Paladar delicado
Silvia
No podía creer esto de Salinas, traerme desnuda, bueno desnuda no semidesnuda a mi casa.
Lo único bueno aquí es que mis padres no me vieron así, si no la poca dignidad que me queda se va a la basura.
Entre al closet para buscar ropa para bañarme, ahora si no tenía nada que hacer en mi domingo y yo que pensaba irme a explorar o estar en la alberca el día de hoy, pero pinche Salinas otra vez arruinaba mis planes.
Decirme tantas cosas por una simple foto, putos paparazzi por su culpa ya tendré que disfrazarme para salir a lugares de esos.
Agarre un pantalón de mezclilla flojo y una blusa de tirante en cuello V negra para ponerme hoy junto con unos tenis blancos.
Me quería poner la pijama de una vez, pero si salía algún plan de salir yo sola obvio lo aceptaría, solo con que Jorge no me salga con esos maravillosos planes de siempre.
Me dejé el pelo a lo natural al igual que mi rostro, aún que a este si le puse poquitito maquillaje para no parecer muerta.
Baje por algo de comer y vi a Jorge dormido en la sala.
Vaya vaya el princeso durmiente si que venía cansado.
Estaba el clima como algo raro frío como con calor, en la casa estaba raro el aire acondicionado.
Vi que tenía los brazos cruzados y con la expresión incómoda, alado de él había una cobija, normalmente bueno casi todos los días mi nana deja cobijas ahí para cuando alguno de nosotros nos vayamos a ver una película a la sala podamos estar cómodos.
Tome la cobija con mucho cuidado y la desdoble colocándola encima de Jorge.
Al momento vi su cara de satisfacción y se movió para otro lado dándome la espalda.Así dormido se ve que no mata ni una mosca, pero cuando despierta tiene cara de culo para todo el mundo.
Entre a la cocina y mi nana me vio entrar, yo me senté en la mesa de la cocina que era para los empleados, no son empleados son mi familia, han estado más para mi que mis padres.
—Mi niña que vas a comer—. La verdad si tenia hambre, ni siquiera había desayunado.
—¿Que estás cocinando?—. Olía tan rico, olía como a flautas de pollo.
—Hice flautas de pollo con una sopita de fideo, ¿quieres que te sirva eso?—. Uuy siempre me hacía esa comida cuando estaba pequeña porque me gustaba, ya ahora de grande no me gusta tanto pero me encanta.
—Si nana ponte unas 4 flautas y mi plato de sopa por favor—. Me levante para poner los cubre mesa la mesa de la cocina.
Termine de acomodar y me senté, mi nana me sirvió, llamo a Gus para que se sentara también a comer con nosotras.
Esta comida me sabe a gloria y eso que no me dio cruda esta vez, señal que ya me sé moderar con los tragos, pero eso si saliendo del antro me maree.
Terminamos de comer los tres y ayude a recoger a mi nana la cocina, al rato vendrían los demás trabajadores pero ya sabían que siempre tenían que dejar limpio porque así les dejo la cocina mi nana.
Pase por la sala para subir a mi cuarto y aun escuchaba que Jorge dormía por sus ronquidos, como quisiera despertarlo en estos momentos para que sintiera lo mismo que yo él desgraciado.
Llegué a mi cuarto, tomé mi iPad con mis audífonos y baje a la sala, no quería estar en mi cuarto porque me daría sueño al tocar mi cama y en la noche no dormiría.
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De mi
Teen FictionUn empresario con riesgo a quedar en la quiebra, compromete a su hija con un empresario multimillonario, no se soportan para nada pero cuando se dan cuenta lo que en verdad cada uno siente, ahí algo que los separa.