Podemos Hacerlo.

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Taylor trato de ser paciente, de ignorar el hecho de que Daryl parecía no querer despertar esa mañana pero sabía que si no se daba prisa, no podrían ir a Hilltop ese día y con eso en mente, golpeó la puerta de su habitación. Puso los ojos en blanco al no obtener respuesta y decidió entrar, tal como sospechaba el cazador estaba profundamente dormido en su cama. Se acercó lentamente para llamarlo pero nada, así que se arrodilló a su lado y comenzó a saltar para moverlo.

- Cielos Dixon, pareces un oso invernando. Mueve el trasero o me iré sin ti - le dijo mientras lo sacudía, él solo respondió con un gruñido y se abrazo más a la almohada que sujetaba - ¿enserio? - le preguntó enojada al ver que él se negaba despertar y sonrió cuando una idea llegó a su mente, lentamente se acercó a él y comenzó a hacerle cosquillas mientras ambos rompían en carcajadas.

- ¡Para Taylor! Estuve de guardia anoche - le pidió Daryl agitado sin poder contener la risa pero ella siguió hasta que en un agil movimiento, la tomó de la cintura y la inmovilizó bajo su cuerpo - Te dije que pararas - le susurró tan cerca de sus labios que solo debía inclinarse un poco más para que se tocaran. Ella sintió sus mejillas calentarse por esa cercanía repentina y Daryl sonrió al verla, sonrió mucho más porque por fin sus ojos volvían a brillar como cuando la conoció y eso lo hacía feliz.

- Deberíamos ponernos en marcha - le susurró ella perdiéndose en sus ojos son saber porque de pronto su corazón latía de esa manera por tenerlo cerca - Se hará tarde - trató de alejarse pero él era mucho más grande y fuerte, aquel movimiento logro que su cuerpos se acomodara mejor y ella pudo sentir algo que no esperaba en él haciendo que sus mejillas enrojecieron aún más cuando Daryl dejó salir un suave gemido al sentir el roce de sus cuerpos. La conexión de sus ojos se rompió y ambos parecieron ser concientes de como la respiración del otro se agitaba. Daryl sabía que debía dejarla irse, que debía soltarla antes de hacer alguna tontería pero cuando ella volvió a mirarlo y deslizó las manos por su pecho simplemente perdió toda capacidad de razonar y termino por hacer lo que llevaba demasiado tiempo solo soñando. La besó tan suave y lento que casi parecía tener miedo de romperla y Taylor se encontró deseando más.

- Lo siento - le susurró él cuando se separaron escondiendo el rostro en el hueco de su cuello - No se porque lo hice, lo siento. - mentía por supuesto, él quería eso y mucho más pero no quería presionarla así que beso su hombro y se dejó caer a su lado.

- Está bien... no te preocupes - le respondió ella dejando salir un suspiro - Supongo que es normal ¿No? Nos queremos y tenemos confianza con el otro, quizá llevábamos demasiado tiempo solos.

- Demasiado - le confesó el cazador mirándola y ella sonrió antes de acercarse a él y recostar la cabeza en su pecho - ¿Quieres irte hoy?

- Ahora no lo sé - le confesó pues aún sentía como su corazón latía con fuerza porque solo quería volver a besarlo - ¿Harías algo por mí?

- Depende - le contestó el cazador acariciando su cabello, Taylor se estiró para mirarlo. Se veía diferente, más sereno que nunca y mantenía los ojos cerrados como si estuviera disfrutando estar así. Ella se incorporó, no sabía si era buena idea pero no perdía nada con intentarlo. Se sentó sobre él haciendo que el cazador posara las ambos sobre su cadera y la mirara confundido - ¿Que...?

- Podemos hacerlo... una vez... se que tú también quieres... puedo sentirlo. - ella se quitó lentamente la camiseta que estaba usando haciendo que Daryl tuviera que contener la respiración.

- Taylor yo... - ella sonrió y se soltó el cabello liberando los risos en su espalda haciendo que controlarse fuera muy difícil para él - No tienes que hacer esto muñeca - la forma en la que lo dijo, la suavidad en su voz pero el fuego que podía ver en sus ojos, fue suficiente para que la pelirroja tomara el valor para inclinarse sobre él y así volver a besarlo.

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