CAPITULO 59. NUNCA DEJE DE AMARTE

39 4 0
                                    

Arielle subió al auto, salió del evento y manejó hecha un manojos de nervios.
Paró ante de llegar para pararse frente a sus pequeños y no estar con toda esa angustia que no podía ocultar.
-¡Aaaaaah! -gritó, era un grito que tenía atragantado Desde hace semanas en su pecho.
-¿¡Por qué!? ¡Por qué! Porque ahora Gabriell. -se reprochaba sin tener respuesta hincada de rodillas al pavimento. Rachel y Doménico, habían dejado un mar de dudas en su interior que no podía seguir reprimiendo ese dolor que tenía dentro y la duda ...de si era verdad de que no estaban juntos.
Lloró tanto, que sus lágrimas mezcladas con maquillaje, rodaban por sus mejillas, y sus sollozos eran tan fuertes que sacudían su cuerpo, escuchó un auto que se estacionó a su lado creyendo era Jhon, miró los zapatos acercarse cuando a su lado también se hincó de rodillas Gabriell.
-Solo puedo decirte... perdóname...perdóname por todo los malos entendidos, esa tarde no pasó nada entre Arielle y yo, lo que tu viste no fue lo que creíste ver, ella se desmayó por la presión que sentía al escuchar que Enmanuell se divorciaría de ella para casarse contigo. -dijo Gabriell antes de que ella se alejara. Arielle al escuchar esas palabras abrió los ojos como plato y levantó la mirada al ver la confusión que Gabriell tenía también.
-Se divorciaría de mi para casarse con ella y yo contigo. ¿Quien te dijo eso?
-Enmanuell, él me lo dijo y sin pérdida de tiempo te busqué, el creyó que Arielle y yo estábamos juntos, Pero entendió cuando le explicamos lo sucedido y el mal entendido.
Gabriell limpió las lágrimas de Arielle, ella estaba en shock al entender las magnitud de los malos entendidos entre los cuatro.
-Gabriell,,,creí que...todo este tiempo creí que estaban juntos, cada noche me atormenté imaginando te con ella.
Moría cada noche, me dolían tus noches con ella.
-Nunca....nunca hubieron noches con ella, ni antes ni después, solo fuiste y eras tu en mi vida, nunca dejé de amarte Arielle..nunca dejé de amarte y aún creyendo que estabas con Enmanuell. -expresó Gabriell, acunando su rostro y besando su frente.
Arielle agarró sus muñecas y cerró los ojos.
-Gabriell...-pronunció en susurros y cerrando los ojos, Gabriell unió sus labios a los de ella dejando suaves besos y poco a poco fueron profundizando ese beso lleno de deseos reprimidos por tantos años.
Gabriell devoró con ansias y deseos desbordante sus labios, los mordía suavemente, sus lenguas se encontraban y terminaron separándose por falta de oxígeno en sus pulmones.
-Mi vida..mi mujer.. mía. -habló sobre sus labios mientras Arielle se abrazaba a su cuello, Gabriell la tomó en brazos y la llevó a su auto, la sentó en el lado del copiloto y el subió, encendido el auto y salió de ahí rumbo al hotel, en el trayecto, Gabriell tomó su mano y entrelazó dus dedos y dejó besos en ella, ninguno de los dos pronunció una palabra.
Llegaron al hotel, salieron del auto y macaron al ascensor, y Gabriell cargó a Arielle contra la pared, marcaron los dígitos y empezaron a ascender.
Mientras el ascensor subía, también sube el fuego que se encendía en su interior, Arielle enredó sus piernas en las caderas de Gabriell mientras el devoraba su boca, bajando por su cuello y llegando a sus pechos.
El ascensor llegó, las puertas metálicas se abrieron y entre besos caminaron a la habitación, entraron y Gabriell desgarró el vestido de Arielle arrancando lo de su cuerpo, ella quitó su chaqueta, luego la corbata y después la camisa, deslizó sus manos por ese pecho que anhelo por muchos años, besó cada parte de él para confirmar que seguia siendo suyo.
-Te amo Gabriell...te amo...soy tuya...solo tuya y así deseo sentirme ahora, ámame, hazme tu mujer...lo deseo tanto.
Gabriell despojó totalmente a Arielle de sus prendas íntimas y la acostó sobre el sofá, recorrió su cuello, bajando por sus pechos, dejando besos húmedos por su vientre, vio y deslizó su lengua humeda sobre esa cicatriz, siguió bajando y llegó a sus pies, quitó los zapatos y besó cada uno de sus dedos.. Arielle se retorcía por el fuego que quemaba en su vientre, jadeaba y entre gemidos pronunció su nombre.
-Gabriell... Gabriell.
Gabriell subió por sus piernas, hasta llegar a su intimidad, besó, mordió suavemente y poco a poco se abrió paso en su húmeda abertura, deslizó su lengua saboreando ese manantial de miel que desbordaba del deseo.
Lamió y succionó su feminidad, mientras Arielle arqueaba su espalda, enredaba sus dedos en sus cabellos y mordía su labio inferior.
-¡Mmmm! Gabriell. -decía jadeante.
Gabriell se abrió camino y deslizaba su lengua descargando sensaciones electrizantes en todo su cuerpo.
Arielle movia sus caderas, sintiendo un enorme deseo de sentirse poseída por Gabriell.
-Por favor Gabriell. -pidió mientras mordía su labio inferior tan fuerte que marcaba sus dientes.
Gabriell quitó su ropa y se posecionó entre sus piernas, se apuntó en su entrada y muy despacio se adentró en ella, su estrechez lo excitaba más, tanto que su dureza dolía, se adentró más hasta que estuvo completamente dentro de ella.
-¡Aaaah! -gimió Arielle moviendo sus caderas, dando a entender de que deseaba mas de Gabriell.
Gabriell sin pensarlo dos veces, aceleró las embestidas arrancándole gemidos del placer que ella sentía, Arielle lo miró mientras el se adentró más en ella, mordió su labio, y el la besó apasionadamente, dejando que sus cuerpos se fundieran en esa entrega ardiente.
El deseo que ardía entre ellos era tan intenso que parecía consumirlos por completo. Se dejaron llevar por la pasión del momento, entregándose el uno al otro en esa pasión. Cada caricia, cada beso, cada susurro provocaba en ellos una explosión de sensaciones que los llevaba al límite del éxtasis.
La noche cayó sobre ellos como un manto oscuro lleno de estrellas, pero no tenían ojos más que el uno para el otro.
Entre susurros y gemidos, se entregaron el uno al otro en un encuentro erótico tan intenso y apasionado que los dejó sin aliento. Cada movimiento, cada caricia era como una danza de amor y deseo que los envolvía en un torbellino de sensaciones indescriptibles.
Y así, en medio de la noche y bajo el brillo de la luz filtrando se por los ventanales, Gabriell y Arielle se fundieron en sus cuerpos jurándo se un amor eterno, En ese momento mágico y único, de éxtasis Arielle sintió su cuerpo tensarse, su vientre se contrajo.
-¡Oh Gabriell! No aguanto más. -habló entre gemidos, sus cuerpos eran bañados en sudor, sus respiraciones agitadas los llevaron al más placentero orgasmo, Arielle se corrió seguida por Gabriell vaciando toda de escencia dentro de ella. Se miraron a los ojos, Gabrielle dejó besos en sus labios y en todo su rostro.
-Te amo Arielle, nunca dejé de hacerlo. -susurró sobre sus labios.
-Y yo a ti Gabrielle, jamás saliste de mi mente, te amo. -respondió uniendo sus labios en otro beso que volvía a encender la llama de la pasión, entregándose nuevamente al deseo de amarse y entregarse.
El día llegó, y los rayos del sol reflejaban los cristales de los ventanales, Gabrielle dormía plácidamente sobre el pecho de Arielle, cuando el celular vibró, Arielle miró y eran mensajes llegando de Arielle Maylin.
Arielle sintió un vuelco en su corazón al leer el nombre de Arielle. ¿Cómo era posible? Cómo es que sino estaban juntos Arielle Bright enviaba mensajes a Gabriell. Su corazón latir tan fuerte y su curiosidad creció, se deslizó suavemente del agarre de Gabrielle y salió de ahí, se pudo una camisa de él y se dispuso a hacer lo que jamás se imagino hacer. Revisar el teléfono.
Abrió los mensajes y lo que escuchó le heló la sangre.

"Papá, ¿Dónde estás? Cristal y yo nos quedaremos esperando por ti, mamá Arielle llegó y tú no, y por favor no le digas a mami que cogimos su teléfono." -Escuchó la voz de Dante, diciendo papá Gabriell,
-Prometiste que hoy nos llevarías a Disney." -era la voz de Cristal."

Arielle se llevó las manos a la boca, esas vocecitas la trajeron a la realidad. A la que ella creía era verdad.
Dejó el teléfono en la mesa y se vistió lo más rápido que pudo, Gabriell se removió en su lugar buscando el cuerpo de Arielle, y fue cuando escuchó cerrar la puerta con tanta fuerza, Gabrielle abrí los ojos y miró a su alrededor y vio que no estaban las cosas de Arielle, se levantó lo más rápido que pudo y buscó en el baño sin encontrar la.
Miró el teléfono y vio los mensajes abiertos, y escuchó a Dante hablar, miró el teléfono y luego a la puerta, cerró los ojos agarrando sus cabellos, corrió a vestirse lo más rápido que pudo, se puso la camisa sin cruzar los botones, despeinado y descalzo, salió del departamento, y corrió por las escaleras para lograr alcanzarla.
El ascensor subió abrió las puertas metálicas en el siguiente piso y entró , bajó al estacionamiento, subió en su auto, salió de ahí para ver si la podía encontrar, marcó el número del detective y pidió la dirección.
-Envíame la dirección de la casa de Arielle ....pero ya. - pidió al investigador.
-Tengo solamente la dirección de su trabajo, se la envié en los correos de toda la información.
-Necesito la dirección de su casa urgentemente. -casi gruñó enfadado, dio vueltas por las calles sin poder encontrarla, fue a las oficinas y salió sin importarle como andaba, entro la edificio dónde Arielle tenía la oficina, y preguntó por ella.
-Necesito la dirección de la residencia de Arielle. ¿Me la pueden decir? -preguntó y todos los guardias lo miraron con rareza..pues estaba tan desaliñado que causó mucha desconfianza.
-Soy...soy un amigo de ella. -dijo.
-No puedo dar esa dirección señor. Lo siento mucho. -respondió el guardia tratando de sacarlo de las instalaciones.
-Por favor... necesito la dirección de ella...por favor. -pidió siendo sacado a fuerzas y amenazado con enviarlo a la cárcel por escándalo en lugares privados.
Gabriell subió al auto y salió de ahí para estar alejado y esperar a ver si ella llegaría a su lugar de trabajo.

CAMINOS CRUZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora