Hasta El Fin Del Mundo.

20 5 0
                                    

Como habían planeado, parte de los habitantes de Alexandría partieron a Oceanside dónde se encontrarían con las demás comunidades para entrenar. Ya no dejarían que los tomaran por sorpresa y ahora que el clima lo permitía, se preparaban en la costa para cualquier amenaza que tuvieran que enfrentar. Fue una alegría para Taylor ver a Jesús y los demás, saber que a pesar de que se había ido de Hilltop, las cosas marchaban bien en su ausencia. Estaban teniendo un gran y agotador día entrenando, incluso después cuando Daryl se fue a buscar a Carol que llegaba en uno de los botes, Taylor se permitió ponerse al día con su amigo.

— Wow esto es… inesperado. — le dijo Jesús al ver el anillo que tenía en su mano y que la pelirroja le enseñaba — No me malinterpretes Tay, es genial pero pensé que irían lento.

— Si, lo sé. Yo también pero perdimos tantos años separados… no dejé de amarlo nunca y no creo que sea capaz de hacerlo. Él es a quien necesito para ser feliz y no se… es diferente está vez, se siente diferente.

— Mientras seas feliz, es todo lo que importa. — Jesús la abrazó y ella sonrió — ¿Quieres entrenar un poco? Hace tiempo no lo hacemos.

— Me encantaría pero no puedo. — ella se apartó del abrazo para mirarlo, en sus ojos había tantas emociones que Jesús frunció el ceño confundido.

— Bueno podemos hacerlo después si estás cansada.

— No Jesús, no entiendes. No creo que pueda en los próximos ocho meses… Más o menos. — el pelilargo la miró unos segundos hasta que comprendió.

— Estás… — antes de que pudiera terminar la frase, Taylor cubrió su boca con rapidez.

— Sí y nadie lo sabe. Ni siquiera Daryl. Es la primera vez que lo digo en voz alta. ¿Okey? — Jesús asintió y ella lo soltó — quiero mantenerlo así por ahora.

— Taylor, Daryl tiene que saberlo.

— ¿Qué es lo que tengo que saber? — la pelirroja contuvo el aliento al escuchar a su esposo detrás suyo.

— Iba a decírtelo… solo no quería preocuparte. — ella lo miró tratando de buscar algo que la salvara de aquel momento. — James… él no recogió mí última nota. No hay noticias.

— Estará bien — Daryl se acercó con una suave sonrisa y la abrazó mientras ella se acurrucaba en su pecho — Tendrás noticias en poco tiempo ¿si? Si algo hubiese pasado, James vendría a decirte. No te dejaría sin saber nada.

— ¿Lo ves Tay? Ahora que Daryl lo sabe puede apoyarte, es tu esposo ¿No? — le dijo Jesús aunque ambos sabían que no hablaba de James. — Felicitaciones por cierto.

— Gracias — le respondió Daryl con una media sonrisa y luego miró a su esposa — Iba a ir a cazar con Carol pero si te sientes mal, puedo quedarme.

— Ve con ella — le respondió con una sonrisa en el rostro porque ella tenía razón, era diferente está vez, se habían convertido en la prioridad del otro sin importar nada — Estaré bien. Enserio. — Taylor lo besó y lo soltó para que pudiera irse con su amiga.

— Volveré pronto muñeca — le dijo junto a sus labios y volvió a dejarlos solos.

— Dilo — lo retó Taylor cuando se volvieron a quedar solos.

— Debería saberlo… no entiendo por qué mantenerlo en secreto.

— Porque jamás hablamos de tener hijos. Estoy feliz Jesús, por primera vez en muchos años me siento como yo misma y me siento completa. No quiero que eso se arruine. Voy a decirle… sólo quiero un poco más de tiempo para procesar esto… quiero seguir sintiéndome feliz. ¿Guardarías mi secreto?

Broken Wings Donde viven las historias. Descúbrelo ahora