Capítulo 26

435 47 7
                                    

Connor y Marcus se acercaron entonces.

— ¿Estás bien? — preguntó Connor con voz suave.

— Sí, estoy bien — respondí, sonriendo débilmente — Gracias a vosotros dos.

— A mi no tienes que agradecerme, preciosa — dijo Marcus, sus ojos verdes brillaban con intensidad — Haría cualquier cosa por ti.

Connor puso los ojos en blanco ante la respuesta del moreno.

— No teníais por qué — insistí — Así que gracias.

Los tres nos quedamos en silencio por un momento, disfrutando de la tranquilidad del anochecer.

— Os importaría... — no me creía capaz de decir lo que estaba a punto de decir, pero era lo que sentía en aquel momento — ¿Os importaría quedaros?

Una sonrisa pícara se dibujó en el rostro de Marcus haciendo que me arrepintiera inmediatamente de haber pronunciado aquellas palabras.

— ¿Por si nos echas de menos, preciosa? — bromeó.

Esta vez fui yo la que puso los ojos en blanco.

— ¿Sigues preocupada por si alguien nos vió? — preguntó Connor mucho más sensato.

Asentí.

— No consigo quitarme esa sensación de la cabeza. Tal vez sólo sean imaginaciones mías pero...

Connor asintió comprensivo.

— Puedo quedarme, claro. Es mejor que nos aseguremos.

Marcus bufó molesto.

— ¿No tienes ningún deber de la manada que cumplir? Ya puedo quedarme yo con ella.

Connor ni siquiera se molestó en responderle.

— Voy a echar un vistazo por los alrededores antes de acostarme.

— Gracias — respondí con sinceridad.

— Pues yo voy a por algo rico para cenar y unas cervezas para que nos relajemos todos un poco — añadió Marcus saliendo detrás de Connor.

No pude evitar sonreír al verlos a los dos salir por la puerta casi a empujones.

El timbre sonó poco después. Me levanté a abrir pensando que serían los chicos que ya habían vuelto, pero me sorprendí al encontrarme con mi amiga en el porche.

— Te traigo un poco de sopa casera — dijo con una enorme sonrisa mientras me abrazaba — Tienes buen aspecto. ¿Te encuentras ya mejor?

— Sí — respondí rezando por que no me hiciera muchas preguntas para no tener que entrar en detalles.

Mara me había llamado el primer día que había faltado a clases para preguntar si todo iba bien. Respondí diciendo que estaba resfriada, y que esperaría unos días a recuperarme antes de volver a clase. Me sentí un poco mal por mentir a mi mejor amiga y hacer que se preocupara, pero al fin y al cabo sólo era una mentira a medias. Después del ritual sí que necesitaba unos días para recuperarme, aunque no estaba segura de que un viaje al mundo de los espíritus se catalogase como resfriado.

— Pues te he traído un poco de caldo. Mis padres han estado estos días de visita y te aseguro que el caldo de mi madre es lo mejor para curar un resfriado.

— Gracias — respondí con sinceridad — No hacía falta que te molestaras.

— Tranquila, no es molestia...

Aún no había cruzado el umbral de la puerta cuando Marcus y Connor aparecieron detrás de ella.

Mara abrió los ojos como platos, mirando intermitentemente a ambos chicos y a mí. Sentí como mis mejillas se coloreaban.

Tayen, la leyenda de las Lunas [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora