú tienes que ser fuerte Tayen. Ahora debemos seguir adelante, por ella y por todos los que hemos perdido.
Connor y Marcus se acercaron, sus expresiones llenas de dolor pero también de apoyo. Sabía que estaban conmigo, y eso me dio la fuerza para levantarme y seguir adelante.
Habilitamos un par de salones para que los curanderos pudieran atender a los heridos que se contaban por decenas y ayudamos a trasladarlos. Los demás nos reunimos para honrar a los caídos. Una nueva batalla había terminado, pero las cicatrices que dejó eran profundas.
— Hemos perdido a muchos, pero su sacrificio no será olvidado — dijo Selene, su voz resonando con fuerza — Seguiremos adelante, por ellos y por nuestro futuro.
Los miembros de la manada asintieron, sus expresiones llenas de determinación y esperanza. Sabíamos que aún había mucho por hacer, pero también sabíamos que juntos éramos fuertes.
Mientras nos preparábamos para reconstruir y fortalecer nuestras defensas, sentí una renovada sensación de propósito. Sabía que no estaba sola. Con Connor, Marcus y todos nuestros aliados a mi lado, estaba lista para enfrentar cualquier desafío.
Esa noche, mientras las estrellas brillaban en el cielo, prometí que seguiría luchando por aquellos que amaba y que haría todo lo posible por traer la paz de vuelta a nuestras vidas. Habíamos enfrentado la oscuridad y habíamos salido adelante, y sabía que, con el apoyo de todos, podíamos superar cualquier obstáculo.
Aún no había amanecido cuando me desperté sobresaltada. Salí de mi habitación y busqué a Marcus y a Connor. Los encontré hablando en la puerta de la enfermería.
— ¿Qué ha pasado?
Podía notar que algo no iba bien. Habían cerrado el canal que unía nuestras mentes, como si una bruma oscura cubriera el camino no permitiéndome llegar hasta ellos. Me ocultaban algo. Algo que no era bueno.
— Tú madre... — la voz de Connor se quebró y yo comencé a negar antes de que acabase la frase — Tayen tu madre ha muerto.
Veía borroso, como si todo ocurriera a cámara lenta a mi alrededor. No lo soporté más. Me desplome, pero los brazos de Marcus me sostuvieron antes de que mi cuerpo golpeara el suelo.
— Su muerte será vengada — me prometió al oído.
Pero yo ya no escuchaba, el dolor era demasiado intenso y perdí el conocimiento.
Cuando desperté la realidad volvió a mí de golpe asestando una nueva puñalada a mi corazón destrozado. Voces malhumoradas llegaban hasta mis oídos desde la sala contigua. Me levanté y me acerqué despacio tratando de no hacer ruido.
— ¿Cuántos tendremos que morir para que ella sea feliz? — un macho de unos cuarenta años gritaba enfurecido mientras algunos más asentían a su espalda.
Connor, frente a ellos, trataba de mantener la calma mientras seguían recriminándole su actitud.
— Eras el futuro de la manada. Ahora no eres más que nuestra deshonra.
Marcus se adelantó con los puños apretados.
— Tú y tus tradiciones podéis iros a la mierda. — dijo furioso pero Connor lo paró antes de que las palabras fueran a más.
— Ninguno de vosotros está obligado a quedarse — trató de sonar conciliador — Sois libres de seguir el camino que consideréis más justo.
Uno de los machos soltó un gruñido.
— ¿Qué manada crees que nos acogerá ahora? Somos traidores por seguir a una maldita luna.
— Cuida tus palabras — bramó Marcus.
Entré en la sala y todas las miradas se volvieron hacia mí.
— Yo no elegí esto — dije furiosa — No pedí ser la líder de nadie ni tener este poder. — caminé entre los presentes mirándolos a los ojos con determinación — Pero sé que luchar por protegerlo es importante y por ello estoy dispuesta a seguir adelante. No sois los únicos que habéis perdido a vuestros seres queridos. Yo también he perdido buenos amigos, gente a la que quería, incluyendo a mi madre. Sus sacrificios han sido el último acto de amor y protección hacia una causa que creían justa. Y pienso honrar su memoria luchando por un futuro mejor. Quien no esté dispuesto a hacerlo es libre de marcharse ahora mismo. Porque os puedo asegurar que esto no ha acabado, y lo que queda tampoco será más fácil.
La pérdida de mi madre había fortalecido mi resolución y había enfocado mi poder de luna alfa de una manera que nunca antes había experimentado. Su amor y su fuerza vivían en mí, y usaría ese poder para proteger a los que quedaban y para construir un futuro mejor. Estaba lista para enfrentar lo que viniera, y sabía que, juntos, podríamos lograr cualquier cosa.
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Tayen, la leyenda de las Lunas [Editando]
WerewolfCuenta la leyenda que cada mil años nace una luna tan fuerte y salvaje que ningún alfa puede controlarla. Una auténtica líder que amenaza las costumbres patriarcales que han imperado en nuestros clanes generación tras generación. Una luna destinada...