Enmanuell y Arielle compartían cada día el trabajo, y en sus tiempos libres se dedicaba a ver la organización de la fiesta de los hacendados.
Arielle Brigth había intentado comunicarse con Arielle L'Blank, sin tener respuesta.
—No entiendo, por qué no me contesta Anastasie, quedamos en organizar la fiesta juntas. —pensó.
Los días pasaron y una semana ya estaban enviando las invitaciones a cada dueño de hacienda.
Arielle Brigth, junto a las organizadoras de eventos habían decidido salir para ultimar detalles.
—Cariño, voy al pueblo con Violeta. ¿Deseas algo ?
—Si, que regreses pronto. —respondió Enmanuell agarrándola por la cintura y atrayendo la a su cuerpo. Besó su cuello y apretó su tracero.
—No tardo, haremos los pedidos que faltan y regresamos.
Arielle y Violeta subieron a la camioneta y fueron al pueblo.
Alquilaron el lugar dejando la orden al personal de como decorar y fueron nuevamente a las tiendas.
Tres horas después ya habían realizado cada cosa que faltaba cuando pasaron por la cafetería.
—Vamos a tomar un café. ¿Te apetece? —preguntó Arielle a Violeta.
—Si... tenemos tiempo. —respondió mirando la hora.
Entraron a la cafetería se sentaron y pidieron el servicio de café.
Mientras estaban esperando servir el café violeta fue al baño.
—Ya regreso Arielle.
—Tranquila yo espero.
Sirvieron el café y Arielle miró a través de los ventanales y vio la llegada de turistas.
Miró a cada persona salir de la estación.
—Bienvenidos al pueblo Verde Paraíso. —escuchó al guía dar el recibimiento.
—Por favor me puedes indicar como llegar a la hacienda Monte Sacro. —pidió Felicia, el guia dió la indicación y ella continuó su viaje.
A Arielle le llamó la atención aquella mujer exuberante.
—Violeta regresemos a la hacienda por favor. —cuando Violeta llegó.
—¿Pasó algo?
—No, no lo sé...solo ví al guía señalar en dirección a la hacienda.
Violeta y Arielle salieron de la cafetería y subieron nuevamente a l camioneta.Mientras Arielle y Violeta regresaba, Felicia tenía mucha ventaja.
La camioneta de recorridos la había llevado a la hacienda y fue recibida por uno de los vaqueros.
—Buenas tardes señorita. ¿A quien busca.?
—A mi novio....Enmanuell Giordano. ¿Se encuentra.? —preguntó Felicia muy segura del lugar que ocupaba en la vida de Enmanuell.
María estaba en shock al escuchar esa palabras y corrió a los establos en busca de Enmanuell.
Corrió y llegó muy agitada, llamando la atención de todos, y en especial la de Enmanuell, quien al verla así se puso dé pie y fue a donde de estaba ella.
—¿Que pasa María? ¿Sucedió algo?
María lo miró y achicó los ojos.
—Señor, llegó una mujer preguntando por usted y diciendo ser su novia. —respondió con la respiración agitada.
—¿Sasha? —preguntó Enmanuell sintiendo un vuelco en el corazón.
—No lo se, no dijo el nombre señor.
Enmanuell salió de ahí, montó su caballo y galopó lo más rápido que pudo.
"No creo que Sasha esté no., ¿Cómo supo que estaba aquí.? Doménico, te voy a matar." —los pensamientos de Enmanuell eran un caos.
Llegó a la hacienda y como un vendaval entró a la oficina, sirvió un vaso de whisky y lo bebió de un solo sorbo.
Mientras Enmanuell estaba en la oficina, Felicia estaba en el jardín esperando por él, el vaquero la había encaminado hasta ahí, y el salió en busca de Enmanuell haciendo el recorrido por la vía principal, mientras Enmanuell lo hacia por un cruce.
—Todo esto es muy rústico, yo no creo poder aguantar aquí mucho tiempo...voy a convencerlo de regresar a Roma. —se dijo así mismo.Enmanuell salió de la oficina y buscó donde podía estar.
—Rosa. ¿Dónde está la mujer que llegó? —preguntó al no haberla por ningún lado.
—En el jardín señor, ahí lo están esperando.
Enmanuell caminó hasta el jardín y escuchó las palabras que ella se estaba diciendo a sí misma.
"Es Felicia,, creí que era Sasha.
"Todo esto es muy rústico, yo no creo poder aguantar aquí mucho tiempo...voy a convencerlo de regresar a Roma"
—Claro que no aguantarás mucho tiempo Felicia, porque ahora mismo te regresas por donde viniste. —respondió Enmanuell caminando algo molesto.
Felicia se giró al escuchar la voz tras de ella y corrió a su encuentro.
—¡Enmanuell! Cuánto tiempo. ¿Porqué nunca me llamaste cariño? —dijo con entusiasmo extendiendo su mano para darle un abrazo lo cual él impidió agarrando sus muñecas.
—Si no te llamé, es porque no te necesito Felicia...No sé qué haces aquí.. así que por favor retira te de mi presencia y de este lugar, aquí no tienes nada que hacer.
—¿Cómo puedes decir eso Enmanuell.? tú y yo....
—Tú y yo nada Felicia....tú y yo nada, nunca tuvimos una relación formal, solo sexo sin compromiso, no confundas las cosas, fuimos muy claros y tú lo aceptaste. —reprochó con mucha claridad.
—Eres un imbécil Enmanuell, como puedes decirme esto así como si nada. —expresó con mucha tristeza.
—Vete Felicia,
—Enmanuell, nos la pasábamos super bien..
—Estoy felizmente casado Felicia, y no necesito de una aventura.
—¿Casado? Pero si te dejaron plantado en el altar Enmanuell. ¿Cómo puedes decir que estás casado?
—Por qué me arrepentí y volví por mi ahora esposo. Asi que ten un poco de dignidad y vete de aquí. Deja a mi marido en paz. —se escuchó una voz desconocida para Felicia, Enmanuell se giró y la vio parada, con mucha seguridad en sus palabras y postura.
Enmanuell fue a su encuentro, la abrazó por la cintura dando un beso en sus labios.
—Crei que tardarías más mi vida.
—Ya está todo listo para en dos próximo fin de semana.
Enmanuell se giró y miró a Felicia ahí estática ante la escena de amor y expresiones de cariño entre Enmanuell y su esposa.
—Felicia, por favor vete y no vuelvas a buscarme más. Respeta mi vida, lo nuestro fue una aventura nada más, nunca te prometí nada más de lo que podía darte. —fue claro y con mucha determinación.
—Enmanuell, cariño, éramos felices... mi amor por....
—Amor nada Felicia, era una aventura y tú lo aceptaste, no te confundas. —repitió.
— Eres un imbécil, te desprecio como no tienes idea.
Felicia habló furiosa dando la vuelta para marcharse y se detuvo en seco, se paró frente a Arielle y la fulminó con la mirada.
—¿Crees que te ama? —preguntó con sarcasmo. —No se de dónde saliste tu, por qué él... se casaría con otra solo porque su padre lo exigió, no creas que este matrimonio tiene otro propósito.... porque cuando regrese Sasha, tu cinco minutos de felíz esposa se terminarán. —aseveró apretando los dientes y puños al sentir la impotencia de no poder lograr el propósito de estar con Enmanuell.
Felicia salió furiosa del jardín y fue a donde la esperaban para llevarla de regreso al pueblo.
Arielle miró fijamente a Enmanuell apretando sus labios formando una fina línea en ellos.
—Mi vida, no es lo que tu crees.
—Yo no creo en nada más que en tus promesas hacia mi...y creo en ti Enmanuell. Le dejaste bien claro su posición y me diste mi lugar cuando no sabías que yo estaba presente. —respondió rodeando sus brazos en su cuello, y el abrazando su cintura.
—No tengo que ser diferente en tu ausencia...yo digo lo que siento por ti y no voy a negar nunca que ered mi esposa y que te amo.
Arielle besó sus labios y el respondió profundizando ese beso y sellando su promesa de amor.
Felicia llegó al pueblo y la dejaron en la estación del tren para su regreso a Florencia y de ahí a Roma.
La semana continuó pasando, era media semana, Enmanuell y Arielle realizaban sus labores tanto en las caballerizas, establos y todo lo requerido en la hacienda.
Luz se empeñaba cada día en aprender y Rebeca había conseguido un trabajo en la tienda de perfumería de la enfermera Fresia, a pedido de Arielle.
—Señor, el señor Doménico acaba de llegar a la hacienda. —informó uno de los vaqueros.
—Justo a tiempo para las festividades. —dijo Arielle caminando junto a Enmanuell para recibirlos.
Subieron a la camioneta y fueron a la hacienda para recibir a Doménico.
Rachel y Doménico habían llegado al pueblo y todo le pareció maravilloso a ella, nunca antes había estado en un lugar así, y estaba muchi más contenta al saber que compartiría con Arielle su amiga.
—Es muy hermoso todo esto mi vida, viviría aquí siempre, la paz que trasmite este lugar es muy relajante, nada que ver con un artificial SPA.
—Así es cariño, cuando nos casemos compraremos una hacienda y viviremos aquí.
Rachel era deleitada con el paisaje que pasaba frente a sus ojos.
Llegaron a la hacienda, y fueron recibidos por uno de los vaqueros, el cual fue a informar a Enmanuell mientras Doménico se instalaba en su habitación junto a Rachel.
Bajaron en lo que Enmanuell llegaba y fueron al jardín posterior a esperar.
Enmanuell y Arielle llegaron y se encaminaron al jardín, cuando llegaron vieron a lo lejos a Doménico de la mano de Rachel y ellos se acercaron.
—Hombre, creí que no vendrías. —habló Enmanuell parado tras de ellos junto a Arielle.
Doménico y Rachel se dieron la vuelta y Arielle saludó muy contenta de verlo ahí con su novia.
—¿Como has estado Doménico? Me alegra tanto de que estés aquí junto a Rachel. —expresó mirando frente a ella a una Rachel atónita por la sorpresa. ¿Quién carajos es esta mujer con tanta familiaridad con Doménico y donde está mi amiga.? Fueron los pensamientos de Rachel mirando a Arielle.
—Amor, te presento a Rachel Parisi, Rachel,...ella es mi esposa, Arielle Brigth. —hizo las presentaciones y Rachel tenía los ojos fijos en Arielle.
—¿Arielle? No comprendo... esperé encontrar a mi amiga Arielle. —habló entrecortado y alternando miradas entre Enmanuell, Arielle y Doménico.
—Amor, recuerdas lo que te dije en Roma, era algo dificil de explicar.
—Lo recuerdo. —dijo Rachel sintiendo confusión, miró a Arielle y ella sonrió tomando su mano.
—Doménico me contó que Arielle es muy amiga tuya,... Ven te contaré toda mi versión, y así entenderás toda esta confusión.
—Si..por favor. —dijo Rachel en un mar de confusion.
Enmanuell y Doménico quedaron en el jardín mirando alejarse a Arielle junto a Rachel.
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CAMINOS CRUZADOS
RomansaEl destino cruzó a dos pequeñas, Arielle L'Blank, inquieta y vibrante con unos ojos grises destellante y llenos de inquietud, y de cabellos de color caramelo. Arielle Bright, todo lo contrario, con una quietud y sensatez para su corta edad, sus cabe...