El Granero

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- ¿Puedo preguntarte algo? - Taylor estaba sentada junto a Daryl y lo miraba frunciendo el ceño, él solo asintió ocupado en sus flechas - ¿Por qué eres así conmigo y no con el resto?

- ¿Así como? - el cazador la miró confundido y ella solo se encogió de hombros.

- Amable... me escuchas aunque solo sea porque no hay mucho que hacer aquí, me enseñas cosas por asquerosas que sean - Taylor arrugó la nariz al recordar la ardilla que le había visto destripar - Me apoyas cuando quiero hacer algo... eres un buen amigo Daryl y deberías dejar que los demás sepan eso.

- ¿Ya te cansaste de ser mí amiga? - le preguntó con una media sonrisa, algo que la mayoría encontraría raro en él pero Taylor ya se había acostumbrado a ver ese lado del cazador que se permitía bajar la guardia y ser quien realmente era en lugar de esa fachada dura y sería que siempre mostraba.

- No, no es eso pero creo que serías más feliz si dejaras que los demás te conocieran. Olvídalo, era solo una idea.

- Tu novio te busca - le dijo volviendo a poner atención a sus flechas porque no quería ver cómo ella le sonreía a Glenn.

- Volveré después - le respondió poniéndose de pie.

- No tienes que hacerlo - le dijo encogiéndose de hombros.

- Lo se, no significa que no quiera hacerlo. No desaparezcas Dixon o voy a enfadarme - ella dejó un beso en su mejilla y aunque Daryl intentó no hacerlo le sonrió negando con la cabeza. - Hola extraño - le dijo a Glenn tomando su mano.

- Te busqué toda la mañana, no me dijiste que estarías aquí.

- ¿Pasó algo? - le preguntó ella comenzando a caminar a su lado sin soltarlo.

- Solo quería estar contigo, pasar algo de tiempo juntos. Parece que nunca podemos estar solos aquí y tu hermano está ocupado con Maggie ahora que lo perdono - le explicó Glenn pasando un brazo sobre sus hombros.

- ¿Alguna idea de dónde no nos molestaran? - le preguntó ella con las mejillas enrojecidas, pues tenía que admitir que ella también había pensado en las pocas oportunidades que tenían para estar solos y sin interrupciones.

- ¿Confías en mí? - le preguntó parando para mirarla.

- Esa pregunta asusta un poco ¿sabes? ¿Que es lo que pasa por tu cabeza?

- Solo quiero un lugar lejos de todos para pasar tiempo con mí novia y creo que podemos alejarnos un poco de todo.

- Glenn ¿Quieres huir conmigo? - le preguntó divertida haciendo que él se rascara la nuca nervioso

- Solo unas horas, no para siempre.

- Eres adorable ¿Sabías? - ella lo besó y luego le sonrió tirando de su mano en dirección al bosque - Supongo que nadie nos echara de menos unas horas. - Ambos ansiaban un poco de intimidad, tiempo para poder seguir descubriendo cosas del otro y avanzar en su relación y con todos al rededor a veces era imposible hacerlo pero tenían una oportunidad de hacerlo justo en ese momento y ninguno iba a desaprovecharla.

Caminaron por el bosque tomados de la mano hablando de todo un poco, parando para robarse besos que llevaban días deseando hasta que por fin encontraron un lugar apartado y seguro dónde poder descansar.

- Eres hermosa, lo sabes ¿no? - Glenn llevó su mano a su cola de caballo liberando su cabello - Deberías usarlo así todo el tiempo.

- No es muy práctico en este mundo, creo que debería cortarlo... está demasiado largo.

- No, no lo hagas. Es hermoso así, tú lo eres - ella sonrió y acarició su mejilla para después besarlo. Las caricias y besos comenzaron a ser insuficientes para los dos y es que llevaban mucho tiempo reprimiendo lo que deseaban y cuando la falta de aire los obligó a separarse, ambos se encontraron perdidos en los ojos del otro.

Broken Wings Donde viven las historias. Descúbrelo ahora