Enmanuell fue trasladado a una habitación normal, la enfermera estaba midiendo sus signos vitales cuando se removió gimiendo del dolor que sintió. Abrió los ojos y vio a la enfermera.
—¿Dónde estoy? —preguntó algo desorientado.
—Fue trasladado a una nueva habitación para su recuperación total.
—¿Cuánto tiempo llevo aquí? —preguntó ya sin estar bajo los efectos del sedante.
—Una semana. —respondió viendo el asombro en su rostro. Enmanuell trató de recordar pero su mente estaba en blanco.
—No recuerdo nada, es como si..
—Señor, su operación fue de alto riesgo, se mantuvo bajo sedantes hasta hoy.
—¡Por dios! Por favor, tome mi celular y llame a mi... ¿Tengo esposa? ¿Quién está aquí conmigo?
—Si señor..su esposa, ella salió desde muy temprano.
—Llame la, por favor que venga pronto. —pidió. La enfermera tomó el celular y buscó, el único contacto que había llamado repetidas veces era Felicia, y fue contactada e informada de la solicitud de Enmanuell.
Ahora estaba ahí despotricando en contra de Arielle.
El Galeno entró, vio a Enmanuell despierto, y revisó las heridas.
—Doctor. ¿Cuando podré salir de aquí?
—Según como evoluciones en tu recuperación, tu herida era muy profunda, y perforó una costilla, causando una hemorragia interna, el impacto fue muy fuerte que se te incrustó un pedazo de vidrio.
—Hice llamar a mi esposa y aún no llega. —dijo Enmanuell causando una sorpresa en el Galeno.
—Pero si estuvo aquí tu prometida, y...
—el médico quedó en completo silencio al percatarse de la confusión en su consultorio.
—¿Prometida? Doctor me siento mareado, y desorientado.
—Es normal, te mantuvimos dormido por muchos días, perdiste mucha sangre y... poco a poco estarás lúcido
—Doctor. ¿Quien estuvo aquí Pendiente de mí? Cómo que mi prometida.
—Todos estos días estuvo tu esposa, y hoy llegó tu prometida.
—¿Mi esposa?
—Si, su hermano te trajo muy herido e inconsciente. Y el la llamó para firmar la autorización de la cirugía, estuvo todo el tiempo pendiente de ti, al parecer están divorciados.
—¿Arielle está aquí? —recordó Enmanuell, empezando a tener lucidez.
—Si, la señora Arielle. Pero igualmente era ella la única, que podía firmar el consentimiento para tu intervención.
—¿Por qué doctor?
—Por ser la madre de tu hija, y hoy apareció tu prometida y la corrió, entonces....Ten cuidado hombre se puede abrir la herida. —dijo el Galeno al ver a Enmanuell que se sentó al momento de escuchar las palabras "ser la madre de tu hija"
—¿Una hija doctor? Arielle y yo no tuvimos hijos. Eso no puede ser.
—Descansa, aún estás aturdido, ya mañana estarás mejor.
El Galeno salió de la habitación en compañía de la enfermera dejando a Enmanuell en un mar de confusion.
"Arielle...una hija....¿pero como? No comprendo nada." Pasó la noche entera sin dormir tratando de aclarar lo que había escuchado.Arielle.
Arielle salió del hospital y fue a su trabajo, no quiso volver a la mansión ni interrumpir el día de Gabriell con los niños, llegó a la casa de modas y fue directo al taller de diseño y elaboración.
—Buenos días chicas, como estamos hoy. -saludó al personal y preguntó a la asistente.
—Estamos en la elaboración de un pedido de un traje de novia. Es este diseño exclusivo de la temporada de verano.
—Mm son los de edición limitada. —dijo Arielle tratando de distraerse.
—Así es, es el primero en ser pedido.
—¿De dónde llegó el pedido?
—De Italia. Estará listo en una semana.
Arielle continuó todo el día concentrada en el trabajo y la inspección de las prendas para enviar.
Pero de su mente no salía Felicia, diciendo ser la prometida de Enmanuell.
—No comprendo nada. ¿Cómo es que está con esa mujer? —se decía Arielle asi misma cuando Felicia entro como un vendaval arrazando con todo a la oficina. Arielle la miró indiferente y dejó el bolígrafo que tenía en su mano y se puso de pie.
—¿Que haces aquí Felicia?
—Disculpe señora, no pude detener la, no pense que fuera tan grosera en no saber esperar a ser anunciada. La primera vez que vino parecía tan educada. —dijo la vendedora.
—Ve a tu trabajo. -ordenó Arielle sin quitar la mirada de Felicia.
—¿Que quieres Felicia?
—Aquí la pregunta es. ¿Por qué te haces pasar por alguien que no eres ante Enmanuell? No eres su esposa, yo soy su mujer y será mejor que te alejes de él. —habló una desafiante Felicia. Arielle se sonrió y caminó rodeando el escritorio y se paró frente a su rival.
—¿Tanto es tu miedo de que esté cerca de Enmanuell? ¿No estás segura de su amor? Me das pena Felicia, Pero tranquila, que no es mi intensión incomodarte, Enmanuell y tu son tal para cuál, y no me interesa estar con un hombre que buscó por mucho a su mujer, esa que no eres tu por lo visto.
—No querida, hace mucho que Enmanuell y yo estamos juntos..y hace poco me pidió ser su esposa. Así que no entiendo. ¿Cómo porque y para que estabas haciéndote pasar por su esposa? Eres una mujer casada, con hijos, deja a Enmanuell en Paz o lo lamentarás. —ordeno, amenazó y salió de la presencia de Arielle.
Arielle suspiró profundo y volvió a su asiento, se llevó las manos a su rostro y las lágrimas rodaron.
No entendía como es que Enmanuell se divorció para estar con Arielle y ahora estaba comprometido con Felicia. Tomó su cartera y salió de la oficina para volver a la mansión, en todo el trayecto su mente era un mar de confusiones, llegó a la mansión y fue directo a su habitación, fue al baño, quitó su ropa y se metió bajo la lluvia artificial, sus lágrimas se mezclaban con el agua y sus sollozos se ahogaban entre sus manos.
Media hora después salió y se cambió, bajó las escaleras cuando Gabriell estaba entrando junto a Dante y Orquídea.
—¡Mami! —gritaron al unisono y corrieron a sus brazos. Arielle los recibió y besó sus cachetes regordetes.
—Mis amores..vayan a ducharse y luego bajen, lleven a los niños a cambiarse . —ordenó y caminó a la oficina seguida por Gabriell.
—¿Que pasó Ari? Estuviste llorando.
—Enmanuell esta comprometido con Felicia, no entiendo todo esto. ¿Cómo es que se divorcia de mi y está desde hace años con Felicia?
—¿Eso te dijo Enmanuell?
—No.. Felicia me sacó del consultorio del doctor diciendo que ella era su mujer. —respondió con voz temblorosa a punto de llorar.
Gabriell se acercó y la abrazó y ella correspondió.
—Tranquila Ari, te juro que no entiendo, cuando Arielle me dejó, dijo que se iba con su esposo, estaban casados ya cuando se fueron.
Arielle se alejó de Gabriell y lo miró.
—¿Estaban casados? ¿Enmanuell y Arielle se casaron?
—Eso fue lo que ella dijo a Rebeca y Luz, fui a buscar a Enmanuell a la hacienda y el mayordomo me dijo que se había ido de viaje.
—No lo puedo creer, sin estar divorciado de mi se casó con ella, tanta era su desesperación. —dijo sintiendo nuevamente estrujar su corazón. Miró a Gabriell y sonrió débilmente.
—Jugaron con nuestros sentimientos, nunca me amó, es un desgraci4do. —habló sintiendo dolor y bullir su sangre en su interior.
Gabriell salió de la oficina sin decir nada, subió a su auto y salió, Arielle intentó detenerlo pero no pudo, subió a otro de los autos y lo siguió.
Lo vio ir en dirección al hospital, lo vio llegar y bajar, entrar a paso largo, Arielle corrió a darle alcance Pero no pudo hacerlo.
Gabriell entró a la habitación de Enmanuell y se paró frente a él, deseaba agarrarlo por el cuello y desahogar todo la rabia reprimida por años. Recordó las palabras de Rebeca y Luz y sintió unos celos incontrolables.
—Gabriell Alighieri. ¿Que haces aquí? —dijo Enmanuell.
—Agradece que estás ahí, y que no puedes defenderte, por que las ganas que tengo de romperte la cara es tan grande, que...
—El deseo es mutuo Alighieri, me quitaste a mi mujer y vienes aquí a ofrecerme golpes.
—No te quité nada imbécil, tu si, tu si me quitaste a mi mujer y no entiendo cómo permites que tu amante la ofenda.
—¿De que hablas ?
—De tu amante, que ofendió a Arielle.
—¡Gabriell! —dijo Arielle sintiendo estremecer su corazón. Miró fijamente a Enmanuell deseaba correr a sus brazos Pero los malos entendidos la detenían. Se acercó a Gabriell.
—Vamos a casa Gabo, no vale la pena. —dijo Arielle agarrando lo del brazo. Enmanuell la miró apretó sus dientes tan fuerte, tenerla ahí de frente a él, no lo imaginó jamás, su rabia lo carcomía por dentro.
—Si..vete... ve con ella Gabriell ya la tienes ve con ella. —dijo mirando lo fijamente.
—Eres un imbécil, no todos somos iguales a ti y a tu....
—¡Gabriell! Ya, mira dónde estamos.
—No tienes idea de lo que perdiste por imbécil, no tienes la mínima idea Enmanuell Giordano. —dijo Gabriell tomando la mano de Arielle y saliendo de la habitación dejando a Enmanuell pensativo.
—¡Doctor! ¡Doctor! —gritó Enmanuell y el Galeno entró apresurado.
—Necesito salir de aquí. —exigió intentando levantarse.
—No puede, usted está en recuperación, su. Está muy delicado aún.
—Doctor, necesito salir de aquí.
—llamaré a su esposa para que firme el alta voluntaria ella también, acabo de verla salir con el hermano. —dijo el doctor y Enmanuell quedó mirando sin parpadear tratando de procesar lo escuchado.
—¿Mi esposa? ¿Su hermano?
—Si, asi es..el señor Gabriell lo trajo muy mal herido, y el contactó a su esposa, la señora Arielle Brigth, ella firmó la autorización para su intervención.
—¿Y lo de su hija.?
—Ella no quería firmar, Pero escuché al señor Alighieri decir que lo hiciera por que usted es el padre de su hija.
Enmanuell no creía lo que escuchaba, una hija, Gabriell y Arielle se presentan como hermanos, miró al galeno algo confuso.
—¿Cómo es posible? Ellos no...no son pareja. ¿Que carajos pasa..o que fue lo que pasó hace años entre ellos.
—Doctor. ¿Está seguro de lo que me dice?
—Así es, señor Giordano, y su prometida la ofendió. La verdad yo tampoco entiendo, recuperarse pronto para que aclare todo.
—La madre de mi hija, Arielle tiene una hija... mi hija. -pronunció entendiendo todo. Miró al médico y exigió salir de ahí inmediatamente.
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CAMINOS CRUZADOS
RomanceEl destino cruzó a dos pequeñas, Arielle L'Blank, inquieta y vibrante con unos ojos grises destellante y llenos de inquietud, y de cabellos de color caramelo. Arielle Bright, todo lo contrario, con una quietud y sensatez para su corta edad, sus cabe...