De mi

Capitulo 14

Desaparecida

Jorge

Tome la mano de Silvia y la guíe a la pista de baile, le ofrecí mi mano y ella la tomó, mi mano derecha viajó a su espalda baja, bailando al compás, estábamos tan cercas que podía escuchar su respiración aun con la música, como si no hubiera nadie a nuestro alrededor más que nosotros dos.

—Hoy fue maravilloso, salió mejor de lo que esperaba—. Confesé, la verdad aun que al principio fue algo incómodo ahora me la estaba pasando fenomenal.

—Yo se, Gracias por lo del anillo, que discurso te aventaste Salinas—. Mencionó.

—No ahí porque agradecer—. Sonreí. —Otra cosa vi lo del vestido, salió muy barato para ser Chanel, también vi lo de la tienda Victoria secret—. Vi su cara sonrojarse.

—Te juro que con tu tarjeta no me iba a comprar eso, pero las prisas hicieron revolverme, pero te lo juro que esto te lo pago—. Me imagino que le incomodo, si a mi cuando me llego la notificación me sentí extraño ahora a ella más.

—No te preocupes, puedes dejarme en la ruina y yo recupero mi dinero en un dos por tres—. Dije.

Su perfume tan delicioso me llegaba a mi nariz, lo que no me esperaba es que ella colocara su rostro en mi hombro, me erice por completo.

Termino la canción y todos nos aplaudieron, ambos nos hicimos a un lado para que los demás bailaran.

Me acerqué a ella para susurrarle algo. —Ahora vuelvo Silvia, voy a ver unos pendientes no tardo—. Dije y me fui de su lado.

En primera tenía que ir al baño, porque desde que empezó el baile me daban ganas de ir pero pues no fui.

Salí del baño y me dirigí hacia donde mi a Amanda y a Alex, solo ellos dos estaban en un rincón sin interactuar con nadie.

—Hola, ¿Cómo se la están pasando?—. Salude.

—Pues bien la verdad, todo está Perfecto—. Dijo Amanda.

—Pensé que ya te habías ido Jorge—. Irme yo, si era el anfitrión de la fiesta.

—¿Por qué lo preguntas?—. Tenía que saber porque dijo eso.

—Hace rato vimos cómo salía tu prometida deprisa hacia la salida—. Pero qué Silvia que.

—¿No se equivocan de persona?—. Pregunte.

—No Jorge si era ella, traía su vestido color azul y salió como si la estuvieran persiguiendo—. Lo que me faltaba.

—Ayúdenme a buscarla aquí en la fiesta, yo voy a salir a buscarla—. Asintieron y me fui de su lado.

Esa Silvia me va a sacar canas verdes o de colores la verdad, se estaba comportando como una niña de 5 años, si salía sin mi allá afuera ahora que se enteraron que ella es mi prometida probablemente los reporteros la vean sola y aprovechen para hacerle preguntas sin sentido o peor que la secuestren y pidan rescate.

No es que me pese el dinero, pero su vida correría peligro, yo no sé porque no fui claro con ella desde un pinche principio.

Salí hecho furia de la fiesta, en la entrada estaban algunos reporteros, así que salí corriendo para que no me vieran, el valet me entregó las llaves en cuanto me vio y salí al estacionamiento a buscar mi carro.

Me subí y empecé a llamarla, me mandaba a buzón, ¡Mierda lo que me faltaba que ya la hayan secuestrado! Grite y le pegue al volante.

Entró una llamada a mi celular y la puse en manos libres en el auto.