Capítulo 37

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Erandi decidió quedarse con la manada de Selene, al menos de momento. Marcus y yo decidimos quedarnos temporalmente en un pequeño apartamento a las afueras de Hartford esperando a que mi madre y mi abuela pudieran reunirse con nosotros. El viaje de regreso desde los territorios de las Hijas de la Luna fue tranquilo, pero una sombra de preocupación pesaba sobre nosotros. Habíamos ganado valiosos aliados, pero también sabíamos que nuestros enemigos no se detendrían. La sensación de paz era frágil y temporal.

Cuando desperté a la mañana siguiente Marcus parecía estar discutiendo con alguien al teléfono. El aire estaba cargado de una tensión que no había sentido hacía varios días.

—¿Qué pasa aquí? —pregunté, sintiendo el pulso acelerarse en mi pecho.

Marcus intercambió un par de palabras más al aparato antes de volverse hacia mí.

— La noticia se ha corrido —dijo Marcus con voz tensa — Theron acaba de llamarme y al parecer Malcom ha estado movilizando varias manada. No sabemos cuándo, pero es solo cuestión de tiempo antes de que se corra la voz y ataquen.

El corazón se me hundió al escuchar sus palabras. Sabía que esto era inevitable, pero no estaba preparada para enfrentar la realidad tan pronto.

Un par de días más tarde recibí una llamada. El número era desconocido pero estaba esperando que mi madre me contactase así que decidir descolgar.

— ¿Sí?

— ¡Tayen! — la voz de Mara sonó al otro lado del teléfono — ¿Cómo has estado? Hace siglos que no te veo ¿va todo bien?.

— He estado... ocupada — respondí, tratando de sonar despreocupada — ¿Y tú?

— Lo de siempre. Clases, exámenes, y tratando de no volverme loca — dijo con una risa — ¿Dónde estás? Tus primos llevan unos días buscándote por aquí...

La sangre se me heló al escuchar aquello.

— ¿Mis primos? — pregunté aterrada.

— Hola primita — la voz de Katari sonó al otro lado del aparato — Te echamos de menos. Tu amiga ha sido muy amable de darnos tu teléfono pero no queremos molestarla más. ¿Cuándo te veremos?

Sentí náuseas. Si Katari estaba allí mi mejor amiga estaba en peligro.

— Creo que Qhari y yo nos quedaremos en Yale unas horas más y comeremos con ella. Seguro que puedes llegar a tiempo.

— Dejad a Mara en paz — conseguí decir — Ella no tiene nada que ver en esto.

— Claro — respondió Katari — Mara estará también encantada de verte. Nos vemos en una hora primita — y luego simplemente colgó el teléfono.

Mi corazón se aceleró. Katari estaba en Yale. No pensé, solo sabía que tenía que actuar. Cogí las llaves del coche de la mesa de la cocina y bajé las escaleras del apartamento de dos en dos.

"¿Tayen?" la voz de Marcus sonó en mi cabeza. Había salido con la moto temprano para despejarse un poco.

"Katari tiene a Mara" fue lo único que dije.

"¡Espérame! ¡Tayen no vayas allí sola! ¡Espérame!"

No respondí. No podía esperar. Arranqué el coche y conduje a toda velocidad los sesenta kilómetros que me separaban del campus.

— ¿Dónde estáis? — volví a llamar a aquel número en cuanto me acerqué al campus.

— Grove St Cemetery — respondió Katari fríamente.

Tayen, la leyenda de las Lunas [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora