CAPITULO 51. ENCUENTRO INESPERADO

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Enmanuell pasó por alto todo aquello de las fotografías y se concentró en mirar a Arielle a través del evento.
"Estás muy hermosa Arielle, no es posible sentir lo que aún siento por ti, siempre supe que tú y el estaban juntos y verte de su brazo me duele...me dueles tanto mujer" y—pensó mientras Felicia reía internamente de felicidad. El evento continuó su curso, las eminencias recibieron sus galardones para después pasar al gran salón donde se ofrecería un brindis con los invitados exclusivos de los galardonado y entre ellos se encontraban Enmanuell y Felicia, invitados por Carl Doherty. Y Arielle junto a Gabriell invitados por la esposa de Carl.
—Espero la estén pasando bien —dijo Sarah Doherty esposa de Carl, a Enmanuell y Felicia.
—Si.. muchas gracias, hermoso tu vestido. —hablo Felicia de modo adulador.
—Gracias.. es de mi diseñadora favorita, CRISTAL. —respondió dejando a Felicia muda de la impresión de ver a Arielle entrar del brazo de Gabriell justo en el momento en que Sarah la nombró.
—Mira...ven te la voy a presentar está llegando junto a su...
—¡Uy! No.. será mas tarde mi prometido me está llamando se excusó mirando el teléfono. Felicia se alejó para observar mejor la interacción entre Arielle y Sarah. Miró a Enmanuell concentrado en la conversación con Carl y se acercó a él.
—Querido...no me estoy sintiendo bien, creo la champagne hoy me está haciendo efecto. —habló al oído mientras veia a Arielle con la mirada de sorpresa y fija en ellos.

Arielle y Gabriell.
Un día antes del evento.

Gabriell se había convertido en un empresario próspero en el mundo de la informática, algo diferente a lo que realmente deseaba ejercer, dejando a un lado el mundo del campo y sus actividades, de ves en cuando en vacaciones disfrutaban de los paseos en familia en una pequeña quinta llamada puerta azul.
Gabriell era un ser único en el mundo de los negocios. Con su traje impecable y su carisma arrollador, se había convertido en el CEO más importante de la industria tecnológica. Nadie sabía cómo lo hacía, pero siempre encontraba la manera de superar a la competencia y llevar a su empresa al éxito.
Sin embargo, lo que la mayoría de la gente no sabía era que Gabriell tenía un secreto muy bien guardado, dejó de lado el ejercer su profesión y su pasión por el campo, Y se dedicó a intentarlo en un campo que jamás pendo explorar, y así con la dedicación y entrega absoluta a su nuevo trabajo, se centró en él para no sobre pensar y tratar de llevar el día a día su frustración, y en no desviarse de sus nuevas metas, de ser el hombre más poderoso en la industria sin la ayuda, ni la herencia recibida por su padre adoptivo, así fue como logró infiltrarse en el mundo de los negocios, que no conocía, la tecnología y la informatica y ser uno de los CEOS mas importantes de la ciudad en llevar a su empresa a la cima.

A pesar de su éxito, y de haber formado una familia basada en el amor filial con Arielle y los hijos de cada uno de ellos, Gabriell siempre se sentía solo y anhelaba el recuerdo de los días vividos en Arezzo, Florencia. Había cerrado su corazón al amor, y siempre que Gabriell recordaba a Arielle, sus sentimientos eran un caos, sentía amarla y deseaba saber de ella, pero después volvían los recuerdos de las palabras "casada con Enmanuell" su corazón se estrujaba de solo imaginar a Arielle en brazos de Enmanuell, y peor aún, que sus momentos de  amor y felicidad con ella no duró mucho tiempo. Ahora estaba ahí, junto a Arielle apoyándose mutuamente, y dándose la mano en los negocios.
Gabriell y Arielle lucharon con todas sus fuerzas y ganas para hacerse un lugar en el mundo de los negocios y en los casi seis años lo habían logrado, eran reconocidos en la sociedad y compartían en los eventos más importantes de esta.
Las semanas seguían su curso, y estaban nuevamente contra el tiempo entregando los pedidos de trajes de gala para las damas de sociedad, el gran evento del año estaba a pocas semanas a realizarse.
—Estoy agotada, ese evento de la entrega de los novel me tiene a millón. —expresó Arielle dejando su cartera en un sillón y tirándose en un sofá mientras Gabriell sonreía de verla quejarse de ser una mujer exitosa.
—Es el precio de la fama, te imaginas sino te conocieran, nadie luciria tus diseños. Y ya sabes aquí estoy para ayudar en lo que sea. —se ofreció Gabriell.
—Gracias Gabo, y claro que tomo tu palabra, me ayudaras a empacar para enviar que son pedidos hechos fuera de la ciudad y ser entregados a tiempo.
—No se diga más, mañana cancelaré dos reuniones y me voy contigo.
—No...no puedes hacer eso.
—Puedo y quiero, como no ayudarle a mi mejor amiga y madre de mi hijo. —habló Gabriell mientras se ponía de pie y extendía su mano para tomar la de ella y ayudarla a ponerse de pie y salir para ir a la mansión por sus hijos.
—Esto es lo bueno de tener nuestras empresas en el mismo edificio. —dijo Arielle caminando para salir.
Tomaron el ascensor, bajaron y subieron en el auto para ir a casa donde eran recibidos por sus pequeños.
—¡Papá mamá! —corrieron Dante y Orquídea, gritando al unisono y fueron cargado en los brazos de sus padres.
Gabriell y Arielle junto a Orquídea y Dante pasaron el resto de la tarde juntos hasta que llegó la hora de llevarlos a la cama.
Y como cada noche, se despedían de sus pequeños y se encerraban en sus habitaciones a tratar de seguir sin poder evitar que el pasado llegue a su mente.
Al día seguiente faltando ya muy poco para la noche del gran evento, Arielle y Gabriell desayunaban en el comedor en compañía de los pequeños.
-Apuren mis amores que se hace tarde y no querrán llegar tarde ¿cierto? -dijo Arielle sonriente.
—Hoy no queremos ir a clases mami. —dijo Dante y Cristal lo confirmó.
—No..queremos ir con ustedes, prometemos no molestar, y si ayudar, ¿Verdad que necesitan nuestra ayuda.. cierto? papá Gabriell. -preguntó Cristal y Gabriell lo aceptó.
—Asi es, sin su ayuda jamás terminaremos...así que nos vamos todos a la casa de modas de mamá.
—¡Yupiii! No iremos a la escuela. —gritaron y terminaron de comer y salieron. Todo el trayecto fue conversa y responder preguntas ocurrente tes entre ellos, Gabriell y Arielle reían y veían lo irónico de la vida. Habían formado una familia, la que alguna vez planearon cuando eran novios, y ese matrimonio nunca se concretó, ahora la vida los había unido tanto en la decepción de lo que ellos creían una traición de sus amores y en la crianza de sus hijos los cuales estaban creciendo Pero llevando muy clara la verdad de sus orígenes, Dante y Orquídea, para la edad que tenian eran muy inteligentes para entender la explicación de que Arielle era una tía a la que podía decirle madre y Orquídea, que Gabriell era un tío, al que podía acudir cuando necesitara ser consentida por un padre.
Llegaron a la casa de moda y el chófer bajó para abrir la puerta para que Gabriell saliera y luego Arielle y los niños, que corrían al los brazos de sus padres y ser cargados llevados al interior de la boutique.
Arielle sintió un frio recorrer su cuerpo, miró a su alrededor sintiéndose vigilada, sentía la penetración de unas miradas ocultas en cualquier lugar que no podía ver, caminó y entró con Cristal de la mano y empezaron a trabajar.
—Señor, el chofer de la señora Doherty está aqui para llevar el encargo. -dijo una de las vendedora, Arielle pidió que llevaran las redondas cajas que contenían zapatos carteras y joyas.
—Señora Cristal, la señora Doherty tiene el honor de extenderle esta invitación a los representantes de la casa de modas para el evento a realizarse.
Arielle miró a Gabriell y tomó la invitación, leyó lo que decía e intentó retractarse.
—Muchas gracias, Pero..
—Dígale que ahí estaremos. -respondió Gabriell confirmando su presencia.
El chófer tomó las cajas y salió de la tienda, Arielle miró a Gabriell y le mostró lo que leía en la invitación.
—Mira lo que dice Gabriell.
Gabriell miró y leyó
—¿Señores esposos?
—Le quise corregir Pero te adelantaste.
—Creí que te negarías, Arielle, esa es la imagen que proyectamos a las personas, tenemos una familia, y solo nosotros sabemos la clase de familia que tenemos, a mí no me incómoda, y eso no quiere decir que tenga otro tipo de interés por cambiar nuestra relación, mi hijo ve como su madre a mi mejor amiga, y es lo único claro entre nosotros.
—Es verdad, no debo darles importancia a la opinión pública.
Arielle y Gabriell escogieron sus mejores trajes para el evento, Arielle estaba hermosa en ese vestido negro que había escogido.
El día de la ceremonia finalmente llegó, y el salón estaba lleno de médicos y personalidades  importantes de la ciudad. El ambiente era tenso.
La entrega del premio novel al mejor médico del año era un evento de gran importancia. Cada año, los médicos más destacados de la ciudad se reunían en un lujoso salón para la entrega de premios, un momento de celebración y reconocimiento por su arduo trabajo y dedicación en un mundo lleno de enfermedades.
El Dr. Doherty, un renombrado doctor veterinario, se encontraba entre los nominados para el premio.
La ceremonia dió inicio y dos horas después estaban en el salón.
Arielle del brazo de Gabriell, caminaban y  bebían de su copa de champagne y siempre sonriendo.
Arielle volvió a sentirse vigilada, sentía un frio recorrer su cuerpo y miró a su alrededor.
—¿Te pasa algo Ari? Te siento un poco tensa, si deseas nos vamos ya. —dijo Gabriell mirando de frente.
—No lo sé Gabriell, siento como si alguien me mirara fijamente, es una sensación extraña, Pero vamos, sigamos disfrutando de la velada, debe ser mi nerviosismo de no estar acostumbrada a este tipo de eventos.
—Entonces sigamos.
Arielle siguió junto a Gabriell, y con una sonrisa en sus labios, siguió por el gran salón lleno de celebridades pocas conocidas y muchas por conocer.
—Espero que mi diseñadora favorita no esté aburrida. —dijo Sahari acercándose a ella.
—No, para nada. —respondió asintiendo.
—Despues te preséntate a mis amigas, les ha encantado este diseño y me han pedido conocerte.
Uno de los meseros les ofreció cambiar su copa cuando escuchó decir el nombre que todos esos años intentó olvidar.
—Enmanuell Giordano, me alegra que estés aquí, pido una disculpa por no estar a tiempo completo contigo.
El sonido de los vidrios rotos en el suelo llamaron la atención de los más cercano, Arielle se giró y se encontró con la mirada de Enmanuell, y Felicia susurrando a su oido.
—Enmanuell...—pronunció en un susurro, clavando las uñas en el antebrazo de Gabriell.

CAMINOS CRUZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora