A Fey Le Brune siempre le han dicho que es afortunada por nacer con aquel don que le permite controlar el Ílino, una flor dorada con poderes inimaginables que es muy codiciada por la nación que alguna vez traicionó a la suya. Pardas y Arahnova han e...
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Asher Spinster
No pude conciliar el sueño durante la mitad de la noche. Mi cabeza seguía repitiendo la imagen del feliz rostro de Linette después de besarme y que luego era sustituido por la mirada fija del rey Deo. Además de que la tela roja con encaje amarillo que había encontrado en los arbustos del bosque no dejaba de invadir mi pensamiento y provocarme un cosquilleo en la nariz por ese intenso olor a dalias que emanaba de él.
Para distraerme un poco, decidí investigar acerca de la misma tela, entonces me dirigí a la biblioteca real en busca de respuestas. Sin embargo, ninguno de los libros era conciso o al menos se acercaba al tipo de tela y diseño que era ese. Encontré cosas totalmente distintas a las que necesitaba.
—¿Para qué tantos libros si ninguno puede resolver mi duda?
Resoplé después de dejar el último libro que había tomado en su lugar. Miré hacia arriba y mis ojos detectaron un libro dorado y bastante delgado con el diseño de las raíces de Ílino en el lomo. Me provocó bastante curiosidad lo alto que estaba y lo delgado que era, así que sin lugar a dudas subí las escaleras de madera y cuando por fin llegué a donde estaba lo tomé en mi poder. En cuanto lo abrí mis ojos quedaron asombrados por la poca información, pero abundancia de ilustraciones que había en él. Sus páginas olían a pinos y la letra con la que estaba escrito era la más delicada que pude haber visto jamás. En una de las páginas mostraban un mapa de Pardas y las zonas donde había Ílino cerca estaban pintadas de dorado. La página siguiente mostraba las características que poseían los pardianos y lo que los identificaba cómo unos: esas cabelleras negras como la noche y acompañadas de un mechón blanco como el pelaje de un lobo para las mujeres era lo que más me parecía hermoso de todos ellos, al igual que las pinturas sobre sus rostros y lo que significaban.
Ya era un hecho que Pardas me parecía un lugar fascinante, sin embargo, no tenía idea de que, al parecer, cuando un pardiano pintaba el rostro de otro con pintura azul que fabricaban con moras azules era la forma que tenían para expresar su profundo agradecimiento.
La pintura blanca se crea usando arcilla blanca y se refería a su dicha y felicidad, la cual siempre abundaba cuando había ceremonias importantes. Pero también la utilizaban para bautizar a los nuevos pardianos, esta vez simbolizaba la inocencia y pureza de un bebé.
—Maravilloso.
La pintura roja se usaba para expresar el cariño y respeto que se tenían entre ellos. Era más usada cuando se trataba de honrar a los difuntos y desearles un buen camino hacia la paz infinita. Creí que creaban esa pintura con frambuesas, pero en realidad la hacen con su propia sangre.
Por último estaba la pintura negra. A mi parecer era la más sombría y menos agradable, ya que simbolizaba la tristeza de un pardiano. Se refería al corazón lleno de odio y venganza que había sobre un nativo de Pardas y que por lo general abundaba cuando estaba la guerra entre Arahnova y aquella nación. La obtienen de la extracción de la rosa negra. En el lenguaje de las flores, significa luto y separación.
