Capítulo 44

15 2 6
                                    

SEIS HORAS ANTES

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

SEIS HORAS ANTES

Fey Le Brune

La historia del nacimiento de Neli me parecía bastante trágica y hermosa, pues nacer del dolor de los demás debió haber sido algo increíblemente hermoso de ver e inigualable. Neli me dijo que al ser creada del dolor de los demás, tiene el don de percibir las emociones tan claramente como si las estuviese viendo, así como de manipularlas a su antojo. Sinceramente, me parece aterrador lo que puede hacer. Ella dijo que pudo haber reemplazado mi tristeza por felicidad, así como pudo haber reemplazado el cólera de mi hermano por tristeza, pero tanto ella como Reika creen que manipular el corazón de los demás no tiene honor ni lugar en el mundo. Sin embargo, se había visto en la posición de hacerlo con la gente de mi nación cuando llegaron por primera vez a Kermann, pues su dolor y desesperación eran algo que Neli no podía soportar. Hasta donde entiendo, Neli sintió exactamente lo mismo ayer que me vio charlar con Reika respecto a mi sueño, por esa razón se aferró a la idea de llevarme a la cúpula más grande que tiene Kermann.

—¿Cómo dices que se llama este lugar?

—Es la cúpula del Árbol Torcido.

—¿Árbol Torcido?

—Aquí nací. Justo ahí —Neli señaló la tierra húmeda con raíces enormes y gruesas del árbol que teníamos frente a nosotras—. Los Albas lloraron desconsoladamente aquí y mi madre fue quien rezó por el perdón de los dioses, pero en su lugar yo nací. Estoy hecha de tierra húmeda, raíces del Árbol Torcido, barro y lágrimas de Albas.

Neli se quedó al pie del enorme árbol que, literalmente, estaba torcido en varias curvas que subían de a poco. Sus raíces eran fuertes y enormes, tenía hojas verdes que eran más grandes que la palma de mi mano y desprendía un olor a frescura que ni los árboles del bosque brindaban. Debajo de él había un estanque con flores doradas parecidas a las que usaba Neli en la cabeza como diadema para decorar sus rizos castaños oscuro bien definidos, también había pequeños peces azules que brillaban con la poca luz del sol que entraba por el agujero del techo. Había rocas húmedas y más hierbas altas que hacían más fresca la cúpula. Todo dentro de la cúpula era brillante y precioso, pero hubo algo más que llamó mi atención. Detrás del Árbol Torcido había un pozo hecho de piedras con un poco de musgo verde y apestoso.

—¿Y esto qué es?

—Es un puente mágico entre tu pasado y tú —respondió Neli luego de colocarse a mi lado frente al pozo—. Te muestra lo que necesitas saber para entender por qué estás aquí ahora.

—¿Mi pasado? Eso no tiene ningún sentido. Ya estuve ahí, lo viví. Sé cómo fue.

—No. Es el pasado de tus ancestros. Aquellos que estuvieron mucho antes que tú.

Esperé encontrarme con mi reflejo en el agua del pozo, pero no encontré nada. El pozo estaba vacío. Observé a Neli y sus ojos azules me miraron con seguridad. Me tomó de la espalda con cuidado y señaló hacia el pozo con su cabeza.

Lluvia de cenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora