Estaba subiendo las escaleras hacia mi habitación cuando escuché pasos ligeros detrás de mí. Me giré y vi a Erandi acercándose rápidamente.
— Tayen, ¿vas arriba?.
—Sí —asentí, deteniéndome en mitad del peldaño.
— ¿Puedes llevarle esto a Marcus? — dijo, extendiendo una chaqueta de cuero oscuro que reconocí al instante — Creo que se lo dejó en el entrenamiento esta tarde.
Miré la chaqueta por un segundo y luego asentí.
— Claro, no hay problema — respondí con una sonrisa mientras tomaba la prenda de sus manos.
Erandi me agradeció con un pequeño gesto de cabeza antes de volver sobre sus pasos.
Subí las escaleras y caminé por el pasillo hasta llegar a la habitación de Marcus. La puerta estaba entreabierta, pero el joven no estaba allí. Empujé la puerta suavemente y entré, dejando la chaqueta sobre la silla junto a su cama. Sin embargo, al colocarla, algo cayó del bolsillo interior y aterrizó suavemente en el suelo con un leve sonido de papel.
Me incliné para recogerlo y me di cuenta de que era una carta. La curiosidad me invadió por un segundo, algo que odiaba admitir, pero no pude evitarlo. Mientras tomaba el sobre, vi que estaba medio abierto y unas líneas escritas a mano sobresalían. Mis ojos se movieron hacia las palabras antes de que pudiera detenerme:
Mi corazón dio un vuelco al leer aquellas pocas palabras.
Justo en ese momento, la puerta se abrió de golpe. Levanté la vista y me encontré con Marcus, de pie en el umbral. Su expresión cambió por completo cuando vio la chaqueta en la silla y la carta en mis manos. Sus ojos, siempre tan brillantes y llenos de vida, ahora estaban llenos de alarma y un poco de enojo.
— ¿Qué estás haciendo? —preguntó, su tono bajo pero claramente tenso.
— ¡Qué narices es esto! — le grité a Marcus tirándole el trozo de papel a la cara.
Marcus caminó rápidamente hacia mí y me quitó la carta de las manos. Su mandíbula estaba apretada y sus ojos evitaban los míos mientras guardaba la carta en el bolsillo interior de la chaqueta. Marcus se tensó. El silencio entre nosotros se volvió denso, incómodo. Ambos sabíamos que esas pocas palabras que había leído no podían ser ignoradas.
Marcus soltó un suspiro, pero no me miró. En lugar de eso, se dirigió a la ventana, dejando que su mirada se perdiera en el paisaje exterior.
— Puedo explicarlo... — dijo finalmente volviéndose hacia mí.
La expresión en sus ojos era intensa, una mezcla de emoción reprimida y una lucha interna que no lograba contener por completo. Era como si hubiera estado conteniendo esos sentimientos durante demasiado tiempo y estuvieran a punto de estallar. Pero eso a mí me daba igual.
— ¡No! — grité enfurecida extendiendo la mano para que no diera ni un paso más hacia mí — Desde un principio sabías a lo que te exponías, sabías lo importante que era esto para mí, para mi familia, mi linaje... Creí que lo entendías.
— ¡A la mierda tu linaje! ¡A la mierda toda esta gente! — estalló Marcus enfurecido — No son tus dueños. No son ellos los que tienen que sacrificar lo que son.
Lo miré incrédula sin poder creer las palabras que salían de su boca.
— Ellos ya lo están sacrificando todo por mí. Ellos son lo más importante.
— No no permitiré que te hagan daño — dijo Marcus sin entrar en razones — Ya te lo dije una vez. Haría cualquier cosa por ti, acabaría con cualquier persona que quisiera lastimarte. Incluso si eso significa tener que luchar contigo misma.
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Tayen, la leyenda de las Lunas [Editando]
WerewolfCuenta la leyenda que cada mil años nace una luna tan fuerte y salvaje que ningún alfa puede controlarla. Una auténtica líder que amenaza las costumbres patriarcales que han imperado en nuestros clanes generación tras generación. Una luna destinada...