Broken Wings

Pequeña Destructora

- ¿Por qué? - le preguntó Daryl por sobre el ruido de la motocicleta

- ¿A qué te refieres? - le contestó Taylor aferrándose más a su torso por la velocidad.

- ¿Por qué viniste tú?

- Porque se que lo que pasó te afectó tanto como a mí y necesitas una amiga - se sinceró, no tenía sentido mentirle pues él la conocía y sabía que aunque hacían ese viaje por la pequeña de Lori también lo hacían por ellos. Él porque había perdido a Carol ese día y la mujer se había vuelto su amiga así como Taylor y la chica porque sabía que el cazador estaba sufriendo pero no lo demostraría delante de los demás.

- Gracias - fue todo lo que respondió porque a pesar de todos los sentimientos que luchaba por olvidar y enterrar, si de algo estaba agradecido era de saber que ella estaría ahí siempre y que su lealtad para la gente que quería era infinita.

El camino les tomó más de lo que pensaron y en varios lugares que revisaron, no encontraron nada útil hasta que llegaron a una guardería. Afortunadamente el lugar a pesar de estar abandonado, parecía intacto y pudieron encontrar todo lo que necesitarían al menos por unos días.

- Aún me cuesta creer que no esté... - Taylor miraba dentro de los armarios tratando de no volver a llorar mientras pensaba en esa pobre niña que crecería sin su mamá.

- La cuidaremos todos, no dejaremos que nada le pase - trato de consolarla Daryl

- No es lo mismo... cuando mis padres murieron... James se esforzó por qué nada me faltara nunca pero no fue lo mismo... no hay un día en el que no extrañe a mí mamá y quizá esa pequeña nunca sepa lo que sea tener una madre pero Carl... él la tuvo todos estos años y se cómo se debe estar sintiendo. - Taylor volteó a verlo con los ojos llenos de lágrimas mientras llevaba una mano al collar que en otros tiempos perteneció a su mamá.

- Lo se... mí mamá no era una buena persona pero era mí mamá y cuando murió... todo mí mundo cambió - le confesó el cazador poniendo una mano sobre su hombro - pase lo que pase, estaremos ahí para ellos. - ella lo abrazo escondiendo el rostro en su pecho y aunque Daryl quería mantener la distancia, no podía simplemente apartarla viendo la tristeza en sus ojos así que la abrazo y la dejó refugiarse en su pecho durante unos minutos que aunque sabía que estaba mal, deseaba que no terminaran. - Todo estará bien Taylor... pero debemos volver.

- Si, si lo sé y lo siento. Debes estar cansado de siempre ser mí paño de lágrimas - le chica quiso sonreír pero solo consiguió formar una mueca y Daryl terminó haciendo lo más tonto que pudo, acaricio su mejilla acomodando un rebelde mechón de cabello detrás de su oreja mientras se perdía en sus ojos.

- Nunca... estoy aquí para ti - le susurro sintiendo su corazón latir furioso en su pecho - Para eso son los amigos ¿No? - la realidad de su situación lo había golpeado cuando vio que las mejillas de la chica se ponían rojas igual que su cabello y se dijo a si mismo que debía salir de ahí antes de hacer algo mucho más tonto pues en todo lo que podía pensar era en como se sentiría besarla de nuevo.
Ella asintió confundida por la capacidad que tenía el cazador de levantarle el ánimo y hacerle olvidar todo a su alrededor y ambos emprendieron el viaje de regreso en silencio.
La noche ya había caído cuando llegaron a la prisión y ambos se apresuraron a entrar para asegurarse de que la niña estuviera bien. A medida que se acercaban podían escuchar el llanto de la bebé y Taylor sentía su corazón romperse al saber que lo que necesitaba la pequeña era tener a su mamá y nunca la tendría a su lado. Cuando entraron, Beth fue la encargada de preparar el biberón para calmarla mientras Daryl la tomaba en brazos, Taylor en cambio camino hasta Glenn y se refugio en sus brazos. El chico estaba agradecido de verla regresar a salvo y le dió un leve asentimiento a Daryl que solo los miró y volvió a poner su atención en la bebé para evitar ver cómo ambos se alegraban de volver a estar juntos. Taylor contuvo el aliento cuando el cazador le preguntó a Carl si ya había elegido un nombre y el chico nombró a todas las mujeres que habían compartido tiempo con ellos y habían perdido sumando a Lori a la lista que no hacía más que crecer.