Broken Hearts.

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A pesar de su corazón roto y de la insistencia de Jesús para que se quedara, Taylor decidió ir a la feria queriendo alejarse de todo el drama y junto a Tara se pusieron en camino. Todo estaba como lo había imaginado y abrazó a Ezekiel y Carol cuando la recibieron. Lo que la chica no sabía era que Henry había huido con la intención de salvar a  Lydia y nadie sabía dónde estaba, tampoco que Daryl se había marchado en su búsqueda en compañía de Connie, una de las integrantes nuevas de Hilltop.

— Debieron decirme — le reclamó Taylor a Tara cuando estuvieron solas después del discurso de bienvenida de Ezekiel para la apertura de la feria — No importa lo que yo siento, lo que importa es… proteger a la comunidad. Si ellos escaparon juntos, su madre irá a buscarla a Hilltop.

— Fue una orden de Jesús, no quería que te preocupes Tay. Has estado mal los últimos dos días y… creyó que tomar distancia de este tema te ayudaría.— ella suspiró y maldijo a su amigo internamente porque por mucho que agradecía que quisiera cuidarla, sabía que de no estar ahí, no se hubiera enterado lo mal que estaba todo. Antes de que pudiera decir algo, las puertas del Reino volvieron a abrirse y vió entrar al cazador junto al grupo que los tenía preocupados, incluso Michonne estaba ahí con Siddiq, Gabriel, Eugene y Judith. La pelirroja sonrió al verlos y se acercó a abrazarlos, a todos menos al cazador a quien no se permitió mirar.

— ¿Tía Taylor? — la vocecita de Judith la llamó haciendo que ella volteara con los ojos llenos de lágrimas, llevaba casi dos años sin verla y no se había dado cuenta de lo mucho que la había extrañado.

— ¿Judith? — aún con la herida todavía sanando, se permitió agacharse a su altura para abrazarla sonriendo al verla usar aquel sombrero de sheriff que por años había visto usar a Carl y que el adolescente le había dejado a ella. — Te extrañe pequeña.

— También yo — le contestó la niña con una sonrisa, la pelirroja se puso de pie y se acercó a Michonne con quién no había vuelto a hablar y la morena la envolvió en un abrazo dejando de lado todas sus diferencias. La alegría se terminó cuando Tara notó la presencia de Lydia.

— El plan era traer a Henry, solo a Henry — le dijo al cazador molesta.

— Reúne a los líderes, debemos hablar — Michonne se acercó a Ezekiel seria y Taylor suspiró sabiendo que lo que venía no sería bueno y jamás deseó estar tan equivocada como en aquel momento.

Las comunidades se volvieron a unir después de aquella conversación, incluso Alexandria. Firmaron un acuerdo de protección mutua y una delegación partiría a Hilltop para defenderla pues si Alfa y su gente atacaba para recuperar a Lydia, ese sería el primer lugar.

— Se que me odias… se que no quieres hablar conmigo pero… ¿puedes hacerme un favor? — Daryl hablaba a espaldas de Taylor mientras la chica preparaba sus cosas para volver a Hilltop y decidió no responder. — No vayas Taylor, quédate aquí… Te prometo que protegeré tu hogar.

— Tus promesas… no valen nada para mí — le respondió alejándose del lugar en dirección a Tara.

— Siento que debería ir yo, aún no sanas Tay — volvió a insistir la chica y la pelirroja solo negó con la cabeza — Bien… solo dile a Jesús que intente detenerte y me noqueaste para impedirlo.

— Trato — le respondió chocando los puños — Te veré pronto ¿si? Y luego tú y yo vamos a emborracharnos juntas cuando esto termine. Tengo un licor que compré antes de todo esto.

— Amén hermana — le dijo haciéndola reír antes de darle un abrazo.

Partieron por la tarde queriendo llegar lo más pronto posible, no tenían forma de saber que aquella salida cambiaría todo para siempre.
El grupo se separó en dos porque encontraron señales de que gente de Hilltop había sido atacada y Taylor no pensaba abandonarlos así que siguió el rastro junto a Carol, Michonne, Yumiko y Daryl pero terminaron cayendo en una trampa de Alfa.
La mujer se llevó a Daryl haciendo que el corazón de Taylor latiera en su pecho de miedo, por muy enojada que estuviera, lo amaba y perderlo sería algo que jamás podría superar. Solo pudo volver a respirar con normalidad cuando los liberaron con indicaciones de que esperarán al cazador en aquel lugar y cuando lo vio aparecer sin un rasguño, se permitió correr hacia él para  abrazarlo. Él dudó un instante por la sorpresa pero la envolvió en sus brazos apenas se recompuso.

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