— ¿Tayen? — insistió Connor.
Ambos machos tenían ahora sus miradas fijas en mí, esperando ansiosos mi respuesta. Una respuesta que no tenía. Joder. ¿Qué se suponía que debía decirles? Obviamente el moreno me había visto transformarme, así que no podía seguir negándole a Connor que sí que era una luna. Tampoco tenía forma de ocultarles que tenía un vínculo con ambos, no ahora que los dos estaban aquí uno frente al otro. Era demasiado obvio. Ningún macho pelearía de esa forma por alguien que no fuera su pareja. No, aquella parte de la verdad no podía ocultarla más tiempo. Pero tal vez fuera suficiente como para salir del paso, al menos de momento. No tenía por qué mencionar nada de la leyenda, no tenía por qué decir que sabía nada más. Al fin y al cabo, ni siquiera estaba muy segura de qué más albergaba mi linaje.
— Él tiene razón — dije mirando a Connor con miedo a su reacción.
— ¡¿Cómo?! — bramó enfurecido.
El moreno sonrió victorioso y se acercó colocándose tan cerca que podía notar el calor que emanaba de su cuerpo.
— Te lo he dicho. Es mi luna — dijo saboreando cada palabra mientras miraba como Connor se encendía de rabia.
— No puede ser tu luna porque está vinculada conmigo — respondió Connor apretando los puños con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos y temí que sus garras atravesaran su piel de nuevo.
— ¿Es que en tu puta manada no te enseñan a respetar a las lunas de los demás? — la voz del moreno volvió a sonar amenazante y su cuerpo volvió a tensarse en posición de ataque.
— Basta — dije antes de que el moreno volviera a iniciar otra pelea — Tiene razón. Estoy vinculada con él — dije señalando a Connor.
— ¿Qué? — exclamó el moreno.
— ¿Quién es ahora el que no respeta las lunas de los demás? — se burló Connor.
El moreno lo miró con tanto desprecio que sentí que iba a arrancarle la cabeza de un mordisco allí mismo.
— También estoy vinculada con él — mi voz fue apenas un susurro mientras señalaba al moreno esta vez.
Ambos volvieron a mirarme.
— ¿Qué estás diciendo?
— Eso es imposible.
Sus voces comenzaban a elevarse de nuevo.
— No lo sé, no sé cómo ha pasado. Simplemente ocurrió. Yo no quería esto — dije señalando a ambos — No lo quería con ninguno.
— Los vínculos son la conexión más profunda que existe entre un lobo y su luna. Es algo único y privado. Es una relación sagrada. Ningún lobo puede vincularse más de una vez mientras su pareja siga viva — dijo Connor como si recitara la lección aprendida.
— Bueno eso tiene fácil solución — la voz del moreno sonaba bastante seria, como si valorase la posibilidad de acabar allí mismo con su contrincante.
— Esto no es ideal — intervine — pero tiene que haber una forma de romper los vínculos y que todos podamos seguir con nuestra vida. Tú podrás vincularte a la luna que pensabas escoger — dije señalando a Connor y añadí volviéndome hacia el moreno — Y tú... podrás volver a lo que quiera que hacías hasta ahora.
— ¿Quién ha dicho que yo quiera romper nuestro vínculo, preciosa?
Sus ojos verdes brillaron en la oscuridad del callejón. Aquello me pilló completamente desprevenida. ¿En serio aquel lobo quería estar vinculado conmigo? Ni siquiera me conocía. ¿Qué interés podría tener en mí?
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Tayen, la leyenda de las Lunas [Editando]
WerewolfCuenta la leyenda que cada mil años nace una luna tan fuerte y salvaje que ningún alfa puede controlarla. Una auténtica líder que amenaza las costumbres patriarcales que han imperado en nuestros clanes generación tras generación. Una luna destinada...