CAPITULO 34. SOMOS LOS INTRUSOS

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34Arielle Brigth.

A través del espejo, Arielle vio salir de la habitación a Enmanuell, salió tras de él y lo vio entrar a la oficina, regresó a la habitación tomó su teléfono y envió el mensaje a Gabriell.
"Necesito verte lo más pronto, tengo que decirte algo importante para ti y también para mí"
Arielle miró a través de las cortinas y lo vio salir en una de las camionetas, bajó casi corriendo, y subió a otra para ir nuevamente a la cabaña.
Manejó lo más rápido que pudo, pues estaba segura de que Gabriell la esperaba.
Condujo sin mirar obstáculos, pues su mente era un completo caos, y su corazón dolia por las palabras que había escuchado de Enmanuell,

"Si, lo más pronto, no quiero seguir casado con ella. La busqué tanto y por fin la encontré...bueno ella me encontró y no quiere esperar más. Me divorcio, y me caso con mi Arielle y me la llevaré lejos de aquí donde Gabriell no la encuentre."

"Pues me la llevo a la fuerzas, Gabriell Alighieri, no me quitará a mi mujer. "

—Su mujer, era su mujer, y ambos mintieron. —se cuestionaba, apretó el volante tan fuerte, sentía su cuerpo estremecer sus sollozos eran profundos, su vista se nublaba no por las lágrimas, sino por la presión que sentía en su pecho, pues nuevamente vivía una traición.
Llegó a la cabaña y Gabriell estaba esperando, la vio llegar en un estado de melancolía y tristeza.

—¿Que pasó Arielle? Me pediste que venga con tanta urgencia. ¿Sucedió algo? —preguntó Gabriell preocupado de verla tan triste y sollozando.
Arielle se abrazó a Gabriell, ya no tenía sentimientos por el, ahora lo veía como un amigo y sabía que podía confiar en el.
—Nos mintieron Gabriell, Annastasie y Enmanuell si tenían una relación, lo escuché, escuché cuando el dijo que se divorciaría de mi para, casarse con su Arielle y llevársela lejos de tí. —habló entrecortado, pues el sentimiento de la decepción le causaba tanto dolor que no paraba de llorar.
—Enmanuell no puede hacer eso, Arielle no puede ....—dijo y se quedó en silencio recordando las fotografías.
—No se quien me envió unas fotografías, ellos están abrazados y parece que llevan tiempo encontrando se, Arielle llegó antes de tiempo que ella dijo estar en Roma.
Arielle recordó que Enmanuell también llegó antes de lo previsto.
—Enmanuell también regresó en mismo día. Algo pasó, no vio a Doménico, fue a otro lado...claro fue a buscarla, y la encontró, porque llamó a Doménico pidiendo que empezara con los trámites del divorcio. Dijo haber encontrado a su morita.
Flash Back.
— La busqué tanto  y por fin la encontré...bueno ella me encontró y no quiere esperar más. Me divorcio, y me caso con mi Arielle y me la llevaré lejos de aquí donde Gabriell no la encuentre..
FIN Flash Back.
Gabriell escuchó lo que Arielle le dijo,  sintió estrujar sus entrañas, se sentía burlado por la mujer que amaba, y eso lo llenó de rabia y coraje.
Miró a Arielle, acunó su rostro y secó sus lágrimas.
—¿Le darás el divorcio? —preguntó y Arielle cerró los ojos, pues escuchó muy decidido a Enmanuell.
—Asi es, dejaré los papeles firmados y me iré.
—¿Volverás a Moscú?
—No...salí de allá con el corazón roto y no quiero volver en las mismas condiciones.
—Si Arielle encontró a Enmanuell, significa que todo este tiempo me estuvo viendo la cara, yo me iré, si ellos se buscaron y están juntos, no seré obstáculo para ellos. —dijo sintiendo dolor di alma.
Arielle lo miró y supo lo que tenía que hacer también, se despidió de Gabriell y caminó a la camioneta para regresar a la hacienda, y se despidió de Gabriell.
—Adios Gabriell, espero encuentres la felicidad, yo amo a Enmanuell, y no seré obstáculo para su felicidad, dejaré firmado el divorcio y me iré.
—Cuidate mucho mi Ari, lo deseo de corazón...y perdóname...perdon pot todo lo que pasaste por mi culpa. — dijo Gabriell abrazando a Arielle y ella correspondió a ese abrazo. Arielle sintiendo su corazón romperse en mil pedazos, su cuerpo se estremecía, un frio la recorrió toda, y su mundo se desvaneció. Arielle se desmayó ante la presión que sentía en el momento y Gabriell la sostuvo en sus brazos.
—¡Arielle! ¿Estás  bien? ¿Que te pasa?...—Gabriell intentó reanimarla sin tener respuesta de su parte, la llevó en brazos hasta un sofá y le dejó ahi.
—Arielle.... despierta. —dijo dando suaves golpes en su mejilla.
Gabriell buscó un poco de alcohol y trató de reanimarla.
—¡Mmm! —gimió despertando después de cierto tiempo.
—¿Cómo te sientes Arielle?
—¿Que me sucedió?
—Te desmayaste, debe ser la tensión del momento.
—Tengo que volver. ¡Mmm! me siento mareada. —dijo intentando ponerse de pie.
—Espera un poco más, cuando estés completamente recuperada te vas...no puedes conducir así. Yo cuidaré de ti.
Arielle sentía que su mundo daba vueltas, cerró los ojos y suspiró profundo tratando de relajarse, durmió un poco más, y las horas transcurrieron.
Gabriell la miró dormir, daba vueltas como un león enjaulado, deseaba salir corriendo y enfrentar a Arielle, al igual que a Enmanuell, llegó a la puerta y se detuvo, miró a Arielle dormir con un semblante de tristeza y se quedó ahí junto a ella, no podía dejarla sola, le dolía verla sufrir como una vez se imaginó que sufrió por el.
Sentado en el suelo sobre la puerta, apoyó su cabeza sobre ella, y cerró los ojos tratando de no imaginar a Arielle junto a Enmanuell, recordó sus palabras y su corazón dolió

CAMINOS CRUZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora