Capitulo 11

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Nunca conoces a nadie lo suficiente bien para juzgar su actitud.

Jorge

Hola soy Jorge Salinas Pérez, nací en Ciudad de México donde vivo actualmente el 27 de julio tengo 33 años de edad, soy médico general, también tengo un titulo en biólogo.

Mi padre Elio Salinas y mi madre Camila Pérez, mi hermano Carlos y yo conformamos esta familia, pero el destino no quiso que nosotros no termináramos juntos.

Una noche veníamos de una convención de negocios que tuvo mi padre en Querétaro, mi madre y mi hermano venían en otra camioneta ya que nos fuimos por separado a la convención.

Una noche lluviosa, por lo cual el pavimento estaba mojado, fácil los autos podían perder el control.

Nosotros veníamos 3 carros atrás que mi madre, él y yo veníamos contando los carros que pasaban a nuestro lado, casi no los podíamos ver por la lluvia.

De repente escuchamos un estruendo, volteamos al frente y era la camioneta de mi madre, había dado 5 maromas sobre la carretera, nos frenamos y mi padre bajó a toda velocidad yendo hacia la camioneta volteada, la camioneta estaba patas para arriba, por poco nos toca a nosotros el choque no sea por el chofer estamos a salvo, pero ahora mi madre no lo estaba.

Mi padre corrió bajo la lluvia, llego a la camioneta y vi como se puso las manos en la cabeza negando algo, yo me quite el cinturón y salí corriendo a su lado.

Todavía recuerdo cómo si haya sido ayer, vi el cuerpo de mi madre ensangrentado protegiendo al de mi hermano.

—Papá has algo mi mami no se puede morir—. Grite.

El tomo el teléfono y llamo a emergencias, la ambulancia tardaría en llegar 10 min, el chofer llego a nuestro lado y se agachó adentro de la ventanilla donde estaba mi madre, tocó su pulso y los miro.

—Todavía sigue con vida, pero ahí un dilema—. Voltee a verlo junto con mi padre.

—¿Cuál es?—. Pregunto mi padre.

—Vuele a gasolina, necesitamos sacar los cuerpos de aquí y alejarnos, vamos a llevar al niño a la camioneta—. Ambos me tomaron de la mano y caminamos hacia la camioneta.

Cuando me dejaron ahí, corrieron hacia la camioneta, pero justo cuando iban a llegar la camioneta exploto haciendo que ellos callaran hacia atrás de pompas.

¡Mami, salven a mi mami! Grite bajándome de la camioneta, iba a meterme entre las llamas a sacar a mi mami, pero sentí un jalón en mi brazo.

—Mi pequeño no podemos hacer nada, mami se ha ido—. Dijo mi padre agachado con lágrimas en los ojos.

—¡No papi, mi mami me prometió que siempre iba a estar conmigo hasta que ella se hiciera vieja, porque no la ayudaste a salir!—. Grite y empece a pegarle en su pecho.

—No pude salvar a tu mami ni a tu hermano perdóname hijo—. Me abrazo y apretó hacia el.

—Te odio papá, mi mami se fue de mi lado por tu culpa—. Patalee para que me soltara pero no me soltaba.

Vi a lo lejos como llego la ambulancia y bomberos, ya que podían hacer si mi mamá se había ido.

Mi padre me llevo cargando a la camioneta y dejo al chofer cuidándome.

Pude ver cómo apagaron el fuego rápido gracias a la lluvia.

Camillas con bolsas negras sacaban del lugar, yo veía a mi madre pegarle a el camión de bomberos con los puños.



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