Asher Spinster
Yo siempre estuve al tanto de que Ezra tenía un efecto importante en Fey. Era bastante obvio. Su cuerpo bronceado se endurecía y sus puños siempre se cerraban cuando lo tenía de frente. Y ni hablar de la reacción de Ezra porque a pesar de que se escondía debajo de esa personalidad egocéntrica y burlona, yo siempre podía ver lo mucho que le flanqueaban las piernas cuando Fey lo miraba. Entiendo que él esté flechado por ella. Yo también lo estoy. Sin embargo, creí que por lo menos respetaría el vínculo afectivo que Fey y yo tenemos, pero ahora veo que no. Ezra la había besado con un anhelo profundo y a mí casi se me rompe otra costilla al pensar que ella no tenía intenciones de separarse. No obstante, sí lo hizo, lo alejó una distancia considerable. Lo que acababa de hacer Ezra no me molestaba tanto como pensé y admito que se debe a lo que estamos atravesando y a lo que me confesó minutos antes de que llegara Fey a la cúpula.
Nadie hablaba de mi hermano. Ni siquiera yo. Era un tema delicado para mí que me ponía los nervios de punta en cuestión de segundos. Aquella noche me fue sencillo hablarlo con Fey y no esperaba volver a sacar el tema a flote, pero, como es la costumbre de Ezra, siempre tiene algo para decir que me saca de mis casillas.
—Apuesto lo que sea a que hice lo que todos ustedes pensaron, Spinster.
—Tal vez, pero atacar a una nación sin una estrategia previa, soldados y armas necesarias para la batalla es un acto de total imprudencia.
—¡Lo único que quiero es salvarla de su estúpido destino!
—¡Igual que nosotros!
—¡Ustedes no están haciendo ni una mierda! ¡Solamente se quedaron de pie sin nada que decir! Son tan patéticos. ¿De verdad quieren que muera?
—Crecí con ella, se volvió parte de mi familia y yo me volví parte de la suya. No voy a perder a la única hermana que me queda. Estoy de tu lado, Ezra, debemos atacar a Arahnova con todo lo que tenemos, pero también estoy de acuerdo con Asher respecto a la estrategia de combate.
—Oren tiene razón, no podemos arriesgarnos. Además, mi hermana no puede saber lo que planeamos hacer o de lo contrario se opondrá.
—Muy bien, entonces, ¿cuál es el plan?
—El primer paso es...
—¿De qué servirá una maldita estrategia? No le sirvió a Apolo, ¿o sí, Asher?
El cuerpo se me tensó en cuanto escuché su nombre. Raven y Griffin me miraron y luego a Ezra.
—¿Quieres saber lo que le pasó?
—Ezra, cállate.
—Nadie te dijo lo que le pasó, ¿verdad? Solo te entregaron su ballesta.
Oren y Elián no comprendía la tensión que se había formado entre nosotros dos, pero mis amigos sí que la entendían. Raven seguía algo lastimada, así que le costaba trabajo levantarse por completo para caminar hacia mí, por lo que Griffin fue quien se acercó a mi lado. Ezra volvía a tener esa mirada seria y superficial que les hacía saber a todos que él tenía poder. Cómo me molestaba.
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Lluvia de cenizas
Viễn tưởngA Fey Le Brune siempre le han dicho que es afortunada por nacer con aquel don que le permite controlar el Ílino, una flor dorada con poderes inimaginables que es muy codiciada por la nación que alguna vez traicionó a la suya. Pardas y Arahnova han e...