CAPITULO 3. DESINTERES.

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Los días pasaban, Arielle actuaba como siempre, como si no estuvieras consiente de que las organizadoras estaban al corre por la proximidad del día de la ceremonia.
—Señorita Arielle, hoy tiene la prueba de los vestidos, y después la degustación de los pasteles.
—¿Hoy? No, imposible, no tengo tiempo para eso, que se encargue Enmanuell.
Las organizadoras se miraron entre ellas, era la primera vez que trataban a una novia tan desinteresada en su boda.
—Ella es rara, toda novia está en las nubes soñando y deseando que llegue pronto su gran día de su boda. —manifestó Liza, una de las organizadoras viendo cómo Arielle subía a su auto y se alejaba.
—¿Qué hacemos Jaret? Sin ella no avanzamos en nada. Todo lo demás está a medias y con el vestido y la prueba de postres y pasteles, estamos en cero.
—Ya liza, hagamos nuestro trabajo, iremos a escoger unos vestidos los traeremos, pero primero, vamos a seleccionas los postres nosotras mismas.
Arielle subió a su auto, salió en busca de Rachel, pues últimamente no estaba disponible para sus salidas, llegó muy cerca de su casa y la vio salir muy animada del brazo de Doménico.
—¿Rachel y Doménico? Esto es extraño, a menos que. ¡Ay! no Enmanuell está viendo traicionado por Doménico. ¿Será que le digo? Esto es terrible. Enmanuell tiene que saber.
Arielle marcó el número de Enmanuell recibiendo respuesta de inmediato.
—Ari ¿Dónde estas.? Te necesitan para la degustación del banquete.
—Deja que se encargue las organizadoras, ¿Dónde está tu?
—En el hotel donde será la recepción con mi madre te estamos esperando.
—Enmanuell tu y yo quedamos....—sus palabras fueron interrumpidas por él.
—Ya lo sé..
—¿Quieres escucharme? Acabo de ver a Doménico siento infiel
—¿Qué estás diciendo? ¿Cómo que infiel?
—Si, infiel y con una mujer.
Arielle no mencionó el nombre de Rachel, pues como la supuesta relación de Enmanuell y Doménico era secreta, era de imaginar que Rachel no sabía nada del tema.
Arielle salió de ahí y fue al hotel donde estaba Enmanuell.
Enmanuell la miró entrar, vio como su hermosa sonrisa y sus cabellos violeta jugaban al viento.
"Que hermosa es, estaremos casados un año, y en todo ese tiempo puede pasar que ella se enamore de mi."
Eran los pensamientos de Enmanuell al ver que Arielle se acercaba a él.
Salió a su encuentro, mientras ella caminaba sonriente.
—Cariño, ya era hora de que estés aquí. Te extrañé. —expresó Enmanuell con gestos muy cariñosos que a ella no le pareció una actuación de su parte.
—Bájale dos rayitas a tu intensidad, tu madre esta lejos.
—Disculpa, solo quería ser cariñoso con mi futura esposa.
—Al parecer, no te importan los cuernos que te están poniendo.
—Ese asunto lo arreglaré después, ahora vamos a nuestro asunto.
Arielle y Enmanuell pasaron la tarde probando y eligiendo el menú que servirían en la boda.
Los días siguieron pasando, Rachel no daba señales. hasta que Arielle nuevamente fue por ella.
Llegó a la residencia de los Parisi y nuevamente estaba Doménico Serra con ella.
—¡Ari! Que bueno que estás aquí.
—Pues ya que me tienes en el olvido, vengo a ver que te pasó. Teníamos la prueba de los vestidos, de los pasteles y tu nunca apareciste.
—Ay mi Ari, perdóname, es que salí unos días de viaje en yate. Y como andas en tus preparativos no te invite
—Déjame adivinar con quien. Doménico. ¿Cierto?
Rachel grito de la emoción mientras se colgaba del cuello de Doménico.
—Si, somos novios. —dijo Rachel abrazándose a Doménico mientras el se aclaraba la garganta.
Y a su mente vino las palabras de Enmanuell.

Enmanuell, después de dejar Arielle en su residencia fue en busca de Doménico a su departamento, llegó al edificio, bajó del auto y subió al ascensor , marcó el número de piso y subió. Las puertas metálicas se abrieron y Doménico estaba a punto de salir nuevamente.
—Manu, que haces aquí hermano.
—Tenemos que hablar, vamos adentro o vamos a un bar.
—Al bar. —eligió Doménico y subieron nuevamente al ascensor para bajar e irse al club.
Llegaron se sentaron en la barra, y el bar tender les  sirvió un vaso de whisky a ambos.
—Dime, ¿Qué es eso urgente que tienes que decirme? —preguntó Doménico bebiendo un sorbo de bebida.
—¿Qué hacías en casa de Rachel? ¿Acaso tienen una relación?
Doménico se carcajeo y bebió el resto del contenido en su vaso.
—Tu sabes que nosotros no mantenemos una relación estable jamás, es solo algo pasajero. ¿Acaso quieres con ella? Por no no hay problemas.
—No se te ocurra estar de cariñoso con ella  frente a Arielle.
—Le dije a Arielle que tú y yo tenemos una relación.
—¿Qué carajos está diciendo? Vociferó Doménico bebiendo nuevamente todo el contenido del vaso. Lo dejó sobre la barra y miró fijamente a Enmanuell.
—Contéstame Enmanuell. ¿Por qué carajos dijiste que te gustan los hombres.?
—Para que Arielle acepte casarse conmigo, era la única forma de que ella acepte ayudar a este pobre incomprensible  hombre a quien su padre le obliga un matrimonio.
—¿Y tenías que decir semejante mentira.? Hacerle creer que somos pareja. ¿Acaso te volviste loco? —reprochó Doménico bebiendo otro vaso más. Y continuó
—¿Te estás escuchando.?  Que eres gay y seguro yo tu pareja.
—Así es.
—Le hubieras dicho la verdad de lo que querías.
—Entonces no hubiera aceptado.
—¿Por qué no?
—Arielle es perfecta, no cree en el amor romántico, no funcionó el querer cortejar la, entonces le expliqué que necesito un matrimonio por conveniencia sin estar aparentando amor a la futura esposa. El que ella sea así, la convierte en la candidata perfecta. Por qué no espera amor, vive su vida,  yo continuo con  la mía, y en un año nos divorciamos.
Doménico lo miró fijamente haciendo un gesto de negación.
—En verdad no sé cuál es más loco, si tú por decir ser gay para que Arielle te acepte esas condiciones de cada quien por su cuenta solo para seguir con cuanta mujer se te presente, o ella por ayudarte. ¿Y no te has puesto a pensar que en un año pueden pasar muchas cosas. Como por ejemplo enamorarte de ella?
Enmanuell se quedó pensando y recordó cuando la vio entrar al salón de degustaciones, su cabello de colores, se sonrisa y el contoneo de sus caderas al caminar
—Ella se va a Moscú, no compartiremos mucho tiempo juntos, y ese será el pretexto para el divorcio en un año.
Doménico suspiró profundo haciendo un gesto de negación, bebió otro shop y salieron de ahí sin imaginar que todo su secreto era escuchado por Paul uno de los amigos de Felicia.
Quien la llamó y contó lo  que escuchó de  Enmanuell y Doménico.
—Gracias Paul, te debo una, gracias por la muy buena información.
Colgó la llamada y sonrió mientras caminaba por su habitación ideando la forma de como hacer para terminar con esa boda.
—Así que no la amas. Yo sabía que tu no podías amar a otra mujer. No quieres compromiso más que el de un papel firmado, pues eso tendrás, pero  no con otra, por que yo seré esa mujer, y después veremos mi amor. — una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios, se cambió y salió para ir en busca de Arielle, tenía que decirle la verdad para descartar esa idea de matrimonio. Salió en su auto y fue al departamento de Enmanuell.
Subió, entro y buscó las invitaciones.
Encontró la foto de Arielle y la miró fijamente.
—Así que tu eres la escogida, pues fíjate que no ayudaras a tu amiguito, no querrás hacerlo cuando te enteres de que no es gay, y que te escogió por que no le interesas como mujer.
Felicia salió del departamento, subió a su auto y fue en busca de Arielle.
Llegó a la universidad donde estaba con su grupo de amigos riendo.
La observó por largo tiempo idea do la manera de hacerle llegar en mensaje que tenía para ella. Una nota, porque no tenía su contacto. Encontró con quien enviarla, la entregó y vio cuando la recibió.
Salió de ahí y volvió al departamento de Enmanuell, lo llamó. Ella quitó su ropa mientras hablaba con el.
—Manu, te deseo, necesito de ti, mis manos no son suficiente mira como estoy. —habló jadeante tomo una fotografía y la envió.
—¡Mmm! Estás rica voy enseguida. —Enmanuell colgó la llamada.

En la mansión Giordano.

—Hijo, no sé pero la actitud de Arielle no me parece de una mujer que desea casarse, todo le da igual, es su boda, no la de otra persona. —Petra, la madre de Enmanuell, reprochaba la conducta de Arielle hacia los preparativos.
—Madre, no todas las mujeres son idealistas y perfeccionistas , ella es perfecta para mí, y me encanta.
—Bueno si tú lo dices, así será, tu la conoces mejor que yo.
—Si madre,  ella es una mujer muy inteligente, muy capaz, muy hermosa, esos ojos, esa boca, ese caminar.
Petra reía al ver la forma en la que Enmanuell hablaba de Arielle.
—Es la primera vez que te escucho hablar de los atributos de una mujer.
—Ella es una niña hermosa madre.
Su teléfono sonó y lo trajo a la realidad esa que lo desviaba de su organización de matrimonio.
Felicia era el nombre que reflejaba la pantalla, contestó y se alejó para hablar con ella y ver la foto que le envió.
Se despidió de su madre, subió a su auto y salió de ahí para ir a su departamento.

En el campus de Arielle.
—Señorita, ahí le envían este sobre.—dijo el pequeño a quien le había pagado Felicia para que haga el mandado.
Arielle recibió el sobre sonrió y miró  a todos lados.
—¿Quién te envió para que me entregues esto? —interrogó mirando a todos lados, el pequeño señaló e dirección donde estaba Felicia, pero no la vio más ahí.
Arielle abrió el sobre y leyó la nota
"Si quieres descubrir la verdad de tu prometido ven a su departamento donde yo lo comparto con él. ¿Sabías que su pasión son las mujeres? Y si se casa contigo por qué sabe que no te vas a enamorar de él nunca y por que tú jamás le vas a gustar como mujer, entonces eso significa que te esta utilizando para un propósito, y ese propósito es obedecer a su padre  que lo obliga a  casarse y el obedece por que después lo deshereda y el no quiere perder la fortuna de su padre ni su libertad, eso me lo dijo el."


CAMINOS CRUZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora