CAPITULO 12. PASEO

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La mañana llegó y Gabriell despertó primero que Arielle y salió silenciosamente después de dejar la silla en su lugar. Caminó hacia la puerta y salió sin ser visto por ella, según él.
Arielle entre abrió los ojos y miró su espalda al cerrar la puerta.
-Con que te quedaste a cuidarme. ¡Ja! No creas que te devolveré el favor, como no sabes que te ví, no te debo nada, grandísimo imbécil. -pronunció ella apretando los dientes.
Media hora después pasaron revisión médica.
-¿Muy bien señora Alighieri, se está recuperando muy pronto, así no estará el mes completo aqui en el hospital. -informó el Galeno en turno.
-El amor de su esposo la rehabilita pronto. -dijo una de las enfermeras.
-Doctor, dígame cuando podré viajar, necesito irme de aquí.
-Puede pero es muy peligroso que el mínimo movimiento, o una mala maniobra al querer caminar termine de dañar por completo el hueso fracturado.
-¿Riesgos?
-Si, y entonces puede ser peligroso una gangrena, que nos lleve a amputar la pierna.
-Doctor, tanto así.
-Así es señora, su hueso sufrió una fuerte lesión, el caballo se paró sobre su pierna y fracturó el hueso.
-Está bien doctor, me quedaré aquí, pero por favor, en el momento en que pueda salir, usted me lo dice a mi, no al señor Alighieri.
-Así será señora.
Los días pasaron convirtiéndose en semana, dos semanas habían pasado y cada noche Gabriell entraba silenciosamente para cuidar el sueño de Arielle.
Ella lo veía en el momento en que entraba, y también cuando terminaba en brazos de Morfeo. Cada mañana lo veía irse como si nada.
-Buenos días, señora Alighieri, vemos que su recuperación esta avanzando, hoy podrá irse a casa.
-Gracias doctor, puedo llamar por teléfono. ¿Será posible que aún no tenga uno? Tome llame a este número y por favor explique todo lo que sucedió con mi pierna y que vengan por mí. -dijo entregando una nota. El Galeno salió de la habitación luego de pasar la revisión, y le informó a Gabriell.
-Está bien doctor, yo llamaré a mis suegros, no se por qué aún está muy mala la comunicación.
-Dicen que con la tormenta que hubo se cayeron unos árboles y dañaron toda la red y cableado.
El Galeno siguió y Gabriell entró a la habitación.
-Buenos días Arielle... El médico te dará el alta hoy.
-Si, y esperaré a mis padres que vengan por mi.
-Los esperas en la hacienda.
-Los espero aquí. -contradijo.
-En la hacienda Arielle.
-No, ¿O me vas obligar.?
-Pues si, niña malcriada, te voy a obligar, por que no pienso dormir un dia mas en una silla de hospital. Además tengo que pasar por los medicamentos que llegan para los caballos. Aún no mejoran.
-¿De verdad? ¿Y que salió en los resultados de los exámenes?
-Envenenamiento. -respondió Gabriell y Arielle se sorprendió.
-¿Envenenados? ¿Pero quien pudo hacer esa crueldad? ¡Por dios!
-No lo sé. Por eso necesito volver ya, a la hacienda.
-Está bien, espero a mis padres allá.
Una hora después Gabriell estaba llevando a Arielle de regreso a la hacienda. Llegaron, Tomás bajó la silla de ruedas y Gabrielle la tomó en brazos, el aroma de su perfumes inundó las fosas nasales de Arielle. Percibió su olor y, él sintió el aliento de ella en su cuello, causándole una sensación electrizante, la sentó sobre la silla arregló su pierna y sus miradas se cruzaron. Arielle tragó el nudo en su garganta, y rompió el momento agradeciendo.
-Gracias.... gracias por la atención.
Gabriell sonrió y la llevó a dentro.
-Ahí está acondicionada una habitación para que descanses durante el día. -dijo indicándole todo lo que había acondicionado de acuerdo a sus necesidades.
Él subió a su habitación, quitó su ropa se miró al espejo, se afeitó, luego se duchó, se cambió y volvió a bajar para ir a las caballerizas.
Arielle lo vio salir y lo siguió con la mirada a través de los ventanales, y
una sonrisa se dibujó en sus labios.
-Es muy atractivo, Pero muy narcisista, lo odio, porque me trajo y luego no me dejó ir en el momento en que vió que no era su noviecita.
Los días pasaron y Gabriell se dedicó a organizar proyectos para la hacienda, encerrado en la oficina se mantenía informado sobre sus empresas y el trabajo diario que había.
Concentrado en su computadora, los golpes de la puerta le llamaron la atención.
-Adelante. -Dijo sin mirar.
Arielle entró caminando en muletas, ya habían pasado dos semanas y poco a poco estaba mejorando.
-¿Interrumpo? -preguntó.
-No, Pero pasa quiero mostrarte algo y que me des tu opinión.
-Después, ahora necesito un teléfono para decirles a mis padres que estoy bien. Ellos deben pensar que estoy en Alemania.
-¿Y siempre desapareces así sin dejar rastros ni avisar enseguida? Porque te veo muy tranquila.
-Pues si, siempre hago eso, soy una mujer libre y no le debo explicaciones a nadie. ¿Contento? Porque te recuerdo que si no me he reportado es porque "alguien " no lo permitió
Gabriell la miró sin responder y dejó el teléfono sobre el escritorio.
Arielle lo tomó y trató de salir pero su muleta se enredó con uno de los sillones.
Gabriell logró sostenerla por la cintura, y sus miradas se encontraron nuevamente.
-Si te quieres ir pronto, tendrás más cuidado, por que de lo contrario tu estadía será mas extensa. De aquí no te vas hasta que estés completa mente bien.
-Imbécil, esto ya pasó a ser secuestro, desde el momento en que me sacaste del convento, eso es un secuestro.
-Tu te ofreciste a qué te secuestren, ¿Lo olvidaste?
-Idiota, engreído. -dijo empujándolo.
Arielle suspiró profundo y salió de la oficina, Gabriell la miró y sonrió haciendo un gesto de negación.
Arielle marcó el número de Jordan y contestó de inmediato.
-¡Papá!
-Hija, ¿dónde estás? Estábamos preocupados por ti. Enmanuell desapareció y no supimos nada de el.
-Mucho mejor padre.
-¿Dónde estás? Tómate tu tiempo en descansar, acá aún arde Troya. -dijo jordan y Arielle se carcajeo.
-Estoy bien padre, este lugar es un paraíso, es muy hermoso, los paisajes, el lago, todo es maravilloso, si me dieran a elegir, viviría aquí en esta tranquilidad.
-Pásala bien mi niña, cuídate.
-Tu también papi, y a madre, dale muchos besos cuando estés con ella, los amo.
Arielle se despidió de Jordan y dejó el teléfono sobre la mesa de centro y caminó hasta las caballerizas.
Miró y como pudo tocó a cada caballo ya recuperándose del envenenamiento.
-Hola hermosa, ya estás bien, ahora a ponerte fuerte, sabes estamos iguales, yo pronto estaré completa mente recuperada y me iré.
Te extrañaré bonita.
Gabriell salió de la oficina y vio a Arielle hablando por teléfono y riendo. Se acercó y escuchó parte de su conversación.
"Estoy bien padre, este lugar es un paraíso, es muy hermoso, los paisajes, el lago, todo es maravilloso, si me dieran a elegir, viviría aquí en esta tranquilidad."
Gabriell sonrió y quiso regresar cuando la vio seguir a las caballerizas, la siguió sigilosamente y la vio hablar con los caballos.
Arielle seguía hablando sin darse cuenta de que era observada por Gabriell.
-Este terreno no es muy recomendado para andar en muletas. -dijo él, acercándose a ella.
Arielle lo miró y se apoyó sobre las muletas.
-Estoy cansada de todo esto. Me siento prisionera de estas muletas y de ti.
Gabriell la tomó en brazos y la cargó hasta el pequeño muelle.
-¿Que haces? ¿Adónde me llevas?
-Te dije que vieras el nuevo proyecto y dijiste después, desapareciste y decidí mostrarte lo ahora.
-Está bien. Seguro será algo que embellece más este lugar.
-Así es. -respondió.
Subieron al bote y Gabriell empezó a remar.
-Este lugar es maravilloso.
-Lo se, lo compré para vivir con la que sería mi esposa.
-¿Dejaste de buscarla?
-No, estuvo ahí otra Arielle, ahora solo tú, así que desapareció sin rastros.
Arielle recordó la historia de Enmanuell y la monja que ocupó su lugar.
"pero ellas dijeron el nombre de May, no debe ser la misma. ¿Será en ese convento, o talvez en otro? " Pensó y sugirió.
-Búscala en otro convento, puede ser que se equivocaron. A todo esto. ¿Por qué te dejó plantado?
-Todo fue un mal entendido, lo causó su mejor amiga Katherine Thompson,
No me dejó explicarle.
-¿Que confusión fue?
Gabriell contó toda la historia a Arielle, mientras remaba.
-Le fuiste infiel involuntariamente. No es tu culpa. -dijo Arielle.
-¿Y tú? ¿Decidiste hacerte monja? ¿Por qué? -preguntó curioso al ver su comportamiento liberal.
-Yo dejé plantado a mi prometido.
Era un matrimonio por conveniencia, descubrí su mentira y me fui.
-¿Te mintió?
-Si, diciendo que era gay, y no lo era.
Al igual que Gabriell, Arielle contó su historia de matrimonio interrumpido.
Llegaron al otro lado del lago, Gabriell volvió a cogerla en sus brazos y la cargó, caminó con ella hasta llegar a una cabaña.
-Que bello es todo. Me recuerda la hacienda del tío Stefano. ¿Cuál es el proyecto.?
-Este. -dijo Gabriell abriendo sus brazos y dando una vuelta.
-¿Esto?
-Si, mira, dime si no es hermoso hacer este tipo de cabañas resort, en lugar de los tradicionales hoteles.
-Si, son muy acogedoras.
-Serían de dos tipos, familiar y para parejas, cada cabaña estaría con todo incluído, segun lo deseado por el cliente.
-Me encanta la idea, eres un excelente arquitecto. Yo también haré un posgrado en esa especialidad y entonces trabajaremos juntos. -dijo Arielle
-Será un placer. -respondió el sonriendo.
Arielle y Gabriell pasaron mucho tiempo caminando en lo que ella podía y muchas veces el la cargaba.
Arielle percibía el perfume de Gabriell.
"Esto no va bien, es solo un perfume nada más"
Pensó mientras era cargada para ir de vueltas al bote y regresar a la hacienda.
Gabriell remó y media hora después estaban desembarcando en el pequeño muelle.
-Gracias por el paseo. Ya me hacía falta.
-Deja que tú pierna ya esté completa mente sana y te muestro más.
Arielle sonrió y caminó para subir las escaleras, Gabriell la vio subir con un poco de dificultad y la volvió a cargar para llevarla a su habitación.
-Asi esa mucho mejor. -dijo el dejándola sobre la cama.
Arielle lo miró, sentía su corazón latir tan fuerte en su pecho, sentía que cada día que pasaban juntos sus asperezas se suavizan.
-esto es una locura Arielle. -se fijó así mismo al verlo salir de su habitación.

CAMINOS CRUZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora