CAPITULO 58. DESENCUENTRO.

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Arielle sintió estrujar su corazón, sentía una presión tan fuerte que ahogaba un grito desgarrador en su garganta.
Miró a Rachel y sus ojos brillaron.
—Eso no prueba de que no estén juntos, él desapareció al igual que ella, pasaron la tarde juntos, yo los ví..los vio Enmanuell, nadie lo inventó Rachel. —expresó Arielle volviendo a sentir el corazón roto en mil pedazos.
Caminó al centro del jardín cuando Doménico se acercó a ella.
—¿Puedo hablar contigo Ari? —Arielle lo miró asintiendo.
—Dime Doménico.
—Quiero saber de Enmanuell, nadie ha podido contactarlo, su madre necesita saber de él. Hay muchas cosas que han sucedido en la empresa, que necesitan de su presencia.
Arielle lo miró, había perdido mucha información de ese entorno.
—Doménico, me despedí de él hace años en el helipuerto y hasta hoy no se nada de él, me envió los documentos del divorcio ya firmados por correo y no supe más de él.
—Creí que...
—¿Que me había ido con el? Todos creyeron eso Doménico, pero no...no me fui con él.
—Gabriell lo creyó.
—No me importa, y por favor no me hables de él. —respondió y se alejó,
Compartieron el resto de la tarde y empezaron a organizar la sencilla boda.
—¿No crees que es muy pronto hija? En tres semanas no se puede ...
—Madre, no deseo algo escandaloso, será algo íntimo, muy familiar.
—Pero hija. —insistió Julianne.
—Madre...por favor. —pidió Arielle empezando a  sentir la presión en el pecho, caminó por el jardín y se alejó de todos.
"Díos..¿Que es todo esto? ¿Cómo que Gabriell se fue solo? ...no..no lo creo, ellos estaban juntos. —pensó caminando lejana y distante.
Una hora después estaban en el salón de recreación, todas las mujeres dando ideas para la boda..menos Rachel.
—¿El vestido...lo compras aquí o lo encargas?
—Me gustan unos diseños de Cristal y lo pediré. —respondió desanimada.
Rachel la miró y se acercó a ella.
Envió la medida y talla para pedir el vestido que tanto le encantó a Julianne, porque como aquella primera vez, nuevamente estaba dejando que otros organicen la boda sin ella estar presente.
—Ari, te veo tan entusiasmada como cuando organizabas la boda con Enmanuell. ¿Recuerdas? —dijo Rachel con sorna. Arielle la miró y blanqueo los ojos.
—Déjame tranquila Rach.. él es feliz con ella, aunque tú digas que no están juntos, yo se que lo están.. —habló Arielle sintiendo una presión en su garganta.
—Ari. ¿tú amas a Jhon? Responderme.
—Me daré una oportunidad en el amor, yo..yo.
—Arielle, no entiendo por qué te casas con el si no lo amas.
Arielle salió de ahí, vio a los pequeños jugar con sus tíos, fue y subió a su habitación.
Cerró la puerta tras de ella y fue cayendo al suelo hasta quedar sentada abrazada a sus piernas.
Cerró tan fuerte los ojos que no deseaba esa realidad, era una mujer libre y fuerte, Jhon no la obligó a aceptar esa boda, Pero ahí estaba sintiendo se comprometida con la palabra que había dado a él.
Así pasaron las semanas, entre preparativos para después de dos semanas estar en el altar.
Una semana pasó, Y estaban de regreso a Nueva York para los últimos detalles de la inauguración de la semana de la moda.
Ajustaron los últimos detalles y
finalmente, la hora de la inauguración llegó y el alcalde de la ciudad y el organizador del evento estaban  maravillado al ver el palacete iluminado. los jardines exuberantes y llenos de flores en el escenario de la primavera, esculturas de hielo y granizo callendo desde lo alto en el escenario de invierno, los salones decorados con cristales que reflejaban la luz del sol de manera artificial en el salón de los escenarios del verano... Todo era simplemente perfecto.
El organizador felicitó a Arielle y su equipo por su magnífico trabajo, y la citó en su oficina para darle un nuevo trabajo, encargando y dando a ella la responsabilidad de diseñar cosas innovadoras para la reconstrucción de todas las edificaciones importantes de la ciudad, a partir de ese momento. Arielle se sintió emocionada y orgullosa de recibir tal honor, pero también sabía que con él venían grandes responsabilidades.

El desfile empezó en el escenario de otoño, decorado con árboles sintéticos dejando sus anaranjadas y rojizas hojas, era todo un esplendoroso espectáculo. Y así llegó la hora de la presentación de Cristal con su típico espectacular cierre de la noche.
Arielle junto a John estaban en la tribuna alta donde estaba el alcalde y otras autoridades.
Los fotógrafos aprovecharon para sacar las mejores fotografías de cada celebridad, y entre ellos uno en particular. Tomó las fotografías y las envió.
—Señor, la señora Arielle L'Blank es la arquitecta en jefe de la firma que construyó el palacete y está justo aquí en el evento. Si usted está aquí podrá verla en el lado izquierdo de la tribuna alta. —leyó Gabriell el mensaje y salió como alma que lleva el diablo al gran salón donde se realizaba la pasarela.
Miró a lo alto y la vio.
—Con razón, no daban contigo, te ves hermosa mi chica de cabello rojizo. —dijo Gabriell en el momento en que sus miradas se cruzaron.
Arielle sonreía y hablaba con Jhon y el resto del personal sobre las pasarelas, cuendo sintió una penetrante mirada que le erizó la piel.
Sin dejar de sonreír recorrió con la mirada el salón y lo vio ahí parado con las manos en los bolsillos,
Arielle sintió un fuerte temblor en su cuerpo, las últimas semanas había pensado mucho en Gabriell y todo lo que había escuchado decir sobre aquella vez. Arielle al verlo ahí parado frente a ella...era algo que jamás se imaginó.
Jhon sintió hundir las uñas en su mano, y la miró.
—¿Que sucede cariño? —preguntó a su oído mientras Arielle cerraba los ojos y volver a abrir los, para cerciorarse de que no eran  alucinaciones.
—Sácame de aquí Jhon...por favor. —pidió sin dejar de mirar a Gabriell. Jhon cogió su barbilla girando su rostro quedando frente a ella y dejando un beso en sus labios.
—Estás temblando mi vida. ¿Que sucede?
—Quiero irme de aquí, Jhon, y si no deseas irte...me marcharé.
—Claro que no mi vida, sino te sientes bien aquí, nos vamos.
Arielle se despidió de las personas a su alrededor y salió junto a John.
Gabriell sentía su corazón latir tan fuerte en su pecho que retumbaban en sus oidos, miró a lo alto y vio el momento en que Jhon habló a su oído, apretó los dientes tan fuerte marcando su mandíbula, al igual que apretó sus puños.
La vio salir del palco y la siguió con la mirada, y caminó al estacionamiento.
Arielle y Jhon llegaron al estacionamiento, el valet parking entregó las llaves del auto cuando Arielle escuchó esa voz que la hizo estremecer.
—¡Arielle! —Habló Gabriell en tono fuerte. Arielle quedó de piedra al escuchar su nombre, apretó sus puños clavando sus uñas en sus palmas.
Jhon se giró y lo miró fijamente, y luego a Arielle.
—¿Quien es él Arielle? —preguntó él sabiendo la  respuesta en su interior.
Arielle se giró despacio quedando frente a Jhon y cerró los ojos.
—¿En verdad no lo sabes? —preguntó  con esa respuesta que ella misma se negaba a aceptar.
—Necesito hablar contigo Arielle. —pidió Gabriell acercándose a paso lento.
Arielle lo miró, quitó las llaves de las manos de Jhon, subió al auto lo más rápido que pudo y salió de ahí dejando a Jhon y a Gabriell mirando las luces traseras del auto.
Jhon miró desaparecer el auto y miró a Gabriell.
—¿Gabriell Alighieri?
—El mismo,...necesito hablar con Arielle. ¿dónde puedo encontrarla? —preguntó mirándolo fijamente, apretando sus dientes, sentía los celos carcomer lo, por dentro, su rival no era Enmanuell como lo había imaginado todos estos años, mientras el la imaginó, la soñó en brazos de  Enmanuell,  ella estaba teniendo una vida a lado de otro hombre, se maldecía internamente por desaparecer sin dejar rastros, ahora estaba frente al hombre que había besado a su mujer en los labios en su presencia.
—Aléjate de mi mujer Gabriell...después de muchos años vienes aquí como si nada y pretendes hablar como si nada pasó.
—Ese es mi problema entre Arielle y yo...y no..
—Arielle y yo nos casaremos la próxima semana. —dijo Jhon dejando a Gabriell petrificado ante la noticia.
—Eso no es posible.. Arielle es mi mujer.
—Fue tu mujer, tiempo pasado.
—Te alejarás de mi mujer, porque tú...no te casarás con ella. Eso júralo. —sentenció Gabriell caminando a su auto y saliendo de ahí tras Arielle.
Enmanuell miraba todo desde lejos sin ser visto por Jhon y Gabriell, se acercó a Jhon cuando Gabriell se alejó.
—Buenas noches amigo. Enmanuell Giordano. —se presentó y Jhon recordó el nombre.
—Supe de ti hace tiempo, Arielle me habló de ti y de...
—¿Gabriell?
—Si..así es.
—¿Vamos por una copa?
—Creo que la necesito. —respondió Jhon subiendo al auto invitando a Enmanuell.
Jhon manejó en completo silencio, su mente era un caos completo, estaba seguro de que Gabriell encontraría a Arielle y el no podría impedirlo.
—Arielle estaba devastada cuando la recibí en el aeropuerto hace casi seis años, estaba muy vulnerable y en su estado...
—¿Estado? ¿Que estado Jhon?. Preguntó intrigado.
Jhon lo miró y respondió.
—Deprimida, estaba en estado de depresión. —dijo Jhon, sintiendo que estuvo a punto de revelar el secreto de Arielle ante ellos...los pequeños.
Llegaron al club y fueron a la barra.
El bartender sirvió los vasos de whisky y Jhon lo bebió de un solo sorbo.
—Arielle y yo nos casaremos en una semana. —dijo Jhon, y  Enmanuell bebió el contenido de su vaso.
—Sabías que ella y yo estábamos casados y todo fue un enredo total hasta que cada error y confusion nos separó.
—Gabriell se fue con tu mujer. Eso tengo entendido.
—Gabriell no se fue con mi mujer como yo creí...ni ella se fue conmigo como el y mi mujer lo creyeron.
Jhon miró a Enmanuell haciendo un gesto de negación.
—Yo amo a esa mujer, la amo Desde que era una chiquilla.
—Pero su destino no eres tu. Su camino va en dirección a Gabriell Alighieri. Ni siquiera yo pude conquistar su corazón, y eso que no conocía a Gabriell...ellos están destinados, amigo.
Jhon bebió para poder tener el valor y aceptar que a pesar de su éxito y su fama que el comparte con Arielle, el nunca imaginó que esa noche estaba llena de sorpresas que nuevamente cambiarían su vida y su camino tomara otro rumbo.

CAMINOS CRUZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora