Insultos
Silvia
Wow—. Dije al ver la habitación, juro por Dios que es más grande que la mía en mi casa, colores cafés claros con blanco contrastan en ella, una pantalla colgada enfrente de la cama, con lámparas en las mesas de noche.
—¿Te gusta?—. Pregunto.
—Si es hermosa—. Solté sin pensarlo.
—Pues te la iba a enseñar ya que nos casáramos pero la situación lo amerita—. Sospeche desde un principio que esta casa era a la que nos íbamos a venir cuánto estuviéramos casados.
—Está bonito todo aquí la verdad—. Si que tenía buen gusto.
—¿Quieres cambiar algo a tu habitación?, porque si es así mañana te tengo un decorador de interiores aquí—.
—No, está Perfecto todo mejor de lo que yo la haya decorado—.
—Bueno pues te dejo dormir, ahorita te traigo algo para que duermas más cómoda, ¿Mañana a qué hora entras?—. Me había olvidado por completo de la escuela.
—A las 10–.
—Okey, antes de esa hora te tengo ropa nueva para que te cambies junto con las cosas que ocupas—. De cuando acá tan Bueno.
—Gracias—. El asintió y salió del cuarto.
Me sorprendía su amabilidad, habíamos empezado con el pie izquierdo a la forma de tratarnos, quien en este mundo pensara en tu bienestar y buscarte por toda esta gran ciudad, aún que no miento se me hizo raro eso de localizarme por mi teléfono, esa tecnología que ahí en hoy en día un día de estos nos va a controlar.
Entre al baño, algo sencillo en su decoración, con una vista al jardín, plantas en su interior, hasta con bañera y regadera en su interior.
Me quite la ropa para darme una ducha, me urgía quitarme el dolor de cabeza que tenía que no le había dicho a Jorge, porque conociéndolo tan poco me llevaría al hospital.
Me puse una bata para llenar la bañera, revisé los cajones de los lavabos, bueno no cajones si no canastas y me encontré con bombas de baño y sales, así que solo use una bomba con olor a lavanda y ocalipto.
Ya llena la ducha, me quite la bata, me deshice el peinado, con una lija pequeña me hice un molote y entre, al sentir el agua en mi piel me sentí relajada, hoy había sido un día demasiado pesado para mi.
Me tape los ojos con una toalla pequeña que había ahí para relajarme un poco más, mañana enfrentaría a toda la escuela, lo que no le quedaba claro es quien les había metido tanto odio a Fernanda y Rafael de mi, también tenía que ver la actitud de los demás hacia mi, más de una falta de respeto si voy a escuchar.
Tocaron la puerta cuando me estaba secando el l cuerpo, "Un segundo" dije, tome la bata que estaba a mi lado y me la puse, abrí la puerta y me encontré con Jorge, traía algo doblado en sus manos.
—Silv, no encontré algo más chico en mi closet, pero te traje una camisa y un short corto míos para que puedas dormir—. Una camisa de él no lo esperaba.
—No te hayas molestado yo podía dormir en bata como estoy ahorita—. Dije.
—Tienes que dormir cómoda después de lo qué pasó hoy Silvia, mañana también será un día pesado—. Triste realidad, estiro sus manos y me entrego la camisa.
—Gracias—.
—Ahora si buenas noches niñita—. Se dio la vuelta y abrió la habitación de al otro lado de conmigo.
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De mi
Teen FictionUn empresario con riesgo a quedar en la quiebra, compromete a su hija con un empresario multimillonario, no se soportan para nada pero cuando se dan cuenta lo que en verdad cada uno siente, ahí algo que los separa.