Día en el lago
Silvia
Los hermosos cantos de las bellas aves hicieron que despertara muy contenta.
Me di cuenta que no amanecí en el lado que me había puesto anoche, de lo contrario en el lado donde yo me quede dormida estaba Jorge dormido, ósea que si tomo mi palabra en dormir aquí.
Con cuidado me levante y fui al baño.
Tengo planeado despertar a Don piedra cantándole las mañanitas pero si me suelta un putazo, bueno el que no arriesga no gana.Me peine un poco, me lave los dientes y salí del cuarto hacia la cocina, ojalá ahí tuvieran algún pan o algo para entrar a cantarle las mañanitas.
Pase por la sala y aun nadie se había despertado, solo andaban los empleados limpiando la sala y el jardín.
Llegué a la cocina y empecé a buscar en todos los muebles algún panecillo, por suerte en uno de ellos había unas velas de cumpleaños.
Después de buscar por un rato , encontré un brownie de chocolate perfecto.
Le puse la vela, en un plato puse el brownie y me lleve un encendedor conmigo para prenderla en cuanto yo entrara al cuarto, solo rezaba por qué Jorge no se haya despertado ya.Llegué al cuarto y con cuidado abrí la puerta, después la cerré con cuidado, caminé hacia la cama y me di cuenta que Jorge dormía, prendí la vela y empecé a cantar.
"Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños querido jorge, feliz cumpleaños a ti".
Él abrió los ojos, dibujó una sonrisa en su rostro, me dio la impresión que quería llorar.
—Anda vamos pide un deseo antes que la vela se deshaga—. Dije.
—Hay pulga—. El cerró sus ojos por un momento, ¿que estará pidiendo de deseo?, después apago la vela.
—¿Te gusto tu pastel?—. Le dije mostrando el brownie.
—Me encanto, te digo algo—. Asentí. —Tenían años que no me despertaban en mi cumpleaños con las mañanitas ni un pastel, Amanda y Alex ya sabían que a mi no me gustaba, pero en el fondo extrañaba eso porque mi mamá lo hacía—. Creo que acabo de abrir una herida de su pasado.
—Lo siento si te incomode Jorge—. Dije un poco desanimada.
—Hey no te desanimes, me encanto tu sorpresa escuchaste, ya me hiciste mi día especial más maravilloso—. Acaricio con su pulgar mi mejilla.
—Si tú lo dices—. Ese gesto que hizo me hizo sentir raro en el estómago. —Ahora viene la mejor parte, ¡¡Mordida mordida!!—. Obviamente eso no podía faltar.
Jorge le dio una mordida al brownie y se notaba feliz, eso me alegraba demasiado.
—¿Que se hará hoy?—. Pregunté.
—Vamos en un yate pequeño al lago, así que ponte tú mejor traje de baño porque nos vamos a nadar al lago—. Dijo Jorge.
—Perfecto ahorita busco algo—. Obviamente no le di su abrazo me daba pena dárselo, pero como bien dicen "El que no arriesga no gana" . —Deja te doy tu abrazo—. El asintió levantándose de donde estaba acostado.
Con algo de nerviosismo me abalancé sobre él abrazándolo.
Mis brazos rodearon su espalda y los de él en la mía, una corriente electrizante recorrió mi cuerpo, haciendo que la piel se me enchinara, esto jamás me había pasado con una persona.El abrazo ya había durado mucho y ninguno de los dos nos soltábamos, estoy segura que estoy sonrojada.
Tome la iniciativa y lo solté, él también me soltó cuando empecé apartarme.
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De mi
Teen FictionUn empresario con riesgo a quedar en la quiebra, compromete a su hija con un empresario multimillonario, no se soportan para nada pero cuando se dan cuenta lo que en verdad cada uno siente, ahí algo que los separa.