Broken Wings

Esto Duele Menos.

Daryl caminaba de un lado al otro incapaz de contener sus nervios, habían tenido problemas para llegar pues sabían que los seguían y tuvieron que preparar una trampa para atraparlos. Lo que ellos habían creído eran caminantes evolucionados, resultaron ser personas que usaban máscaras de piel y volvieron con una chica para interrogarla. Fueron ellos mismos los que lastimaron a Taylor y el cazador quería que paguen. Pero ahora todos esperaban afuera de la enfermería dónde Enid trataba de ayudar a la pelirroja. La chica salió cansada y pálida cerrando la puerta detrás suyo.

— ¿Cómo está? — preguntó Daryl tomándola de los brazos.

— Por ahora está estable… perdió mucha sangre pero por suerte no se dañó ningún órgano… lo importante ahora es ver cómo evoluciona y prevenir una infección… yo… Hice lo mejor que pude. — les informó la chica suspirando — Ahora depende de ella. Sigue inconsciente pero supongo que puedes pasar… solo… intenta que no se altere si despierta. — el cazador no espero a que dijera algo más antes de entrar en la habitación donde su pelirroja yacía inconsciente, no le importó si los demás creían que no tenía derecho a estar ahí, solo quería ver con sus propios ojos que la mujer que amaba aún respiraba. Se acercó con cautela a su lado y dejó salir un suspiro de alivio al ver el rítmico movimiento de su pecho y aunque estaba pálida como un fantasma, para él lucía hermosa. Se sentó a su lado y tomó su mano que se sentía fría para dejar un beso en ella.

—  Hice todo mal, muñeca — le susurró tratando de contener la emoción que se acumulaban en su pecho y hacía que sus ojos se llenaran de lágrimas — Hizo falta que… que te viera caer para que me diera cuenta y tengo tanto miedo de no poder arreglar las cosas. Tengo tanto miedo de perderte como de que me odies cuando sepas lo que pasó… pero aún si me odias… quiero que vivas, que me grites por ser un idiota… no podrás odiarme más de lo que yo me odio a mí mismo. — Daryl se puso de pie nuevamente y dejó un suave beso en su frente — Arreglaré esto, muñeca, te prometo que terminaré con esta nueva amenaza y haré un mundo más seguro para ti… te amo.

Taylor despertó muchas horas después muy adolorida y confundida, intentó sentarse pero Jesús la detuvo.

— Tranquila, no te esfuerces — le pidió y ella volvió a acomodarse dejando salir un gemido de dolor.

— ¿Que…? — le preguntó mientras él acariciaba su cabello

— Te lo contaré todo después, no te preocupes por eso ¿Si? Solo tienes que ponerte bien. — ella suspiró lentamente y asintió — Tay… me salvaste la vida ahí afuera… si hubieses… por favor no vuelvas a hacer algo así. Te necesito.

— Solo lo dices… porque no tendrás quien te moleste — Intentó bromear ella pero Jesús se sentía culpable por no haber visto el cuchillo a tiempo, porque ella estaba ahí ahora completamente adolorida y sabía que tenía que dar gracias porque sobrevivió.

— Daryl estuvo aquí…

— No…no quiero hablar de él… prefiero otra puñalada.

— ¡Taylor! — la regañó Jesús

— Sabes qué duele menos — le respondió haciendo una mueca.

— Descansa ¿si? Vendré a verte más tarde. Tengo que ocuparme de algunas cosas. Tara se encargará de tus tareas hasta que te recuperes así que por favor, se buena con Enid ¿si?

— Sí señor — le dijo en tono de burla, aunque seguía débil y adolorida, estaba agradecida por estar viva.

Con el pasar de los días, Taylor mejoraba, aunque no se podía decir lo mismo de su humor. La enfurecía saber que Daryl estaba ahí y no había ido a verla ni una vez. Claro que entendía que con todo lo que estaba pasando había mucho que hacer pero si él hubiese estado en esa cama, ella ni siquiera lo hubiese pensado. Se habría olvidado de todo solo para sostener su mano y asegurarse de que estuviera bien.