CAPITULO 32. NO ES POSIBLE.

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Arielle L'Blank.

Arielle regresó a la hacienda, sus lágrimas rodaron por sus mejillas, llegó a las caballerizas sin ser vista, subió a una de las camionetas y salió de ahí con destino al pueblo.
— ¡Mentiroso! Desde cuando te ves con ella....y tú Arielle Bright... nuevamente estamos en rivalidad por un hombre, antes era el tío Sergio. ¡Assash! No puede ser.  —Ariell sentía su mundo revolver se, ahora ya había confirmado quién era la ex prometida de Gabrielle, y había compartido con ella, era otra de sus amigas.
Metida en sus cavilaciones llegó al centro del pueblo y fue directo a la tienda de perfumería donde trabajaba Reveca.
Entró como un huracán arrasando con todo, y se paró frente a Rebeca.
— Ari...¿Qué pasa? ¿Sucedió algo? Anoche ya no te vi, quiero decirte que luz y yo....—preguntó Rebeca al verla tan alterada y contrariada y fue  interrumpida por una molesta Arielle.
— Quiero la dirección de Arielle Bright..... pero es para ya.
— Ari...no cometas locuras .. por favor. Mira, ahí está llegando el señor Giordano.
Arielle se giró y lo vio pasando en su camioneta. Salió de la tienda y vio donde se estacionó Enmanuell y fue a su encuentro.
— Hola Enmanuell... —saludó llamando su atención.
Enmanuell la vio y se acercó a ella.
— Mi morita...que bueno volverte a encontrar....¿Cómo haz estado?
— Bien, gracias..tenemos que hablar, ese día en Roma no pudimos hacerlo.
— Asi es Arielle..ven vamos te invito un café y hablamos.
Arielle y Enmanuell fueron a una de las cafetería y hablaron de cosas triviales. Arielle no sabía cómo abordar el tema de Arielle y Gabrielle.
—Morita....ese día en casa de Doménico no pude decirte que...
— ¿Que,? Que es eso tan importante que no me dijiste Enmanuell.
Enmanuell la miró fijamente y Arielle lo malinterpretó creyendo que le hablaría de Arielle y Gabriell.
— Lo sabía, sabía que. —dijo ella siendo interrumpida.
— Te juro que no fue mi intensión...todo fue tan...
Arielle miró a Enmanuell algo confusa, su tema de conversación no era la misma.
— ¿De que me estás hablando Enmanuell?
— Ari...no sé cómo empezar..
—¡Solo dilo Enmanuell.!
Enmanuell tomo sus manos y dejó un beso en ellas.
— Ari...no te enojes, creí que te casarías conmigo, tu nombre y el mío estaban en el acta de matrimonio, y cuando vino la novia cambiada la obligué a firmar el acta creyendo etas hu., es decir ella firmó, pero eres tu mi esposa.
Arielle lo miró fijamente, no podía creer lo que escuchaba.
— ¿Que carajos dices Enmanuell? ¿Cómo es que estamos casados?
Enmanuell explicó todo con detalles y a medida que Enmanuell contaba ese episodio, Arielle abría los ojos como plato.
— Me estás diciendo que tú y yo estamos.....¡Ay no puede ser! Enmanuell...dime qué es otra de tus locuras.
—No...no morita, es la verdad, no me fijé en el momento, el coraje me cegó y ya me di cuenta fue después. Esto solo lo sabe Doménico, y ahora tú.
Arielle trató de procesar la información, de nada le sirvió escapar ese día, pues resultó casada con Enmanuell por medio de otra mujer.
—Enmanuell, ¡Ay no! mi boda....estoy organizando.,, mi.....bueno, ya no se, creo que ya no habrá boda.
— ¿Que dices morita? Pediré a Doménico que prepare los papeles del divorcio y nadie sabrá que estubimos casados, Arielle no me perdonará que le mentí.
—Pues no creo que sea para tanto, Estoy segura de que no le importará.
Arielle recordó el episodio de la cabaña, y miró a Enmanuell.
—Manu..¿que harías si Gabriell y Arielle Maylin se encuentran?
—Si se encontraran lo sabría, ella no me lo iba a ocultar. Eso creo.
—¿Eso crees? ¿No estás seguro? Yo ya no se que pensar.
—¿Por qué la pregunta morita?
—Porque acabo de ver a tu Arielle con mi Gabriell en una cabaña.
Enmanuell apretó los dientes tan fuertes marcando su mandíbula.
—¿Estás segura de lo que viste?
—Si...muy segura y por eso salí a buscarte y justo te encontré. Yo no voy a decirle a Gabriell, voy a esperar que me lo diga él.
Enmanuell apretó sus puños, imaginar a Arielle junto a Gabriell carcomía sus entrañas.
—Tu no Arielle, tu no puedes. —dijo Enmanuell saliendo de ahí y dejando a Arielle para ir en busca de una explicación. Subió a su camioneta y volvió a la hacienda imaginando a su Arielle en brazos de Gabriell.

CAMINOS CRUZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora