Asher Spinster
—Ya basta, por favor. Por lo que más quieran, ya basta. No puedo soportarlo más. Acabarán conmigo si siguen haciendo eso. ¡Asher!
Los gritos de Griffin comenzaban a desesperarme más de lo normal.
—¿Quieres decirme por qué no podemos salir de aquí? Necesito ver a mis amigos. ¿Dónde están?
—Lo lamento, joven Asher, pero tengo órdenes directas de no dejar que nadie entre o salga de esta cúpula.
—¡Asher!
—¿Por qué mejor no se une a los masajes de espalda? Así como su acompañante. Le aseguro que Raya y Juno son bastante buenas con su trabajo.
—¡Son excelentes, de hecho! —contestó Griffin entre risas—. El problema es que soy demasiado delicado de la espalda y me da cosquillas sentir sus manos en ella.
Al entrar aquí esperé lo peor de los Albas. Creí que tal vez nos ejecutarían o torturarían para sacarnos información respecto a Fey o Arahnova, pero lo único que han hecho con nosotros desde que llegamos ha sido darnos ropa nueva, consentirnos con manjares deliciosos y masajes que claramente hacen reír a Griffin más de la cuenta. Sin embargo, la única cosa que realmente quería no podía tenerla y comenzaba a preocuparme al respecto. Que si bien tampoco tengo suficientes motivos para desconfiar de estas amables personas.
—¿Quisieras ayudarme a salir de aquí en lugar de estar riéndote como idiota?
—Escuchaste a Oren, Asher, él y Fey conocen a estas personas. No hay de qué preocuparse si ellos los conocen.
—No me preocupan los Albas, me preocupa Fey. Lo que le sucede no es normal. Hay algo que la está lastimando.
—Claro que hay algo que la lastima, su nación ya no existe.
—Su cabello no era así de blanco cuando la conocí. Y no tenía esos dolores en el pecho.
—¿Cuándo tenías planeado decirme que veías a una pardiana a escondidas? —Griffin se levantó de la cama en la que estaba—. Se supone que soy tu mejor amigo, ¿por qué lo escondiste?
—Hay cosas que no puedo decirte, Griffin —Frunció el ceño y ladeó la cabeza—. Temí que reaccionaras mal, así como lo hizo Raven.
—Pero no lo hice.
—Lo sé. Y tú sabes que lo agradezco profundamente.
—Tienes que hablarme más sobre Fey, amigo. Te ayudé a sacarla del castillo y a protegerla, pero necesito saber qué relación tienes con ella y por qué es tan importante para el príncipe Ezra.
Las puertas de la cúpula se abrieron y al girar en su dirección Fey ya se encontraba abrazándome con fuerza y alivio. Le correspondí su abrazo y mi corazón dejó de latir tan rápido al saber que se encontraba bien.
—Están aquí. Ellos están aquí.
—¿Quiénes?
—El resto de mi familia. Vengo de estar con ellos —respondió con una sonrisa de oreja a oreja—. Están con vida. Necesitas conocerlos, Asher. A mi madre y a mi hermano. Ellos necesitan conocer a las únicas personas de Arahnova con buen corazón.
—Gracias por preocuparte por mí, Fey. Sí, la verdad estaba pasando un buen rato, ¿sabes? Juno y Raya son unas excelentes masajistas.
Fey rio antes de abrazar a Griffin también. Admito que me sorprendía la confianza con la que lo hacía.
—Tengo algo que decirte.
—Yo también —me respondió y tardó unos segundos antes de hablar de nuevo—. Ezra está aquí. No sé cómo y no sé por qué, pero de alguna forma Eliette lo guío hasta aquí. Ella lo eligió para liberar a los Albas y convertirse en su líder.
—Creí que su líder era la mujer de trenzas —dijo Griffin—. Reika, ¿no es así?
—Lo es, pero Ezra ahora está por encima de ella. Me dijo que una lechuza lo guío hasta aquí después de que Linette lo encerrara en un calabozo.
—¿Qué? Ellos son familia y Ezra es el príncipe, eso no puede ser verdad.
—Al parecer está en contra de las ideas de su hermana. Por esa razón lo encerró. Él quiere... ayudarnos.
—¿Quieres decir que ya hablaste con él? —Asintió—. ¿Sabe que estoy aquí? —Una vez más afirmó—. Dime que no creíste ni una palabra de lo que te dijo, Fey, por favor.
Bajó su mirada al suelo sin saber qué responder.
—Fey, ya debemos irnos —habló la chica que la acompañaba—. Se supone que no podemos estar aquí y mi madre nos espera para revisarte personalmente.
—¿Por qué no pueden estar aquí? —Quiso saber Griffin—. ¿Cuál es tu nombre?
—Neli, no puedo dejarlos aquí. Son mis amigos.
—Puedes venir a verlos después.
La chica llamada Neli tomó a Fey del brazo para llevarla fuera de la cúpula. Quise seguirla, pero los Albas me impidieron salir una vez más.
—Voy a regresar, no te preocupes.
En realidad no me preocupaba que no volviese a verme, me preocupaba que se encontrara con Ezra una vez más y lograra atraparla en sus mentiras de niño bueno tal como hacía con cada mujer que habitaba el palacio.
—Dime más sobre el interés de Ezra en Fey. Dijiste que ella es importante para él, ¿no es así? Necesito que me hables más sobre eso, Griffin. ¿Cómo carajos lo sabes?
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Lluvia de cenizas
Viễn tưởngA Fey Le Brune siempre le han dicho que es afortunada por nacer con aquel don que le permite controlar el Ílino, una flor dorada con poderes inimaginables que es muy codiciada por la nación que alguna vez traicionó a la suya. Pardas y Arahnova han e...