Este Es Mí Lugar.

26 5 0
                                    

Taylor miraba con tristeza como las puertas del Reino se cerraban. A pesar de los intentos de la gente que allí vivía, el lugar había caído producto del paso del tiempo. Las calderas fallaron y se incendiaron varios edificios, lo que hizo que con la llegada del crudo invierno que atravesaban, los habitantes del Reino tuvieran que buscar refugio en las comunidades amigas. La mayoría iría a Hilltop y otros a Alexandria, por eso Michonne, Daryl y Lydia estaban ahí así como Jesús, Aiden y Taylor.
Habían pasado dos meses desde la feria y los ánimos seguían por los suelos, pero para Taylor que ya había pasado por momentos igual de duros, solo se trató de seguir adelante y ayudar a quienes podía. Las cosas estaban cambiando y ella lo sabía, tenían mucho que perder pero también estaban más unidos que nunca y eso le llevaba una extraña sensación de paz. O quizá era el hecho que Daryl vivía constantemente visitando Hilltop y aunque no habían vuelto a ser pareja, era inevitable que con cada visita se acercaran más, incluso cuando peleaban por cualquier tontería terminaban haciendo el amor sin poder contenerse.

— Si lo sigues mirando así, harás un agujero en su cabeza — Jesús caminaba junto a Taylor que no podía quitar su mirada del cazador y se mordió el labio inferior al sentir sus mejillas calentarse cuando se vió descubierta.

— No lo estaba mirando… solo camino. — Le respondió en voz baja para no llamar la atención de los demás.

— Claro y hoy no tuvieron relaciones en el establo. — ella golpeó su brazo con una mano para que bajara la voz pero su carcajada terminó por llamar la atención de todos los presentes y ella se cubrió el rostro con ambas manos. — Lo siento — se disculpó el pelilargo porque sabía que ellos no estaban pasando un momento pero se sentía feliz por su amiga porque le costó mucho volver a verla reír y sabía que tenía todo que ver con el cazador, que la hacía enrojecer cada vez que la miraba.
Daryl giró a verla y le hizo una seña para que se acercara, ella lo hizo tratando de ignorar la mirada divertida de Jesús.

— ¿Pasó algo? — le preguntó cuando estuvo a su lado pero él solo buscó en su bolsillo extendiendo un par de guantes para ella. — Gracias — le dijo maldiciendo la facilidad con la que no paraba de sonrojarse.

— ¿Pensaste en lo que te dije hoy? — ella suspiró al recordar la propuesta del cazador esa mañana, le había pedido que fuera a pasar una temporada en Alexandria para enseñarle a los más jóvenes a usar el arco. Aunque él era capaz de hacerlo, se había vuelto loco buscando una excusa que le permitiera pedirle que volviera. Ya no le bastaba con verla cada vez que iba a visitarla.

— Bueno… supongo que podría ir… solo hasta que pase el invierno… tendremos mucho que hacer cuando llegue la primavera. Aunque aún no lo hablo con Jesús — ella enganchó su brazo al del cazador pues la temperatura empezaba a descender rápidamente y podían ver qué si no llegaban al próximo punto rápido, quedarían en medio de una tormenta de nieve.

— Podrías venir conmigo después de que llevemos a esta gente a Hilltop… no me gustaría que viajes sola. — le dijo esperanzado por qué aceptara.

— Bueno… estaremos un poco apretados en casa… supongo que no es mala idea. ¿Me darías un día para preparar mis cosas? — le preguntó con timidez al sentir que él la rodeaba con un brazo sobre los hombros porque ella parecía a punto de congelarse.

— Si muñeca, te esperaré — le dijo en voz baja tratando de contener la emoción que crecía en su pecho.

Cómo sospecharon, la tormenta terminó por alcanzarlos y tuvieron que buscar refugio en un lugar que Taylor jamás pensó que debería pisar, el Santuario.

— ¿Estás bien? — le preguntó Daryl al verla pensativa.

— ¿Harías algo por mí? — ella levantó la mirada lentamente alejándose de las llamas del fuego que encendieron para calentarse. El cazador asintió lentamente presintiendo que no le gustaría lo que le pediría. — Llévame a dónde te tenían cuando estuviste aquí.

Broken Wings Donde viven las historias. Descúbrelo ahora