El mundo de los espíritus era un lugar maravilloso y terrorífico a la vez. El laberinto caótico que me rodeaba estaba lleno de sombras y luces parpadeantes que parecían querer atraerme hacia ellas, pero sabía que no debía detenerme si quería salir de allí a tiempo, y esa urgencia que sentía me empujaba a seguir adelante. Mi corazón latía con fuerza mientras avanzaba por el sinuoso camino. Tenía que encontrar a mis antepasadas y obtener su guía.
Tras mi primer encuentro con aquellos espíritus con forma de lobo, la siguiente dificultad que encontré fue un muro de sombras que se movía cambiando de forma constantemente. Era como si el propio laberinto intentara impedir que avanzara cerrando todas las posibles salidas. Sentía la presión de las sombras ciñéndose sobre mi cuerpo, frías, tratando una vez más de engullirme.
No te rindas, Tayen, me dije a mí misma, tratando de mantener la calma.
Recordé las historias que mi abuela me había contado sobre las mujeres de nuestra familia, sobre cómo ella misma y mi madre sobrevivieron y siguieron luchando para ocultarme. Inspirada por su coraje, decidí enfrentarme a las sombras con determinación. Cerré los ojos y me concentré, visualizando una luz interior que brillaba con fuerza. Poco a poco, sentí cómo esa luz crecía, irradiando calor y energía.
Abrí los ojos y vi cómo la luz emanaba de mí, empujando las sombras hacia atrás. Avancé a través del muro, sintiendo cómo las sombras se desvanecían a mi paso. Al otro lado, el laberinto parecía más claro y menos opresivo.
Pero las pruebas no habían terminado. Apenas había avanzado unos cientos de metros, cuando me encontré con un río de fuego que bloqueaba mi camino. Las llamas ardían con furia, y el calor era casi insoportable. Sabía que debía cruzarlo, pero no tenía idea de cómo hacerlo sin terminar abrasada.
De repente, escuché una voz suave y firme, como un susurro en mi mente.
"Todo lo que necesitas está en tí, Tayen. Tienes más poder del que crees"
Cerré los ojos de nuevo y me concentré en encontrar en mi interior, ese poder que me ayudase a sofocar las llamas. Sentí una corriente de energía fría y refrescante fluyendo dentro de mí. Cuando abrí los ojos, extendí mis manos hacia el río de fuego y sin saber muy bien cómo, canalicé esa energía hacia las llamas.
El fuego comenzó a disminuir, las llamas se apagaron lentamente, y pude ver un camino a través del río. Crucé con cuidado, sintiendo la energía de mis antepasadas fluyendo a través de mí, guiándome.
Finalmente, llegué a un claro en el centro del laberinto. Allí, rodeadas de una luz suave y acogedora, estaban las mujeres de mi linaje. Sus figuras eran etéreas, unas en su forma humana, otras en su forma animal, pero sabía que eran ellas. Sus ojos brillaban con una sabiduría y una fuerza que me dejó sin aliento.
"Bienvenida, Tayen" la voz de una de ellas sonó en mi cabeza, firme y clara "Te estábamos esperando. Has mostrado gran valentía al llegar hasta aquí"
— He venido en busca de vuestra ayuda — respondí, mi voz temblaba de emoción — Necesito que me ayudéis a comprender este poder. No sé cómo manejarlo.
Las mujeres se acercaron y me rodearon, sus manos extendidas hacia mí. Sentí una oleada de energía fluyendo a través de ellas, llenándome y corriendo por mis venas. La más anciana de todas ellas se acercó y tomó mi rostro entre sus manos.
"Puedes hacernos tres preguntas. Sólo tres. Luego debes abandonar el mundo de los espíritus antes de que tu esencia quede atrapada para siempre" su voz sonó en mi mente pero sus labios permanecieron sellados.
Tres preguntas. ¿Cómo iba a reducir todas las dudas que me venían a la cabeza en sólo tres preguntas? Dejé escapar un suspiro y me concentré.
Lo primero que pensé fue en mi pasado, en el de todo mi linaje. Aquellos que quisieron acabar con la vida de mis antepasadas suponían también un peligro para mí y mi familia.
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Tayen, la leyenda de las Lunas [Editando]
WerewolfCuenta la leyenda que cada mil años nace una luna tan fuerte y salvaje que ningún alfa puede controlarla. Una auténtica líder que amenaza las costumbres patriarcales que han imperado en nuestros clanes generación tras generación. Una luna destinada...