Narrador
Con su respiración agitada, y sintiendo el escozor de sus ojos, apenas se alejaron lo suficiente de Dante, Abril se detuvo, y llevando las manos a su cintura, trató de controlar su respiración agitada.
-¿Por qué carajos fuiste con el Abril? ¿Qué te dijo Dante?
Con la curiosidad carcomiendo todo su ser, Atlas bombardeo a Abril con preguntas, y obteniendo que esta elevara su mano, indicándole que se calmara, cuando estuvo más serena, habló
-Hablar estupideces, reclamarme porqué estoy aquí contigo ¿No es descarado?
Atlas negó enseguida mientras se acercaba a ella, y acunando su rostro quedó a escasos centímetros de sus labios.
El deseo y las ganas de retomar lo que quedo a medias lo azotaron enseguida, debido a lo apetecible que lucían sus labios, pero viendo a su alrededor y notando a un par de personas, se contuvo.
-No tienes por qué prestarle atención Abril, Dante está loco, siempre lo ha estado, y el ver que ahora has cambiado, y que lo has dejado atrás quiere retenerte de nuevo, pero no te dejaré... No dejaré que regreses a los brazos de ese idiota que no te supo valorar, y que por desgracias lleva mi sangre.
El desprecio que sentía el menor de los Hackett hacia su hermano se sentía en sus palabras, y sin esperar mucho tiempo, este se acercó a Abril sintiendo que moriría si no rozaba sus labios en ese instante, por desgracia, la mano de ella se posó en su pecho evitando que el tan preciado beso llegara.
-Atlas perdona... Sé que tu intención era distraerme, pero luego de lo que pasó.
Sus palabras quedaron a medias, cuando este llevando uno de sus dedos a sus labios, calló lo que estaba a punto de decir, haciendo que ella sonriera de ternura, de cariño por el, quien siempre estuvo para ella.
-Y lo siento, y no me cansaré de decirlo, Abril fue mi culpa y no hace falta que pidas perdón, cuando llegue el momento estaré para ti, sin prisa, sin presiones, te he esperado, y lo seguiré haciendo ¿Has entendido?
Su mano, mientras hablaba, se dirigió hacia su mentón, y acariciando la zona que Dante lastimó, Abril sintió alivio, calma, paz.
Eran tan opuestos...
Uno frío, amargado, severo...
Mientras que el otro, era un amor
¿Como no amar a Atlas?
Lo peor del caso es que ella, aun después de tres años a su lado, no podía hacerlo
¿Estaba algo mal en ella?
Definitivamente, sí, pero lo que ella jamás haría de nuevo era humillarse por Dante, y su tortura pronto terminaría.
Sonriendo los dos avanzaron hasta el auto de Atlas, y abordando este, Abril le dio una última mirada a Dante, quien se hallaba a escasos metros de ella.
Una mirada cargada de odio, de resentimiento, que le pesó, que le supo amarga, y que dolió por el resto de la noche en donde no se pudo centrar en Erika que parecía una chiquilla falta de atención.
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Llegando a la amplia mansión Hackett, Abril descendió del vehículo, y colocándose de pie al borde de la escalera, antes de marcharse a su habitación, dijo algo que dolió para Atlas, algo que si estuviese en sus manos no permitiría.
-Mañana me voy... Dante regresó, y no puedo permanecer un dia mas en este lugar. Me quedé por ti, por tu abuelo, pero ahora que el retomará su vida en este lugar, no puedo quedarme... No cuando Erika se paseará a sus anchas en este lugar.
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Ya te olvidé querido esposo
RomanceAbril Granfort fue obligada a casarse muy joven, solo para que su esposo pudiese reclamar su herencia, ella lo hizo por amor, el por ambición. El problema radica en que luego de ser abandonada por el durante 3 años, en lugar de morir de amor, surge...