Ya Doménico estaba dejando todo realizado para volver a la hacienda Monte Sacro con Rachel.
—Amor, pasas por mi a casa de mis padres, vine a despedirme. —recibió el mensaje Doménico de parte de Rachel.
Media hora después Doménico estaba saliendo de la oficina para ir a la mansión Parisi.
El trayecto fue rápido y estaba llegando cuándo a lo lejos vio a Arielle L'Blank llegar y saludar a Rachel.
—¡Carajo! No sé si esto será bueno o malo. —se dijo así mismo. —será que llamo a Enmanuell o a Rachel. ¡Carajo! Enmanuell, tu disfrutando del amor, y soy yo el que está en apuros, esto que estoy viendo creo no será nada bueno. —Doménico no sabía que hacer, tomó el celular y llamó a Rachel.
—Cariño, por favor ven rápido me accidenté y necesito que vengas. —Doménico dijo lo primero que se le ocurrió para llamar la atención de Rachel y sacarla de ahí.
Salió de ahí y fue a otras calles menos transitadas donde chocó su auto contra un poste.
—¡Joder Enmanuell! Esta te va a costar caro. —se dijo mientras limpiaba su nariz sangrando.
Mientras en la mansión Parisi.
—¡Aaaah! Volviste. —gritó Rachel al verla entrar como siempre lo hacía.
Arielle, se abrazaron ansiosa de querer ponerse al día con todo lo que había sucedido en sus vidas.
—Mi Rach, no tienes idea de todo lo que ha pasado.... —dijo Arielle cuando el sonido del teléfono de Rachel las interrumpió.
—¿Doménico? Puedes pasar por mi más tarde... Arielle vino y...
—Cariño, por favor ven rápido me accidenté y necesito que vengas. —la interrumpió Doménico y Rachel salió sin decir una palabra más a Arielle, subió a su auto y salió tan de prisa que no tubo tiempo de despedirse de su amiga.
—¡Rachi! ¿Que pasa? —gritó sin ser escuchada.
Arielle subió nuevamente a su auto y volvió a la mansión L'Blank.
Al día siguiente, Arielle se despidió de toda su familia luego de contar lo feliz que estaba con Gabriell y su pronta boda. Salió en dirección al convento en busca de Luz y Rebeca.
Llegó al convento y ya las hermanas la esperaban fuera con su pequeño equipaje. Arielle llegó y salió para saludar a Rebeca y Luz.
—No sabes lo eterna que se me hizo la noche, no dormí por lo ansiosa que estaba. —manifestó con entusiasmo Luz.
—No niego que me entusiasma la idea de vivir fuera del convento, Pero tengo temor. —expresó Rebeca un poco temerosa.
—Vamos chicas...es normal que sientan temor y felicidad, les prometo algo, ustedes siempre contarán con mi ayuda, si desean quedarse aqui en Roma, se quedarán en casa de mis padres.
Rebeca y Luz se miraron y luego a Arielle.
—Yo voy contigo Arielle, mientras encuentro un trabajo, y pueda estudiar. —dijo Luz mirando a Rebeca.
—Yo también me voy contigo Arielle, solo cuando ya estemos listas para estar solas, solo entonces no dependeremos de ti.
—No se diga más, suban por favor que nos vamos de compras.
Luz y Rebeca subieron al auto y salieron rumbo al centro comercial donde pararon casi tres horas de comprar.
—Bien Arielle, aceptamos todo esto solo por qué accediste a que sea un préstamo, cuando ya tenga mi propio dinero te lo devuelvo todo. —dijo Rebeca y Luz lo confirmó.
—Así es mi Arielle.
Pasaron al restaurante, después fueron al centro comercial, Rebeca y Luz eran como dos niñas en la juguetería, miraban embelesada cada prenda de vestir, cada bolsa de mano y carteras.
—Vamos al vestidor y prueben se todo lo que necesitan. —dijo Arielle.
—No queremos abusar de tu bondad Ari. —manifestó un poco apenada Rebeca.
—Nunca pensaría eso de ustedes... para esto y más somos las amigas. ¿Acaso no me consideran su amiga?
Yo sé que no son oportunistas, ustedes son... bueno eran monjas, y en los pocos días que estuve ahí, pude ver las limitaciones del mundo, fui castigada. ¿Recuerdan? —habló Arielle y todas rieron.
—Está bien Ari...lo tomaremos como un préstamo.
—Tomen lo como lo deseen Pero vamos a llevar todo lo que se necesita.
Rebeca y Luz realizaron una pasarela en los pasillos de los vestidores desfilando cada vestido y todo lo que se ponían. Pasaron tres horas de compras y accesorios y fueron a la tienda de ropa interior.
Luz miraba cada conjunto y abrió los ojos como plato al ver lo que Arielle escogió para lucirse frente a Gabriell.
—¿Serás capaz de usar eso? —preguntó una espantada Rebeca al ver las diminutas prendas.
Arielle se carcajeo y mostró cada una a sus nuevas amigas.
—Cuando tengas al hombre de tu vida querrás ponerte estas cosas para tenerlo loquito por ti.
Luz y Rebeca se miraron entre si y se carcajearon imaginando se con algo así puesto.
—No lo sé, no creo pueda lucir algo tan pequeño. —respondió Rebeca.
Dos horas más pasaron y ya estaban abordando el helicóptero para volver a la hacienda.
En el trayecto a Florencia, Arielle contó a sus nuevas amigas todo lo que vivió desde el momento en que fue sacada a fuerza del convento.
—No lo puedo creer, tu y el hombre ese, terminaron comprometidos, espero que nuestra amiga Mey haya corrido con la misma suerte, comprometida con su raptor.
El resto del viaje fue entre charlas y risas de las chicas, hasta que por fin habían llegado, bajaron del helicóptero y subieron a un auto que Gabriell había enviado por ellas..
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CAMINOS CRUZADOS
RomanceEl destino cruzó a dos pequeñas, Arielle L'Blank, inquieta y vibrante con unos ojos grises destellante y llenos de inquietud, y de cabellos de color caramelo. Arielle Bright, todo lo contrario, con una quietud y sensatez para su corta edad, sus cabe...