CAPITULO 30. DESCUBRÍR LA VERDAD

38 4 0
                                    

Arielle Brigth.
Luego del encuentro con Gabriell, y hablar con Enmanuell después,  a su mente llegaron  todos los recuerdos de los momentos vividos junto a Gabriell, pasaron unas horas en las que Enmanuell se había ido y en ese tiempo sucedieron tantas cosas.
—Dios...como es posible que este  justamente aquí, ¿Como lo tomará Enmanuell cuando se lo diga? Espero lo entienda, y comprenda que no está aquí por mi. Seguía mirando el agua que salía del grifo y la vio correr  metida en sus cavilaciones.
Mientras ella miraba, sin ver caer el agua y sintiendo esa presión en su pecho. Enmanuell salió con una tremenda confusión, en su cabeza se hacían Miles de escenarios.
"Se encontraron talvez, y por eso no quiso acompañarme, no...tu no eres capaz Arielle.."
—¡Joder!  ¡Maldit0 sea! —gritó y apretó el volante tan fuerte marcando sus nudillos.
Manejó a toda velocidad y llegó al aeropuerto al igual que Arielle L'Blank, el también hizo el mismo recorrido.
El helicóptero estaba descendiendo, bajó, subió a su camioneta y fue directo a la hacienda Monte Sacro.
Llegó inesperadamente y fue directo a la hacienda, entró como un vendaval arrazando con todo, subió a la habitación y encontró a Arielle en el baño, sorprendida por su tan repentino regreso.
—Mi amor... volviste. —Dijo ella poniéndose de pie y lanzándose a sus brazos completamente desnuda,  Enmanuell la recibió y devoró sus labios como un hambriento, mientras ella quitaba su camisa. 
—Enmanuell, hazme tuya. —susurró entre jadeos. —Enmanuell quitó su ropa y la levantó enredando ella sus piernas en la cintura de él.
—Eres mía, Arielle...solo mía. —decía sobre sus labios.
—Solo tuya, mi amor...solo tuya.
Sentado sobre un buró, la puso sobre él, a horcajadas, Arielle se hundió en ese duro mástil y empezó a cabalgar lo, mientras el tomaba sus pechos uno y luego el otro devorando los.
Arielle gemía sintiendo tanto placer Enmanuell apretaba sus caderas, y aceleraba el ritmo de su movimiento y se complementaban, sus corazones eran en un solo latido que retumbaban en sus pechos.
—¡Aaaah Enmanuell! —casi gritaba su nombre. Enmanuell besó y mordió suavemente sus pezones mientras ella tiraba su cabeza hacia atrás.
Arielle sintió su cuerpo estremecer, estaban bañados en sudor y el olor a sex0 los embriagaba más.
Enmanuell aceleró sus movimientos ayudando con sus manos al sentir que ella se estremecía.
—¡Aaah, más por favor! —pidió jadeante y terminó corriéndose, sintiendo una sensación electrizante en todo su cuerpo, agarró los cabellos de Enmanuell y el se corrió en su interior, siguiendo la.
Mordió sus labios mientras jadeaba al sentir la máxima exitación del clímax, Arielle apoyó su cabeza sobre su pecho mientras sus respiraciones eran tan agitadas.
Enmanuell acunó su rostro entre sus manos y la miró fijamente a los ojos.
—Eres el amor de mi vida Arielle...te amo. —expresó con toda la sinceridad del mundo.
—Y yo más, tú eres el hombre de mi vida, y te amaré siempre,... siempre.
Hicieron una promesa de amor sellando la nuevamente  con otra  apasionante entrega.

Arielle L'Blank.

Arielle manejó a toda velocidad, llegó a la hacienda y no encontró a Gabriell, fue a los establos y lo vió ahí sin camisa y de espaldas a ella
"Deseo seas solo mio Gabriell, solo mío" pensó y caminó hasta estar frente a él .
Gabriell se sorprendió al verla llegar antes de lo previsto.
—Mi amor, regresaste tan pronto. ¿Sucedió algo?
Arielle estaba en completo silencio, se lanzó a sus brazos y Gabriell la recibió.
—Te amo Gabriell, y pase lo que pase no lo dudes ni lo olvides nunca.
—¿Por qué tendría que dudarlo? Jamás lo olvidaría, por qué cada día me lo dirás.
—Si,  cada día, hasta que seamos viejitos.
—¿Que pasó cariño? ¿Y todo lo que tenías que hacer y comprar?
—Estara aquí a tiempo, no quería quedarme, mi madre se encargará de todo. Termina tu trabajo hoy yo prepararé  la cena.
Arielle dió un beso en los labios de Gabriell y fue a la oficina de Camillo.
—¡Hola Camillo! ¿Será que me puedo robar a tu asistente?
—Claro, ya no hay trabajo.
Luz y Arielle salieron, subieron a la camioneta y fueron rumbo al pueblo,
—¿Que pasa Arielle? —preguntó una intrigada Luz.
—Sabías que tu amiga Mey está aquí en el pueblo. —dijo sin más. Luz parpadeó y tragó el nudo en su garganta.
—¿Cómo lo sabes? ¿La viste?
—No, bueno si...Pero. no creí que fuera la misma Maylin. ¡La misma Maylin de mi niñez!
Luz la miró sin entender y preguntó.
—¿De que hablas Arielle? No entiendo.
—Conozco a Arielle Maylin Brigth Kartson desde mi niñez, Pero nunca nos llevamos bien, cosas de niñas ..celos por el amor de un hombre, mi tio Sergio...su padre. Ahora es ella el amor  del pasado de mi novio. ¿Te imaginas Luz? Nuestra rivalidad ahora es mucho más fuerte, no sé si Gabriell aún siente algo por ella, ¿Que pasará cuando se encuentren?
Luz no podía creer la coincidencia de ese par de mujeres.
—En verdad ustedes tienen sus caminos cruzados. —dijo mirando fijamente a la nada. La miró y recordó las palabras de Rebeca. "Vi a Mey, y es amiga de Arielle, las dos son amigas y no saben que la una ocupa el lugar de la otra en la vida de sus hombres" 
—Dios, no es posible. —dijo su última palabra del sus pensamientos en voz  alta.
—¿Que pasa Luz? —preguntó Arielle alternando miradas.
—Tu y Mey, eso pasa.
Llegaron al pueblo y fueron directo a la tienda de perfumería.
Arielle se bajó de la camioneta y entró saludando cordialmente a Fresia.
—Hola mi bella, llegaron nuevos perfumes y lencerías. —ofreció.
—Muchas gracias Fresia, vengo mañana sin prisa, hoy necesito a Rebeca. ¿Será que puedes darle permiso la última hora?
—Claro, que se puede ir hoy , se cierra  temprano.
Arielle se despidió de Fresia, y Rebeca subió a la camioneta. Miró a Luz y esta le hizo señales con sus ojos.
—¿Que pasa Arielle? ¿Sucedió algo?
—Tu amiga del convento está aquí en el pueblo, vive aquí y tu sabes la dirección. La quiero.
—Pero si siempre las veo juntas. —soltó de una y sin pensar...Rebeca quedó en silencio y Luz Trató de desviar toda intensión de Arielle.
—¿Que harás Arielle? —preguntó Luz sin entender.
Arielle frenó abruptamente, siempre fue una mujer muy segura, pero ahora se sentía caminar sobre hielo frágil, estaba segura de amar a Gabriell, por que ella llegaría al altar con Enmanuell por un convenio, a diferencia de Gabriell y Arielle Maylin, que lo harían por amor,  miró fijamente a Rebeca sintiéndose traicionada.
—Tu sabías que era ella y no me lo dijistes, ustedes sabían quién era Maylin.... claro y yo...yo mas estúpida no caí en cuenta cuando me dijo su nombre. Sabía de Maylin Pero jamás creí que fuera ella.
—Creímos que Rachel te lo diría.
Arielle giró  y miró a Rebeca .
—¿Rachel? ¿Rachel sabía de esto?
Luz asentía rápidamente como un niño asustado mientras es regañado, Arielle estaba furiosa,...salió de la camioneta y caminó de un lado a otro.
—Todos sabían y no me lo dijeron, fueron más leal a ella.
—No...no Arielle.
—¡Cállate Rebeca! De ustedes lo entiendo, fueron su amiga primero y más tiempo que yo, pero Rachel, apenas se conocen,  y seguro Gabriell también lo sabe, seguro me han visto la cara de tonta,
—No Arielle, las cosas no son asi...
—Ustedes no son amigas, no son leales conmigo. —expresó Arielle sintiendo se traicionada por ellas.
Subió a su camioneta sin esperar a que luz y Rebeca subieran.
Ellas solo la vieron alejarse y se miraron entre si.
—Está muy enojada, habló por su enojo, no es algo que sienta en su corazón, está confundida. —dijo Rebeca
—Vamos a darle tiempo, si ella supiera que no hemos hablado con Mailyn.
—Ni yo, cuando la Vi por primera vez fue cuando llevó a Rachel a su hacienda, y me escondí cada vez que ella llegó a la tienda a comprar , solo por no decirle que su ex  novio era el prometido de su nueva amiga.
—Volvamos, tenemos que llegar antes de  que oscurezca .
Luz y Rebeca regresaron y subieron al Uber para volver a la hacienda.
Arielle salió dejando a sus amigas a medio camino sin importar la hora, dió vueltas tratando de tranquilizarse y de poner en orden sus ideas.
—¿Y si no se han visto aún? ¿Y si no saben que se encuentran en el mismo pueblo? —se decía así misma.
"¿Y si se están encontrando? Y les están viendo la cara a ti, y Enmanuell." —le cuestionaba su mente.
—¡Aaaah! ¡Carajo! ¿Por qué tenía que ser aquí? En este mismo pueblo.
Gritó mientras apretaba sus manos al volante. Salió de la camioneta y caminó al rededor,  liberando un poco el estrés que eso le causaba.
Recordó a luz y Rebeca, subió a la camioneta y volvió a dónde las había dejado. Llegó al lugar y nomás encontró, volvió a dar vueltas por el pueblo y marcó en número de teléfono de Luz, contestando al momento.
—¿Donde están? —preguntó con voz gélida.
—Estamos volviendo a la hacienda.
—Me esperan que voy en camino. —habló y cortó la llamada.
—Luz miró a Rebeca encogiéndose de hombros.
—Señor, por favor esperemos un momento aquí.
Pidió al chófer del Uber y paró.
Quince minutos después las luces de la camioneta alumbraron el camino y paró. Luz y Rebeca subieron a la camioneta después de cancelar, y vieron a Arielle con un semblante frío e inexpresivo.
—Arielle, yo...nosotras no..—intentó hablar Rebeca y ella las interrumpió sin mirarla.
—Quiero que sigan como hasta ahora,  guardando el secreto a la que sí consideran su  amiga de verdad.
—Arielle...
—No dirán nada, se han mantenido al margen y así lo seguirán haciendo, ya veré el momento para abordar el tema.
Arielle continuó conduciendo sin pronunciar palabras, Luz y Rebeca sentían estrujar su corazón, ver cómo su silencio les ocasionó este mal entendido, y eso les causaba un mal sabor de boca a las tres.

CAMINOS CRUZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora