Volver A Lo Que Éramos.

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- Lamento no haberte dicho antes lo que pasó Taylor - le dijo Rick unos días después de que la chica volviera a Alexandría y se reuniera con los líderes - Me alegra que estés de vuelta, a todos pero lo siento. El cierre permanece.

- Rick entiendo que lo que pasaste fue difícil... no me puedo imaginar lo que debe ser... - intento razonar ella pero Michonne la interrumpió.

- Es cierto, no puedes... Estamos felices de tenerte aquí Taylor pero no cambiaremos la forma en la que hacemos las cosas porque hayas decidido volver. Nos va bien, y eres bienvenida a quedarte pero eso es todo. Seguir con esta conversación no nos llevará a ninguna parte. Lamento si no es la respuesta que esperabas.

- Entiendo que no puedo llegar y cambiar todo. Pero yo pase dos años lejos de mí familia porque no podía dejar ir el pasado... ¿cuánto tiempo están dispuestos a perder ustedes? Porque puede que no lo veas ahora Michonne pero ellos son familia, Hilltop, el Reino, Oceanside pelearon a nuestro lado para vencer un enemigo que nos amenazaba a todos y que parecía indestructible. Si logramos ganar fue porque estábamos todos unidos. No me gustaría que la próxima vez que las comunidades se reúnan sean porque perdimos a alguien importante. - Taylor se puso de pie y suspiró resignada - Solo te pido que lo pienses... a ambos se los pido... me deben eso al menos. - Parecía que Michonne quería decir algo, sin embargo Rick se adelantó.

- Lo haremos, aunque no significa que algo cambie. Ahora debemos volver al trabajo, lo lamento. - los tres se pusieron de pie y con un asentimiento de cabeza, la pelirroja salió de la iglesia que les servía ahora no solo como tal, sino como escuela y para reunir al consejo de Alexandria junto a sus lideres.
Caminó con las manos en los bolsillos sintiendo el frío del otoño que ya se acercaba y entró en la casa donde ahora vivía, misma casa que compartía con cierto cazador que la había evitado desde que llegó. Subió las escaleras para descansar un poco pues ya quedaban pocas horas de sol y no tenía mucho más que hacer que sentarse a leer, llamaría a James al día siguiente para avisarle que todo estaba bien, por el momento no tenía mucho más que decirle. Pasó por la habitación de Daryl y encontró la puerta abierta, el cazador estaba sentado armando flechas en su escritorio y por un momento se cuestionó si debía seguir de largo pero habia vuelto a Alexandria para arreglar las cosas con él entre otras cosas y no podía seguir evitando hablarle. Golpeó el marco de la puerta para llamar su atención sin atreverse a entrar aún, pues aunque habían intercambiado algunas palabras cuando todos se reunían, no habían vuelto a estar a solas.

- ¿Estás ocupado? - le preguntó apoyándose en el marco con los brazos cruzados para mirarlo.

- ¿Necesitas algo? - le respondió él después mirarla para luego volver su atención a lo que hacía.

- No... es que no hay mucho que hacer hoy y pensé que...

- Estoy ocupado Taylor. - la interrumpió Daryl cortante.

- Si, lo sé pero... deberíamos hablar ¿no crees? - insistió ella y contra todo lo que pensó que le diría, él se puso de pie y se acercó a ella.

- No tengo tiempo Taylor, ¿Necesitas algo o no? - ella suspiró al ver que tomaba el picaporte con ansiedad buscando cerrar la puerta.

- Olvídalo - le contestó agachando la cabeza antes de darse media vuelta y entrar a su propia habitación. La pelirroja se apoyó en la puerta cerrada sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas por la frialdad del cazador - Necesito a mí amigo. - susurró al vacío.
Se limpió las lágrimas que se negaba a derramar y se dijo que si él quería actuar de esa manera, no tenía más que aceptarlo y seguir adelante. Se quedaría en Alexandria mientras intentaba que volvieran a trabajar en conjunto con los demás y luego volvería a Hilltop, por lo menos debía intentar solucionar los problemas y si no podía, regresaría antes del invierno para ayudar a su hermano y Maggie.
Esa noche no bajó a cenar, la charla con Rick y Michonne, además de su casi nula conversación con Daryl le habían quitado el apetito y se encontró durmiendo más temprano de lo que acostumbraba. El cazador se sintió un idiota por como la había tratado, mucho más cuando vio que ella no bajaba a cenar y aunque trató de no darle importancia, terminó llevándole una bandeja con la cena pero al golpear la puerta no obtuvo respuesta y decidió entrar para descubrir que ella dormía. Entró en silencio y dejó la bandeja en la mesa de noche para que la viera si despertaba, se la quedó mirando unos segundos antes de cubrirla con una manta y salir de la misma forma que había entrado. Se estaba comportando como un idiota y lo sabía pero saber que ella no lo quería de la misma manera lo había lastimado, aún cuando ella jamás le prometió que se enamoraría de él, que se hubiera referido a ellos como algo divertido lo había enfurecido y no podía sacarlo de su mente.

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