Capítulo 27

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Ezra Edevane

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Ezra Edevane

Aunque yo no vestía con los mismo ropajes que ellos, estaba seguro de que no se percató de mi presencia mientras la miraba entre la multitud. Fey se veía tan fascinada y sorprendida como yo lo estuve cuando encontré la frontera entre nuestras naciones y Kermann. Las plumas de la lechuza solo me habían guiado hasta la orilla del bosque y no me fue tanta la espera para que llegase un Alba por mí. No sé si los Albas sean así de confiados, pero me pareció que depositaron su confianza en mí demasiado rápido y es por esa razón que cumplieron mi petición de que fuesen a ayudar a Fey Le Brune. A la liečiteľ de Pardas.

—¿Cómo sabes que ella es la bendecida de Eliette?

—Porque la vi pintada en un mural que hizo Elora. Su antecesora.

Reika no creyó en mi palabra por completo, entonces tuve que lanzarme uno de sus tantos hechizos. Un hechizo de la verdad había dicho ella. Recuerdo haber sentido que indagaban en mis entrañas cuando Neli entró a mi cabeza, pero fui capaz de soportar la incómoda sensación debido a que necesitaba que ayudasen a Fey.

—Tienes razón, Ezra —dijo Neli a mi lado—. Ella es muy bonita.

—¿Cómo...?

Señaló su cabeza y luego la mía.

—El hechizo.

—¿Qué más viste dentro de mis memorias?

—Nada que no sepas ya. La verdadera pregunta aquí es: ¿ella sabe lo que hay dentro de tus memorias? ¿Está enterada de tus peculiares sueños?

Me quedé en silencio y desvíe mi atención de Neli para enfocarla en Fey.

—Bueno, será mejor que reciba a los nuevos huéspedes.

—Neli, debes llevar a Fey con los demás. Y por favor no le digas que estoy aquí, quiero decirle lo que pasó yo mismo.

Neli asintió y su corona de flores amarillas brilló.

Fey Le Brune

Oren seguía apretando mi mano mientras su mirada brillaba y no dejaba de observar todo lo que tenía frente a sus ojos. La mujer de trenzas delgadas me sonrió de nueva cuenta y giró su atención a una joven de cabello corto y rizos bastante definidos que eran sujetados por una corona hecha de Ílino. Ella era increíblemente parecida a la mujer de trenzas a excepción de que la joven poseía un arete plateado en medio de su nariz.

—Fey, ella es mi hija Neli.

—Estoy encantada de conocerte por fin.

Me hizo una reverencia como si yo fuese alguien importante o con tal poder como la reina de Arahnova.

—¿Cuál es tu nombre?

—Reika Mars.

—¿Tú eres la líder de los Albas? —preguntó Oren a lo que Reika asintió—. ¿Y cómo es que tienes una hija si los dioses no lo aprueban?

Lluvia de cenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora