Ser Mejores.

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Taylor estaba sentada mirando a Glenn dormir con una sonrisa en el rostro. Habían pasado casi siete meses dando vueltas por todos lados buscando un refugio, habían estado a punto de perder las esperanzas al tener que correr de un lado a otro pero se habían mantenido unidos y por fin su perseverancia fue recompensada cuando encontraron una prisión. El lugar era todo lo que podían desear, seguro, amplio y con espacio para que pudieran crear un hogar donde Carl pudiera crecer a salvo, donde Lori podía tener a su bebé segura, donde podían tener una vida. Limpiar los pabellones no había sido sencillo, Hershel fue mordido y tuvieron que amputarle la pierna para evitar que la infección se extendiera a todo su cuerpo pero el anciano era duro como un diamante y a pesar de la sangre que perdió y las circunstancias, se estaba recuperando. También se encontraron con la sorpresa de que había prisioneros viviendo en aquel lugar, habían quedado encerrados desde el comienzo de todo y los únicos dos que sobrevivieron a la pelea que tuvieron con el grupo, vivían en otro pabellón sin molestarlos.

Todos se habían acomodado en las celdas, pero Glenn y Taylor preferían la privacidad que la torre de vigilancia les brindaba y ahí se encontraban ahora, la chica lo miraba dormir sintiendo paz por primera vez en muchos meses.

- ¿Que haces ahí? - le preguntó Glenn cuando por fin abrió los ojos

- Nada, solo pensaba - ella le sonrió y gateo hasta él para acurrucarse en su pecho sintiendo sus brazos rodearla.

- ¿Todo está bien? - él acarició su espalda dejando un beso en su frente.

- Todo está perfecto ahora - le contestó ella buscando sus labios para besarlo. Todavía tenían mucho que hacer para que aquel lugar pareciera un hogar pero en ese momento a ninguno le importaba más que la presencia del otro y entre besos y caricias, se dejaron llevar por el amor que no hacía más que crecer entre ellos. Habían aprendido a ser pacientes, en los meses que vivieron corriendo de un lado al otro, apenas si podían estar solos pero ahora aprovechaban cada momento a solas para poder amarse y solo podían desear que está nueva normalidad durara para siempre.

- ¿Que piensas de este lugar? - le preguntó Glenn cuando ambos pudieron volver a respirar con normalidad.

- Nunca me imaginé viviendo en una prisión pero es seguro y Hershel dice que podremos plantar... quizá sea nuestra segunda oportunidad. ¿No crees?

- Después de tantos meses aún parece un sueño haber llegado hasta aquí.

- Si, lo sé... pero estamos juntos y por algún motivo creo que todo estará bien ahora. - ella se incorporó para mirarlo acariciando su mejilla antes de dejar un beso en sus labios y ponerse de pie para vestirse.

- ¿A dónde vas?

- Nada estará bien si no vamos a ayudarlos, mí hermano va a matarme si volvemos a llegar tarde. - él rió al escucharla y se puso de pie para vestirse justo cuando escuchaba que lo llamaban desde afuera. - Te lo dije - ambos se asomaron a medio vestir y encontraron a todos mirándolos divertidos con excepción de James que aún no aceptaba que su hermanita había crecido y Daryl que a pesar de su intento de deshacerse de los sentimientos que la chica había hecho crecer en su interior, seguía sintiendo cada vez más atracción hacía ella.

- ¿Van a pasarse el día ahí? - les preguntó James serio.

- Iremos en un segundo - le contestó Glenn volviendo a entrar a la torre junto a Taylor

- Definitivamente va a matarme, o a ti  - le dijo la chica a Glenn mientras veía cómo terminaba de vestirse, ambos se sonrieron y bajaron lentamente las escaleras pues aunque el trabajo que quedaba por hacer aún era mucho, no tenían apuro por separarse. Glenn la tomó del brazo antes de abrir la puerta y volvió a besarla - ¿Y eso por que fue? - le preguntó divertida.

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